Borrando países del mapa
¿Quién está detrás de los
“estados fallidos”?
MICHEL CHOSSUDOVSKY
“Un peligroso rumor se ha extendido por el mundo y podría tener consecuencias catastróficas. Según la leyenda, el presidente de Irán ha amenazado con destruir a Israel o, para citar la cita incorrecta, “Israel debe ser borrado del mapa”. Contrariamente a lo que se cree, esta declaración nunca se hizo… (Arash Norouzi, Borrado del mapa: el rumor del siglo, enero de 2007.)
Desde agosto de 1945, los Estados Unidos han atacado, directa o indirectamente, unos 44 países en todo el mundo, varios de ellos en más de una ocasión. El objetivo declarado de estas intervenciones militares ha sido llevar a cabo un “cambio de régimen”. Los “derechos humanos” y la “democracia” se evocaron constantemente para justificar actos unilaterales e ilegales. (Eric Waddell, La cruzada global militar de los Estados Unidos (1945 -) , Global Research, febrero de 2007.)
“Se trata de una circular [del Pentágono] donde se describe cómo vamos a eliminar siete países en cinco años, comenzando por Irak, siguiendo con Siria, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y terminando por Irán”. Les pregunté: “¿Es una circular reservada?” Me respondieron: “Sí, señor.” Le dije: “Bueno, entonces no me la muestren”. (General Wesley Clark, Democracy Now , 2 de marzo de 2007.)
Washington está llevando adelante la destrucción de una larga lista de países.
¿Quién está en verdad buscando “borrar países del mapa”? ¿Irán o Estados Unidos?
Durante un período, eufemísticamente denominado la “era de la posguerra” -que se extiende desde 1945 hasta la actualidad-, los EE.UU. han atacado directamente o indirectamente más de 40 países.
Si bien los principios de la política exterior de EE.UU. se basan en la “expansión de la democracia”, el intervencionismo estadounidense -intervenciones militares y operaciones encubiertas- ha dado lugar a la completa desestabilización y fragmentación de naciones soberanas.
La destrucción de países es parte de un proyecto imperial de los EE.UU., un proceso de dominación global. Es más, de acuerdo a fuentes oficiales, EE.UU. posee un total de 737 bases militares en el extranjero (datos de 2005.)
El concepto de “Estado fallido”
El Consejo Nacional de Inteligencia (NIC, por sus siglas en inglés) con sede en Washington, en su informe Tendencias Globales (diciembre de 2012) “predice” que 15 países de África, Asia y Medio Oriente se convertirán en “Estados fallidos” hacia el año 2030, debido a su “conflictividad potencial y los problemas medioambientales”.
La lista de países que figuran en el informe NIC 2012 incluye Afganistán, Pakistán, Bangladesh, Chad, Níger, Nigeria, Mali, Kenia, Burundi, Etiopía, Ruanda, Somalia, República Democrática del Congo, Malawi, Haití, Yemen.
En su anterior informe de 2005, publicado en el comienzo del segundo mandato de George W. Bush, el NIC predijo que Pakistán se convertiría en un “Estado fallido” hacia el año 2015 “al verse afectado por la guerra civil, la completa talibanización y lucha por el control de las armas nucleares “.
Allí se comparaba a Pakistán con Yugoslavia, país que fue dividido en siete estados luego de una década de guerras civiles auspiciadas por EE.UU. y la OTAN.
El NIC pronosticaba para Pakistán un “destino similar al de Yugoslavia”, un “país dividido por la guerra civil, el derramamiento de sangre y las rivalidades inter provinciales” (Energy Compass, 2 de marzo de 2005).
En el último informe del NIC, mientras se asegura que los Estados fallidos “sirven como refugio para grupos extremistas políticos y religiosos”, el informe no reconoce el hecho de que desde la década de 1970 los EE.UU. y sus aliados proporcionaron apoyo encubierto a organizaciones extremistas religiosas como una vía para desestabilizar los estados-nación soberanos y seculares, tal como lo eran Pakistán y Afganistán en la década en ese entonces.
Los “Estados fallidos” al estilo yugoslavo o somalí no son el resultado de divisiones sociales internas. Convertir los Estados soberanos en estados fallidos es un objetivo estratégico implementado a través de operaciones encubiertas y acciones militares.
El Fondo para la Paz con sede en Washington, cuyo objetivo declarado es promover “la seguridad sustentable a través de la investigación”, publica anualmente el “Índice de Estados Fallidos” de acuerdo a una estimación de riesgo en cada país (ver mapa más abajo). Dicho Índice incluye en su lista a 33 países.
De acuerdo al Fondo para la Paz, los “Estados fallidos” son también “objetivo de los grupos terroristas ligados a Al Qaeda”.
“El ranking anual de los estados fallidos/frágiles realizado por el Fondo para la Paz y Foreign Policy se publica mientras la alarma internacional crece en torno a los grupos extremistas ligados a Al Qaeda que se establecen en la región norte de Mali, donde están estableciendo un ámbito con base estatal para consolidarse y lanzar una expansión de la yihad”.
