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20 años...
RAMI SCHWARTZ
Hace 20 años era una ciudad en ruinas que nadie quería visitar… hace 20 años era una ciudad majestosa que pintaba para convertirse en la capital de Latinoamérica. Hace 20 años un cambio de régimen le dio una nueva vida y un brillante futuro, hace 20 años un cambio de régimen la condenó a calcutizarse. Hace 20 años comenzó una revolución que la convirtió en un joya que visitan más de 30 millones de turistas al año, hace 20 años comenzó una contra revolución que la condenó a la involución y al fracaso y hoy, ni las moscas ni las cucarachas la quieren visitar… me refiero a Praga y al DF y en un sentido más amplio a la República Checa y México. Praga es hoy una de las grandes capitales de Europa y del mundo, considerada por muchos como la ciudad más bella del planeta. México DF hoy es un mugrero, considerada una de las ciudades más feas, caóticas y sucias del orbe. La República Checa es hoy un nuevo milagro en donde, a pesar de su pequeño tamaño y escasa población todos quieren invertir, donde se vive tranquilo y se respira un aire de paz y progreso. México es hoy un estado fallido, sinónimo de violencia, drogas, corrupción y se respira un aire contaminado, denso, un aire de guerra y retraso.
Son muchas las razones por las cuales la República Checa dejó atrás a México como país y Praga a detrás al DF como ciudad. Todo lo que ha hecho bien Checa lo ha hecho mal México y aquél país que hace 20 años no tenía ninguna esperanza, hoy es una joya mientras que aquel que hace 20 años le gustaba al mundo para joya hoy no alberga ninguna esperanza. Comenzamos por Vaclav Havel, un gran estadista que llegó al poder para servir a su pueblo y no para servirse él. Hoy Havel se pasea por Praga sin guaruras, es querido, amado, respetado y reconocido por su pueblo. En México en cambio tuvimos una sucesión de fantoches, vividores y corruptos, hombres sedientos de poder y riqueza, que llegaron para servirse ellos y sus familias y que hoy son repudiados, abucheados y odiados por su pueblo. Me refiero a Salinas, Zedillo, Fox y Calderón en el gobierno federal y Camacho, Aguilera, Cuauhtemoc, Chayito la cornuda, Lopez Obrador y Ebrard en el DF. En Checa no se favoreció a empresarios prestanombres de políticos con las privatizaciones de todo aquello que antes estaba en manos del estado. No hay Carlos and Charlies, no hay Robertos Hernández, Cabales Peniches ni Ricardos Salinas. No hay un personaje que haya comprado edificios históricos como si se tratase de manzanas en el supermercado, en Checa y Praga se buscó siempre el bien común, no de unos cuantos, distribuir la riqueza, no la economía por goteo. Aquí se invirtió en un sistema educativo sin igual en Europa y el mundo. La educación básica dura hasta que los chamacos cumplen 20 años de edad y salen perfectamente bien preparados, cultos, educados, bilingües, tecnificados y hoy, los egresados de sus universidades están entre los mejores cotizados del mundo. En México, el sistema educativo de entregó a una mafia electoral encabezada por la lideresa del sindicato más grande y rico del continente americano y una de las mujeres más ricas del mundo, metida de lleno en todos los tráficos posibles. Las escuelas de la profesora se convirtieron en la mayor red de tienditas del planeta y hoy los chamacos mexicanos salen sin preparación, los egresados de las universidades no saben leer ni escribir pero eso sí, comienzan a drogarse desde los 10 años de edad. Camina uno por Praga y no ve una sola pared pintarrajeada con grafiti camina uno por el DF o cualquier ciudad del país y no ve uno una sola pared que no esté pintarrajeada de grafiti. En Praga no hay una sola basura tirada en las calles ni los bosques, ni los campos ni las carreteras, México es ya oficialmente el mayor basurero a cielo abierto del planeta. En Checa, el ingreso per cápita no ha dejado de aumentar en los últimos 20 años, en México está estancado desde que el perro lloró lágrimas de cocodrilo demostrando su impotencia como hombre y como estadista. Qué gran diferencia hacen 20 años, una generación, para cambiar un país. Checa, sin recursos, sin grandes capitales, sin una posición estratégica privilegiada, sin mares, sin buen clima sin mucho territorio pero con hambre de futuro fue en busca de él y hoy lo ha alcanzado. Es ya la envidia de toda Europa y del mundo entero. México en cambio lleva ya dos generaciones perdidas y estamos de lleno en la tercera a pesar de ser el onceavo país más grande del planeta, de estar junto a los Estados Unidos, de estar rodeado por dos océanos y el Caribe, con un clima privilegiado y recursos casi ilimitados. Pero con un pueblo sin hambre de futuro, sin deseos de trascender en la vida es difícil aprovechas ninguna oportunidad. A veces uno se pregunta si no hubiésemos estado mejor sin petróleo, sin tantas bellezas naturales, sin el enorme territorio privilegiado y tan bien ubicado que tenemos en el planeta. Quizá nuestros políticos, sin tanto de donde robar, hubiesen sido más honestos y eficientes, nuestros empresarios más creativos y nuestro pueblo más exigente con su clase dirigente. Pero definitivamente hay pueblos que merecen tener países y pueblos que estarían mejor esclavizados. Hoy, desde la bella, próspera, tranquila y civilizada Praga confirmo lo que desde hace mucho es evidente, el pueblo mexicano no es digno de tener un país, es un depredador nato, que desperdicio entregar un territorio como el nuestro a gente como nosotros. Cualquier otro pueblo hubiese hecho de los dos millones de kilómetros cuadrados entre el Bravo y el Suchiate una potencia que hubiese aportado mucho a la humanidad. Nosotros, simplemente, no tenemos la capacidad, ni la visión ni el hambre de futuro.
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