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“Halcones” de Washington pretenden
convertir a México en otro Vietnam
Aún con la espada clavada en su espalda por la derrota y la humillación que le aplicó Ho-Chih Minh al imperialismo norteamericano en su pretensión de ser el amo absoluto en la antigua Indochina -hoy Vietnam del Norte y Vietnam del Sur-, en Washington se quiere ahora convertir a México en otro Vietnam con el pretexto de que “el narcotráfico ha derivado en insurgencia y está dispuesto a colaborar con todo: Armas, contingente humano, peritos y asesores”, etcétera para emprender la lucha “contrainsurgente” o “antiguerillera” en suelo mexicano.
Esto es, que EU enseña los verdaderos fines que se encubren en el Plan Mérida y al término de la primera etapa de dicho convenio firmado por Bush y Calderón, en 2007, una intervención extranjera como la que se pretende sería de fatales consecuencias para México, por el daño que se le ocasionaría a nuestra soberanía nacional.
Otra ocupación gringa no es aceptable bajo ningún concepto, si se toma en cuenta que los EU nos convertirían en “conejillo de indias”, en campo de experimentación para ensayar en territorio mexicano nuevas armas y nuevas estrategias bélicas tal como se hizo en España, durante la guerra civil española (1936-1939) , con vistas a la segunda guerra mundial (1939-1945), en la cual se aplicaron los bombardeos contra la población civil.
Ho Chi Minh, artífice de Vietnam.
“Estrategia de contrainsurgencia”
El riesgo de otra invasión norteamericana empieza a tomar ominosa forma. El pasado 14 de septiembre, legisladores republicanos pidieron cambios drásticos en materia de “cooperación” con México, una vez que termine la aplicación de la primer etapa de la Iniciativa Mérida en el renglón de seguridad. Connie Mack, jefe del subcomité para América Latina, de la Cámara de Representantes, de acuerdo a lo difundido por los medios informativos, afirmó que “ha llegado el momento de que reconozcamos la necesidad de una estrategia de contrainsurgencia”.
La soberanía de México gradualmente corre peligro por la “cooperación” de EU en “la guerra” contra el narcotráfico. Una guerra que se debe librar dentro de EU, porque esta guerra no es de México y de los mexicanos, sino de los gringos que es donde se consume la droga. Ayer, el pretexto para intervenir en el mundo fue el fantasma del comunismo y ahora esgrime el narcotráfico que, en el caso de México, utiliza armas que les venden a los sicarios el mismo EU, en un criminal doble juego que revela las malas artes, la mala fe del imperialismo norteamericano en su delirio de dominio mundial.
Otro legislador halcón, Michael Mc Caul, republicano de Texas -La Jornada, página siete, columna cinco, septiembre 14-, sostiene que “Estados Unidos y México estudian ahora centrar sus esfuerzos en las policías estatales y locales mexicanas, según informaron recientemente responsables en Washington. Pero los niveles de violencia extrema al sur de la frontera “se ajustan totalmente a la noción de terrorismo”.
Largo caballero durante la guerra civil española.
Hillary Clinton y Obama
Recientemente, la titular de Departamento de Estado, Hillary Clinton, ha declarado en repetidas ocasiones la existencia de “insurgencia” en territorio mexicano, para expresar luego que nos ofrecen en el plan de “cooperación” toda clase de apoyo, incluyendo efectivos de tierra, para emprender la lucha “contrainsurgente”.
En principio, Obama hizo declaraciones en las que se manifestó en desacuerdo con la clasificación de “insurgencia”, que se le da en círculos del poder en Washington a la creciente inseguridad, las diarias matanzas y el incremento en el consumo de droga en territorio mexicano, ante el evidente fracaso del Plan Mérida.
Posteriormente, han sido hechos otros pronunciamientos a favor de que se le de la clasificación de “insurgencia” y hasta de “terrorismo” -eso sería la llave para la invasión de México-, a lo que ocurre en territorio mexicano, con armas norteamericanas, ciertamente. Hasta se comenta en EU que “México puede encabezar la guerra contra la droga que debe extenderse a los países centroamericanos”. Con tales pretensiones intervensionistas se explica el porqué de la intranquilidad del mexicano ante el riesgo que corre nuestra a soberanía nacional.
“Iniciativa Mérida”, a modo
Desde luego, la Iniciativa Mérida constituye un fracaso en la práctica, puesto que -en cinco años- ya estamos próximos a la cifra de 50 mil personas muertas en la guerra -muchas de ellas de civiles inocentes-, con la particularidad de que hasta ahora la “guerra” antinarco únicamente ha atacado las consecuencias sin atender las causas de la violencia y la inseguridad que nacen de profundas heridas sociales como el desempleo, la desigualdad, la corrupción y la impunidad.
Todos los mexicanos de buena voluntad, todos quienes amamos a México, esperamos una victoria sobre las fuerzas del mal, pero la lucha está mal enfocada por no atender las causas de tan grave situación.
Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado de los EU, rechazó que el Plan Mérida sea un fracaso, pese a que después de tres años de establecido ese programa, ahora hay más violencia en México y mayor narcotráfico, junto con un número cada día más elevado de pobres, en contraste con un reducido grupo de muy ricos que usufructúan los bienes de la nación.
Michel McCaul.
¡Neo santannismo, lo peor!
El republicano Connie Mach, presidente del Subcomité para el Hemisferio Occidental de la Cámara de Representantes, perteneciente al grupo de los halcones en Washington -o sea, los partidarios de la guerra-, reclamó una nueva estrategia de contrainsurgencia lo que, de producirse, colocaría a México en el filo de la navaja, respecto de la violación de su soberanía nacional.
Mark Tonner sostuvo: “Aunque México no quiera admitirlo, en este país se está produciendo una insurgencia a lo largo de la frontera estadounidense”, lo que hace necesario diseñar una nueva forma productiva de combatirla”.
Al abundar sobre el trema, el republicano Marck reiteró: “Es hora de que reconozcamos la necesidad de una estrategia contrainsurgente que pueda combatir la evolución y resistencia de las organizaciones criminales trasnacionales mexicanas”.
Las arenas movedizas de la intervención extranjera, ansiosas de invadir nuevamente nuestro territorio nacional, ahora con el pretexto del Plan Mérida, amenazan ahogar a la soberanía nacional de México, puesto que en un ambiente neoliberal-tecnócrata globalizado en el que ha venido a menos el concepto de soberanía nacional de los pueblos, ven relativamente fácil intervenir en el momento menos esperado.
Hillary Clinton.
Quienes ahora gobiernan en el mundo desquiciado de la globalización, carecen del sentido de patria.
Los antepasados de los neoliberales que hoy gobiernan en México pensaban así:
“Consideramos criminal y cobarde el derrotismo de aquellos que creen imposible el surgimiento de la patria o que esperan del extranjero la salvación de México. Proclamamos que la patria se salvará cuando triunfemos de nuestra propia cobardía y nos decidamos a ser verdaderos ciudadanos en pleno ejercicio de nuestros derechos y deberes”.
Quienes eso decían, al llegar al poder -salvo excepciones honrosas-, sostienen hoy lo contrario y se han vuelto intervencionistas. La Doctrina Estrada de No Intervención y Autodeterminación de los Pueblos y de solución pacífica de los conflictos entre las naciones fue echada al abismo. Por eso, los halcones de Washington confían en que, en caso de desatar la guerra en México, contarían con el apoyo de quienes han dado la espalda a los principios que antes sostenían. .
Es decir, estamos otra vez como en los tiempos de Santa Anna. Esto es lo más terrible.
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