Huelga decir que ni la historia de Al Qaeda como herramienta de inteligencia de los EE.UU., ni su papel en la generación de divisiones facciosas e inestabilidad en Medio Oriente, Asia Central y África subsahariana se mencionan. Las actividades de las unidades de yihadistas de Al Qaeda en la mayoría de estos países forman parte de una perversa agenda de inteligencia encubierta.
“Estados fallidos, estados débiles”: una amenaza a los Estados Unidos
Según el Congreso de los EE.UU., siguiendo una lógica retorcida, los “Estados fallidos”, constituyen una amenaza para la seguridad de los EE.UU. Esto incluye “diversas amenazas que emanan de los estados que usualmente se describen como estados débiles, frágiles, vulnerables, fallidos, precarios, en crisis o colapsados”.
Mientras culminaba la Guerra Fría a principios de 1990, los analistas se tomaron conciencia de una nueva situación de seguridad internacional que emergía, donde los Estados débiles y fallidos se convirtieron en vehículos para el crimen transnacional organizado, la proliferación nuclear, y zonas calientes de conflictos civiles y crisis humanitarias.
Las potenciales amenazas a la seguridad nacional de los EE.UU. por parte de los Estados fallidos se hicieron más claras con el ataque de Al Qaeda del 11 de septiembre de 2001, planeado por Osama Bin Laden desde su refugio en Afganistán. Los sucesos del 11 de septiembre permitieron al presidente George W. Bush en el año 2002, proclamar la Estrategia de Seguridad Nacional según la cual “los estados débiles como Afganistán, representan un grave peligro para los intereses nacionales de estados fuertes como el nuestro. (Estados débiles y fallidos: La evolución de la seguridad, las amenazas y la política de los EE.UU., Informe del CRS para el Congreso de los EE.UU., Washington, 2008.)
Lo que no es mencionado en este informe del Congreso es que las “zonas calientes de la delincuencia organizada y del conflicto civil” son resultado de operaciones encubiertas de inteligencia de los EE.UU.
Según lo han demostrado investigaciones ampliamente documentadas, se sabe que la economía de la droga en Afganistán, que genera más del 90 por ciento del suministro mundial de heroína, está ligada a una operación de lavado de dinero que comprende varios billones de dólares e involucra grandes instituciones financieras. El tráfico de drogas que sale de Afganistán está protegido por la CIA y por las fuerzas de ocupación de los EE.UU. y la OTAN.
Siria: “Estado fallido”
Las atrocidades cometidas contra la población siria por parte del Ejército Libre Sirio (FSA, por sus siglas en inglés), patrocinado por EE.UU. y la OTAN, buscan generar las condiciones para una guerra sectaria.
El extremismo sectario favorece la disolución de Siria como Estado-nación, así como la desaparición del gobierno central de Damasco. El objetivo de la política exterior de Washington es transformar Siria en lo que el NIC denomina un “Estado fallido”.
El cambio de régimen implica el mantenimiento de un gobierno central. A medida que la crisis siria se desarrolla, la meta deja de ser el “cambio de régimen” para pasar a ser la fragmentación y destrucción de Siria como estado nación.
La estrategia de EE.UU.-OTAN-Israel es dividir el país en tres estados débiles. Recientes informes de prensa revelaron que si Bashar Al Assad “se niega a renunciar”, “la alternativa es un Estado fallido como Somalia”.
Otro posible “escenario de ruptura”, según lo ha revelado la prensa israelí, sería la formación de cuatro estados “independientes” (sunita, alawita-chiita, curdo y druso).
Según el mayor general Yair Golan de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) “la guerra civil en Siria llevará al país a convertirse en un estado fallido y el terrorismo florecerá”. De acuerdo a las declaraciones del mayor general Golan, las IDF analizan “cómo será la destrucción de Siria” (Reuters, 31 de mayo de 2012.)
En noviembre de 2012, Lakhdar Brahimi, el enviado de paz de las Naciones Unidas para Siria, declaró que ese país podría convertirse en “una nueva Somalia (…) debe advertirse que puede surgir un escenario donde los señores de la guerra y las milicias llenen el vacío dejado por un estado colapsado” (Reuters, 22 de noviembre de 2012.)
“Temo que ocurra algo incluso peor (…) el colapso del Estado y que Siria se convierta en una nueva Somalia (…) Creo que si este problema no se aborda correctamente, el peligro será la ‘somalisación’ y no la partición: el colapso del Estado y el surgimiento de los señores de la guerra, milicias y grupos de combate”, declaró Brahimi.
Lo que el enviado de la ONU omite es que la desintegración de Somalia fue deliberada. Fue parte de una operación militar y de inteligencia encubierta por parte de los EE.UU., operación que en la actualidad también se está aplicando en varios países de Oriente Medio, África y Asia, justamente, en aquellos países clasificados como “Estados Fallidos”.
La pregunta central es: ¿quién está haciendo que estos Estados se conviertan en estados fallidos? ¿Quién busca “eliminarlos”?
La desintegración planificada de Siria como estado soberano es parte de un objetivo militar regional integrado y parte de una agenda de inteligencia que también incluye al Líbano, Irán y Pakistán. De acuerdo con las “predicciones” del NIC, la desintegración de Pakistán está prevista para el transcurso de los próximos tres años.
More articles by this author
|