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Creador Incomprendido
Noventa y cuatro
años de Liguori
FERNANDO DÍEZ DE URDANIVIA
El 22 de mayo estaría cumpliendo noventa y cuatro años el que ya no puedo llamar inolvidable Pancho Liguori, porque para dolor de quienes fuimos sus amigos y para pérdida nacional, va siendo olvidado.
En 2009 apareció un libro, no el primero, pero quizás el más completo, sobre este personaje orizabeño que fue maestro preparatoriano; campeón de barra que no era de gimnasio; depositario de la tradición bohemia y sobre todo coloso del humor que supo comprimir en epigramas, y del dolor de amigo y cónyuge ante sus pérdidas más entrañables, que convirtió en sonetos.
Y vaya que Pancho supo aliviar su soltería crónica con el más amoroso de los matrimonios, que fue el suyo con la maestra Gloria Gamiochipi, y dio cauce a sus sentimientos fraternales en compañía de sacerdotes del calibre humano de su paisano Juan Valiente y fray Alberto de Ezcurdia.
Sobre Liguori cayó la incomprensión que sufren los que son distintos, más todavía si el talento forma parte de esa diferencia. No solamente a lo largo de su vida, sino hasta los días presentes, se habla de él como de un hombre pintoresco y bebedor que no tuvo “la gracia del cisne”, como la llamó Rubén Darío.
En su momento, Liguori asistió en Pluviosilla a la imposición de su nombre a una calle céntrica. Le está pasando ahora lo que a tantos otros insignes olvidados, de quienes, cuando algún paisano lo descubra, tal vez diga o piense: “Qué curioso, tenía nombre de calle”.
Recordar a Pancho y pretender que se le recuerde, en los días actuales puede parecer fuera de razón porque hay tantos, tantísimos hombres y mujeres ilustres borrados de nuestra historia. Todos ellos, Pancho incluido, no merecen tal destino derivado de la insensibilidad y la ignorancia.
Liguori vivió solo muchos años y tuvo la desgracia de no acabar solo, sino mal acompañado por quienes usufructuaron su agonía y su muerte. Como miembro destacado que fue del Club de Periodistas de México, se antoja buena iniciativa la de convocar desde estas páginas a quienes lo recuerden, para entre todos rendirle un homenaje que nunca se logrará cuando ya no quede nadie.
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