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Edición 234
Escrito por Guillermo Fárber   
Sábado, 15 de Mayo de 2010 13:25

BUHEDERA

Guillermo Fárber

 

Debacle española anticipadaPara nadie es un secreto que la Madre Matria será, después de Grecia y quizá de Portugal, la próxima víctima de la demolición graduada de la Unión Europea. Pero bueno, desde ahora las bajas ahí ya se cuentan por cientos de miles. Una de esas bajas es un amigo típico baby-boomer. En los 50’s medios de edad, durante el auge de la década pasada se dio la gran vida. A crédito, por supuesto. Gran casa en Barcelona, bella cabañita en Ibiza, buen auto último modelo, frecuentes visitas a restaurantes de lujo… todo compre ahora y pague después (y de preferencia nunca). Se casó con una chava despampanante a la que le doblaba la edad. De pronto irrumpió la molesta realidad y todo su mundo se fue al demonio. Perdió sus principales clientes (algunos de los cuales no le pagaron sus últimas facturas), su negocio quebró, el banco le confiscó la casa, la cabañita y el auto. Y la chava recordó súbitamente que había olvidado sus llaves en otra ciudad, y fue a recogerlas sin dejar dicho qué ciudad era esa. De pronto en la calle, el bravo catalán no tuvo más remedio que refugiarse en la cueva de la que había salido treinta años antes. Él lo explica así, demostrando que podía haber perdido todo, menos el humor: “Cambié de pareja. Ya no vivo con una mujer 25 años menor que yo sino con una 25 años mayor que yo: mi mamá.”

Plácido Vega

Mi paisano Joaquín López me dice: “Como cronista de Teacapán, también tengo un trabajo inédito sobre el general Plácido (de la) Vega, quien tuvo su cuartel general en Teacapán luego de emprender fuga, al no cuadrarle las cuentas (según sus enemigos) de lo gastado en San Francisco. Lo protege ‘El Tigre de Álica’, mandamás en Nayarit a las órdenes de la casa Forbes inglesa. Ahí conoció a Ireneo Paz (abuelo de Octavio) y a don Porfirio. También desde ahí lanza su revolución que inicia con el saqueo de la aduana y casas comerciales de Guaymas con la ayuda del cañonero Forward adquirido en Victoria Island B. C. Canadá y traído exprofeso a Teacapán por un valiente capitán gringo de interesantísima biografía.”

Diego-armando-maradona

“Pasión carnal, sensacional”

Un querido amigo judío me hace esta sensata reflexión: “No creas, entre los judíos la violencia intrafamiliar es durísima. En las familias muy religiosas se dan todo tipo de perversiones. Se ha documentado en películas y al igual que en el catolicismo, es un secreto a voces. Muchos de los que asumen actitudes contra natura, terminan ejerciendo las peores perversiones ya sea como víctimas o victimarios. Y para que haya victimarios como Maciel se necesitan víctimas que quién sabe si lo fueron en su momento, ¿me explico? En fin, eso pasa por endiosar a seres humanos llámense rabinos, papas, curas, Dalai Lamas, Guru Mais, etcétera. El cuerpo es el cuerpo, la carne es la carne, las malas intenciones están por doquier y no es que la moral esté por los suelos, nunca estuvo por los cielos y esa es la gran ilusión. Coincido contigo, siempre ha habido Marcial Macieles y siempre los habrá. Yo por eso ya le rezo a Diego Armando Maradona.”

Borgias domésticos

El mismo amigo me cuenta éste. Isaac llega con su rabino y le dice: “Rabino, mi mujer me quiere envenenar.” “¿Cómo crees, Isaac? Conozco a Raquel desde que era niña, eso es imposible.” “De verdad Rabino, me quiere envenenar.” “Mira Isaac, yo mañana hablo con ella. Búscame y vas a ver que todo es una confusión.” Al día siguiente el Rabino llama a Isaac y le dice: “Isaac, hablé con tu esposa y te quiero dar un consejo.” “Dígame, Rabino.” “Tómate el veneno.”

Churchill

Esa anécdota es quizá la más famosa en el nutrido arsenal de ese simpático psicópata. Disgustada con él por alguna razón, cierta dama copetuda le espetó en público: “Señor Churchill. Si usted fuera mi marido, le serviría una taza de té con cianuro.” Y él contestó al instante: “Señora, si usted fuera mi esposa…¡me tomaría ese té!

