{vozmestart}
La maestra
Victoria Andrade
se fue sin irse
Fernando Díez de Urdanivia
El postulado que habla de la primacía del amor sobre la muerte se puede confirmar cada vez que una verdadera pareja sufre la pérdida de uno de los esposos. Es el caso de los maestros Victoria Andrade y Luis Herrera de la Fuente, matrimonio de 68 donde ella se adelantó hacia el camino de la eternidad.
Distinguida docente, Victoria se especializó en Geografía; él, como se sabe, es director de orquesta que brilló después de la transformación de la Sinfónica de México fundada por Carlos Chávez, en Orquesta Sinfónica Nacional. Coincidieron en la vocación musical y estudiaron en la Academia Juan Sebastián Bach que dirigía su fundador, el pianista Carlos del Castillo.
Allí se enamoraron; de allí salieron para casarse y formar una familia heredera de su talento, que no estuvo al margen de la tragedia cuando encontró la muerte uno de los vástagos.
A pesar de los tiempos frívolos que corren y la ausencia de valores que ha cambiado el amor por un deseo carnal intrascendente, hay todavía ejemplos que se admiran, y debieran imitarse, de seres privilegiados con el sentido de la convivencia total.
El encuentro de los sexos, que funda al ser humano completo, se consuma tanto en lo físico cuanto en el espíritu. Los Herrera de la Fuente cumplieron esa fundación mucho más allá de la convivencia, del amor y de la vida.
Posiblemente no haya cercanía más difícil que la de personas similares en vocación, en intelecto, en quehacer cotidiano. Si dos personas talentosas tienen hogar común, se asoma el fantasma de la rivalidad, y si no cede alguna de ellas la bancarrota está próxima.
Victoria y Luis supieron y practicaron el gran secreto del equilibrio, piedra de toque de toda unión conyugal. Por ello son ejemplo nada fácil de seguir. En un mundo que hace de la separación práctica cotidiana; donde se sopesan todas las conveniencias e inconveniencias antes de hacer caso al corazón; donde las nupcias no son ya principio, sino final de una prueba, una vida como la suya se antoja casi imposible.
En la música y en la ciencia los Herrera de la Fuente mostraron rumbos, pero sobre todo en la calidad humana. Con el pésame fraternal, vaya en estas líneas un deseo profundo de que el silencioso dolor de Luis sea síntoma del diálogo que prevalece entre dos amantes, sobre los avatares de esta pobre existencia.
El director orquestal, Luis Herrera de la Fuente.
{vozmeend}
More articles by this author
Se fue AlemánSe
fue Alemán
FERNANDO DÍEZ DE URDANIVIA
Compañero de
trabajo, jefe, pero sobre todo...
|