¿Y LOS MISERABLES FABRICADOS POR EL CAPITALISMO GLOBAL?
Impresionante realismo. Piratas esmirriados con AK-47
Los Piratas de
Somalia, la
fábula del Capitán Phillips
HUGO SERGIO GÓMEZ
Casi todos los crímenes que castiga la ley
se deben al hambre. François René De Chateaubriand
DE ENTRE LAS DENSAS SOMBRAS de esas zonas
paupérrimas del mundo creadas por la asimetría del capitalismo global, han
resurgido delitos internacionales que
creíamos superados por un presente alegórico que pintan foros como Davos.
Hoy
en día, ante la emoción de ver en movimiento a modernos émulos de Sir Francis
Drake, Sir Walter Raleigh y Los hermanos
de la Costa, se cimbran las pantallas VIP de los cines con el tufo colonial
de batallas olvidadas en el mar.
Mediante
los altavoces de un buque en marcha, suena la aterrorizada voz de un capitán
que alerta con miedo cerval a su tripulación “¡hemos sido abordados por piratas¡” . A partir de ahí, con armas
dispares inicia una persecución que combate a la moderna piratería, hoy vigente con la fábula o farsa del Capitán
Phillips, quien mitificado por el actor Tom Hanks comanda el buque Mearsk Alabama.
Así,
el laureado actor oscarista por
excelencia revive con exageración intencional el periplo que vivió esta nave, propiedad de la naviera mas grandes del
mundo, Mearsek Line, en abril de 2009, el cual, en su travesía
hacia Mombasa, Kenia cargado con ayuda humanitaria, es secuestrado por cuatro
famélicos piratas a los que cae todo el
peso de las fuerzas armadas de 20 países que resguardan esa zona del llamado
Cuerno de África, donde esta enclavada Somalia, un país que, si lo medimos con parámetros de la ONU, es pobre
entre los pobres.
Aunque
le diré que la piratería es, en sí, un acto de depredación en altamar tan
antigua como el robo mismo. Un delito que está lejos de la aplicación tan
socorrida que en la actualidad se hace
de este término que nada tiene que ver
con el acto de copiar una mercancía original y venderla en el mercado como tal.
La imagen del pirata en la literatura
Es
un evento hostil en la navegación que va mas allá de la figura surrealista de
algunos piratas creados por la mente infantil de los escritores de
Hollywood como el pirata andrógino que personifica el actor Johnny Dep en otro
film, Piratas del Caribe, creado por Disney.
Una
figura afeminada que desdibuja con sus fantasías la crueldad de Los Hermanos de la Costa, esa cofradía
de piratas que se formó en tiempos de la Conquista y la Colonización de
América, lejos del argumento infantil que llevan a la pantalla los
protagonistas y al Capitán Jack Sparrow a la búsqueda de un tesoro perdido de los aztecas
Los aspectos legales de la piratería
Y
he aquí que hay tres palabras clave que definen este complejo crimen de
orden internacional: Fines personales, Depredación
y Altamar. Según la CONVEMAR
(Convención sobre el Derecho del Mar de 1982), para que se considere piratería,
el acto sobre el buque debe llevar consigo la intención de depredar, porque si
un grupo faccioso o de terroristas, por ejemplo, secuestra un buque en altamar
con fines políticos no se le considera piratería, sino un acto terrorista, y la
diferencia estriba en que cuando es así, es decir con fines políticos, el único
que puede hacer frente al evento es el país de la bandera del buque. Pero
cuando un buque es abordado con fin de depredar, le hacen frente fuerzas
internacionales previamente acordadas,
como se ve en la mentada película
Capitán Phillips.
Deep como el pirata más afeminado.
Ahora
bien, si el delito se comete en aguas de jurisdicción de un país X, tampoco es
piratería; o sea dentro del mar territorial o la zona económica exclusiva de un
país. Se le consideraría un robo marítimo porque esta convención nos remite a
Altamar o sea aguas internacionales, que es un lugar que nos puede alejar,
según la conformación de la plataforma continental de cada país más allá de 200 o 350
millas náuticas de la costa ( mil 852 metros por milla) según el caso. Surge
esta aclaración debido a que muchas autoridades jurisdiccionales en México
piensan que su espectro de actuación termina en la playa.