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Calambres celulares

Ayer le hablaron a su móvil a cierta amiga mía de mediana edad. En cuanto ella contestó, se escuchó un grito desesperado de muchacha joven. Mi amiga, a pesar de lo que hemos advertido, ensayado y practicado en grupo varias veces, soltó al instante el nombre de su hija: “¡Fulana!” Y claro, de inmediato la voz adulta, torva y amenazante de un tipo le informó que tenían secuestrada a su hija Fulana y que si no les depositaba cuanto antes X dinero, la iban a violar, torturar y matar. Mi amiga escuchó aterrada aquel mensaje infame y colgó. Le temblaban hasta los tobillos y se había puesto pálida como mal embalsamada. Entre espasmo y parálisis, encontró la serenidad suficiente para marcarle a Fulana...quien por supuesto le respondió muy despreocupada desde la universidad: “¿Bueeenooo?” A mi amiga le volvió el alma al cuerpo, pero lo que no se le ha ido (a cuatro días del susto) es una diarrea marca FMI. Y yo me quedo pensando, ¿por qué caemos una y otra vez en la misma trampa? ¡Pero si no hacía ni una semana de que su prima había sufrido un embate similar! Y lo habíamos comentado y analizado y criticado en la mesa. ¿No habíamos repetido enemil veces que en esos casos lo único sensato es colgar de inmediato, sin decir una palabra, y en seguida buscar a la presunta víctima? La diferencia fue que cuando le hablaron a la prima, sus dos hijos estaban junto a ella. Así que ya imaginarás la retahíla de palabrotas que lanzó de su ronco pecho contra el presunto secuestrador (que en eso de recibir mentadas ha de estar más curtido que un promotor de Telmex). Otra vez, ¿por qué caemos invariablemente en la trampa? Entendámoslo de una vez: ¡ni una sola palabra, ni insultos, ni reproches, ni desahogos, ni nada! ¡NADA!

Renaut

Ah, pero esos malandrines no contaban con la astucia infinita de nuestros legisladores que, a costa del esfuerzo de la ciudadanía, integraron (al 70%) un registro nacional de celulares en el cual ya quedaron puntualmente anotados todos los aparatos del mal con sus respectivos responsables. O sea que está muy fácil. Si quieren saber quién les provocó el susto y la diarrea, mi amiga y su prima la tienen muy sencilla: nada más consultar los números que las zarandearon, ver a quién pertenece ¡y listo! Resuelto el enigma y descubiertos los delincuentes. Hombre, vaya si nuestros diputados son verdaderos genios. ¡Y tan poquito que ganan! Casi me da pena. De plano esta sociedad no los merece.

Plañideras

Lo que me pongo a pensar es en quiénes fingen tan magistralmente esas voces desesperadas que estremecen a madres desprevenidas y más de alguna vez logran su cometido de extorsión. Son niños, niñas, chamaquitos (y chamaquitas) entrenados para asustar, para aterrar, para provocar diarreas con su voz. El éxito de la operación “calambre celular” depende de ellos; de su habilidad actoral, de su timing. ¿Son los propios hijos de los malandrines? ¿Sus vecinitos, niños de la calle? ¿Les pagan por tartamudear y llorar en la bocina? Si es así, ¿les pagan por hora o por llamada, les dan comisiones (un 1% de las extorsiones exitosas, por ejemplo)? ¿Al principio lo hacen obligados o inconscientes y luego le agarran el gusto a ese extraño poder? Cuando crecen y les cambia la voz, ¿se gradúan como extorsionadores profesionales? Lo único claro es que también ellos son víctimas, aunque contribuyan a victimizar, y aunque acaben pervirtiéndose en el proceso. Más carne de cañón para el horror.

Vocación de tornillo

Ya con algunos tragos adentro, la hermosa chica se dirige a su vecino en la barra del bar, le clava la mirada directamente en los ojos y le suelta sin más ni más: “Escucha, guapo, yo me cojo a todo lo que se mueva, quien sea, cuando sea, donde sea, en tu lugar, en el mío, en el auto, debajo de la barra, en el huequito de la puerta, en el suelo, de pie, sentados, desnudos, vestidos, no me importa nada. Simplemente, me encanta.” El tipo la mira con admiración creciente y replica muy entusiasmado: “¡No me digas! Yo también soy diputado. ¿A qué estado representas?”

Cápsulas

Mi cápsula “Hueconomía” en Canal 40 pasa mañana viernes a las 8 de la mañana, y estoy en radio los miércoles de 8:30 a 9 en Radio ABC. También hago cápsulas bicentenarias en canal 13 y a veces en TeleFórmula.

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