Otra
situación común es que algunos medios de
comunicación de manera errónea hacen alusión a esta fechoría cuando un barco
camaronero es atacado en aguas de jurisdicción mexicana para robar su producto.
O bien, algo que se ha vuelto común: La del robo del combustible a Pemex en el
mar en los buques rentados a la paraestatal.
La
verdad, nuestra cultura marítima es precaria. Pese a que tenemos sólo dos
millones de kilómetros cuadrados de tierra firme, nuestra potestad en materia
de recursos naturales se extiende tres millones de kilómetros cuadrados más
hacia el mar. Pero el enfoque de la economía se acomoda al escaso conocimiento
de los planificadores en turno, no a nuestro potencial.
De
ahí que no haya Marina Mercante; que se cometan atrocidades como la venta de
terrenos ganados al mar; que no se fomente la legislación en la materia; que la
Ley Federal del Mar nos remita a la convenios internacionales para poderla
entender. Mucho menos se conoce el Derecho Marítimo que abreva en el
derecho internacional privado, ni el Derecho del Mar que se origina el
derecho Internacional público.
Son
cosas harto distintas. Son materias ausentes en las universidades, pese a
que en el discurso los mandatarios
fatigan su lengua hablando de aguas profundas y someras para
los próximo desarrollos ¿Sabrán a qué se refieren en términos del Derecho?
¿Sabrán qué son los yacimientos transfronterizos?
Así,
con un Congreso donde se enseñorea la ignorancia en la materia, ¿se harán buenas leyes secundarias que regulen un
régimen de explotación minera y de energéticos
el mar? Pobre México.
Pero
volvamos a la piratería. Detrás de los argumentos delictivos de este tema,
también hay un fondo político que nos sumerge en el devenir histórico y que
explica su fomento por ambiciosos monarcas.
Capitán Phillips Tom con sus secuestradores.
Mire
su origen: Cuando Colón llegó a América procedente de una Europa que apenas
salía del feudalismo, dio a España exclusividad sobre esta ruta. Era, junto con
Portugal, la potencia marítima dominante. Ambas naciones lograron esos grandes descubrimientos. Con
tal poder, que aliadas con la Iglesia, para evitar conflictos dividieron este
Continente entre ellas y crearon una gran inconformidad con Francia e
Inglaterra, que eran las otras potencias marítimas.
Así
inicia entonces una rivalidad en los mares que llevaría tanto al rey de Francia,
Francisco I, así como al de Inglaterra, Enrique VIII, a inconformarse e iniciar
este juego perverso de contratar sus propios piratas.
En
ese ardid se suman los países bajos, Bélgica y Holanda,
que luchaban por independizarse de España y la intransigencia de ésta de querer
monopolizar el comercio con el naciente continente.
Documenta
la historia, que el primer ataque pirata se lleva a cabo en Las Azores, en el
año de 1521, por el Pirata Giovanni de Berrazano, a quien se le conocía como Juan
Florentín y estaba al servicio del rey de Francia, que se llevó parte
de los tesoros que Cortés mandaba al rey Carlos I, de España, después de la
toma de Tenochtitlán. A partir de ahí este monarca empezó a dar patente de Corso; es decir, inmunidad a
quien quisiera robar en el Caribe a condición de que le dieran una parte.
La tragedia de
Somalia, origen de la piratería
Sin
embargo, en Somalia hay una realidad que
si bien no justifica el establecimiento de un orden delictivo, también es
motivada por inconformidad que ha
impulsado a estos desposeídos seres humanos a autodefenderse de la incursión de países abusivos que los han considerado el basurero del mundo
hasta convertirlo en uno de los más oscuros rincones del Planeta. Es un lugar donde nadie ni de chiste quisiera
hacer una incursión de paseo o como turista.
Las
agencias especializadas las Naciones Unidas, como la UNICEF, describen en sus
informes escenas que semejan al Infierno
de Dante en la tierra. Llevan a la palestra la trágica vida de los niños somalíes, quienes vagan por las polvorientas veredas exhibiendo sus fantasmales rostros
hambrientos; algunos con las llagas originadas por la terrible contaminación
creada por los residuos tóxicos que indiscriminadamente son botados en sus playas:
La isla del tesoro, un clásico.
En
Europa se ha vuelto práctica común que
países que han agotado sus recursos pesqueros incursionen en esta agua, saqueando de manera descomunal
e impune los recursos de este país que, ante la disociación del gobierno,
carece de una estructura institucional que proteja su mar. Mucho menos recibe compensación alguna por el robo
sistemático de sus recursos naturales de los países como España e Italia que
carecen de pesca.
¿Cuándo
surgen los llamados piratas? Según estudios,
Somalia ha sido escenario
de guerras tribales, enfrentamientos religiosos e invasiones desde hace más de
dos décadas, producto del desmoronamiento del régimen de Mohamed Siad Barre en
1991, que condujo a la ingobernabilidad, sobre todo para en el plano del
derecho del Mar aplicado a sus aguas.
A
partir de ese momento surgió un tipo de piratería que se autodenominó
guardacostas, “cuyo objetivo eran los
barcos que pescaban ilegalmente y los que vertían sustancias tóxicas en las
aguas costeras”, indicó el Informe del Grupo de Supervisión para Somalia,
en cumplimiento de la Resolución 1630 (2005) del Consejo de Seguridad de la ONU
en 2006. Desde entonces, como quien cuida el patio de su casa, los somalíes se
armaron en su afán de no ver más abusos. ¿Le suena a algún lugar de México?
El
problema fue degenerando hasta llegar al asalto de buques mercantes. La forma
más fácil de abuso en Somalia era robarles su único gran recurso -los
alimentos-, según dice Ahmedou Ould-Abdallah, el enviado de las Naciones Unidas
para Somalia, quien comenta:
"Buques europeos han estado saqueando los
mares de Somalia de su mayor recurso: pescados y mariscos. Hemos destruido
nuestros propios recursos pesqueros al sobreexplotarlos. Y ahora nos hemos
trasladado a la suya. Un valor de más de 300 millones de dólares en atún, camarón, langosta y otras especies
de mar, puede ser robado cada año por grandes barcos pesqueros navegando ilegalmente en los mares somalíes
desprotegidos."
Y es que el asunto va más
allá. Ante la ausencia ya de pesca en el
Mediterráneo, que nunca fue un mar abundante en recursos de esta índole, ya se
instituyó el uso de las armas por parte de los buques mercantes y pesqueros.
A partir de 2012, los
pesqueros que van a robar a esta zona pueden ir acompañados por empresas de
seguridad privadas con licencia para usos de armas de guerra, sumado ya a la
presencia de una fuerza de 20 naciones lo que se llama Operación Atalanta , que no es más que la militarización de la zona
de Golfo de Adén y del llamado Cuerno de África, aunque se dice por parte de
muchos expertos que no es más que un pretexto de los intereses geoestratégicos.
Se responde así con programas militares en esa zona, en vez
de ir más a fondo en los graves problemas sociales de este país en crisis, por
lo que el fin de estas confrontaciones sólo es el exterminio de los somalíes
sublevados en forma de piratas.
Según
el glamoroso Foro de Davos, Somalia es, junto con el Congo, país cuyo ingreso
per capita es de un dólar diario por habitante, los más miserables del orbe Su trágica
verdad va más allá de las fábulas rodadas con el fin de distraer, emocionar y
sobretodo contar sólo una parte de las
historia para ocultar sus verdaderos fines a quienes plácidamente podemos
ver sentados en una sala VIP a un costo de unos 10 dólares a observar como los
Seals de la Marina norteamericana masacran a los ya exhaustos delincuentes que se atreven a secuestrar a
dichoso Capitán Phillips, a quien se
llevan en un bote salvavidas con el fin de negociar su escapatoria.
Quizá
algún día algunos de los tripulantes del Mearsk
Alabama puedan rodar la otra parte
de la historia La que clama por mostrar
la otra cara de una moneda que insiste en caer de un solo lado: El del
capitalismo global, que este año quizá
gane el Oscar.
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