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Obsesión:
En Rehabilitación,
de Mal en Peor
Teo Luna
Esta enfermedad, la mía, es por demás compleja y triste; me encuentro negado, cerrado para comprender que hago daño y me daño con mis actitudes, lesiono a mis seres cercanos, mal dicho queridos, porque los humillo, denigro, los hostigo y los insulto, por supuesto que los hago sentir mal con mi manera de ser, de actuar y de pensar, mi lengua, es como un filoso bisturí que corta finamente, desintegro a cualquiera, extermino las emociones positivas, me robo la buena vibra de los demás y soy tan soberbio que no acepto mis errores, no acepto que soy fanático en meterme en lo que no me importa, en que me aferro a que las personas hagan lo que yo quiero que hagan, me torno experto en todos los temas, no dejo hablar, no acepto un debate, mucho menos un dialogo, debido a que soy precursor del monólogo, claro, egocéntrico y soy el sembrador de miedos: “No lo hagas, te va a ir mal” Te digo, porque yo sé cómo son este tipo de personas; “todos los mecánicos son unos tranzas, tú no sabes en la que te vas a meter”, sentencio, ordeno, juzgo, proceso y califico. Me la paso obsesionado con corregir a los demás, sin darme cuenta cómo soy, sin tomar conciencia, humildad y honestidad sobre mí manera de actuar con los demás. No veo, cómo los hago sentir.
Cuando hago este tipo de reflexiones, algunas personas se codean y escucho que dicen: “Mira, éste es como anillo al dedo para la tía Carlota”, “¡qué lastima que no vino Pedro el Metiche!”, “¡qué buena platica, ojalá la escuchara mi marido a ver si le cae algún 20!” “¡qué bárbaro, cuánta verdad dice este hombre hablando de él, pobrecita de su mujer!”; y yo no hago otra cosa más que hablar de mí en tiempo pasado, en lo que fui y sólo por hoy he cambiado y me ha funcionado desnudarme, quitarme las máscaras, hablar con la verdad de mis defectos de carácter, de mis patrones de conducta y de los grandes errores que he cometido, sólo así, he podido liberarme y confirmar que mi verdad es la única que me hará libre.
Relaciones Enfermizas: En mi libro Secuestrada por un Neurótico hay mucha información útil para esos novios que mantienen una relación destructiva en la que la obsesión es la gasolina que activa de ese amor entre comillas, ese amor enfermizo, obsesivo, ese amor detonador en demasía y cuando el que ama más es victima del deprecio, se hunde en depresión y el cielo se le viene encima.
Muchos noviazgos se tornan violentos, se gestan mecanismos de control, uno de ellos se adueña de la otra persona y se aferra a cambiarla a como dé lugar; le cambia su manera de vestir, de hablar, de ser, de pensar, modifica sus rutinas, transforma el circulo social, le prohíbe determinantemente que se junte con fulano, zutano o perengano, él o ella se adueña del tiempo y toma decisiones tajantes y determinantes; son noviazgos que pueden durar años y llegar al matrimonio, hasta que el hilo se revienta.
Los celos, patológicos o no, los ciertos o los falsos, son celos generados por la obsesión mental, en la celotipia se especula, se echa a volar la imaginación y quien la padece sufre y hace sufrir, se torna violento, agresivo, ofensivo, humillante y su pareja no sabe cómo manejar esta situación. Es un grave error complacer las decisiones y manera de pensar del celoso o la celosa ya que se dejan de hacer cosas, se pierden amistades porque él o ella quien no soporta que se platique o chatee, por decir algo más moderno y, a la larga, se hace una costumbre y se vive en la incertidumbre.
El pensamiento chueco, la loca de la azotea, el pensamiento alcohólico no son una exclusividad de mi enfermedad ya que distingue también a neuróticos, maniaco depresivos, ludópatas, codependientes y a muchas personas que no se han dado cuenta de que son obsesivas, ni posesivas.
Por ejemplo, la depresión se origina por el pensamiento negativo: La victima de esta situación comienza a generar en su mente que no vale, que no tiene caso echarle ganas; es como si en su mente estuviera girando un disco rayado. La obsesión produce pensamientos encontrados, pensamientos negativos en contra de uno mismo en la que no puedes dejar la cama, ni los anti depresivos y te tornas hipersensible, intocable, irritable, infantil, sufres en extremo. El insomnio es una característica adicional a esta rutina de pensamiento y las noches se hacen eternamente largas, si hay algo horrible en esta vida es estar atrapado en depresión, yo lo sufrí, yo lo viví, no dormía y lo poco me causaba mucho cansancio, me despertaba desganado, apagado, vivía mi día en blanco y negro, lleno de conmiseración, tristeza, frustración y dolor.
Estar atrapado por la loca de la azotea, aferrarse a cosas imposibles, a un hombre casado, a un amor imposible, aferrare a algo tan complicado es, sin duda, el reflejo de ganas de sufrir y de hundirse cada día más en el pantano de las arenas movedizas y, a la vez, uno mismo va construyendo una cárcel, toda vez que cada pensamiento negativo, cada emoción es como si fuera un gran barrote que todo lo complica y más cuando hay sustancias de por medio, cuando la neurosis se derrame debido al alcohol y las drogas.
¿Por qué recae el recaído? Primero, porque nunca se levanto, nunca agarro vuelo, conozco a muchos con mas de 20 procesos de tres meses. En lo personal, canalizo a los centros de rehabilitación de hombres y mujeres, niños y adolescentes, a un buen numero de adictos; trabajo con ellos después de que terminan su internamiento y en muchos casos hay grandes cambios pero, en otros, se quedan a la mitad del camino, siguen siendo perezosos, distantes, incomunicados, tipos raros, mentirosos, engañifas, neuróticos, deprimidos, siguen con un pésimo manejo emocional y tarde que temprano, la borrachera seca en que se encuentran los hace reventar.
No es fácil andar bien, no es fácil tener sobriedad cuando no se hace nada por lograrla, cuando se está esperando a que otros hagan por nosotros lo que no hemos hecho. El adicto es mediocre, vive en un pequeño mundo obsesionado por sus pensamientos; todo el día él es victima de los ataques de la loca de la azotea; no hay paz y tiene demasiado ruido en su cabeza, no tiene horarios para nada, duerme de día y anda despierto de noche, no estudia ni trabaja, sigue hundido en la misma recamara sucia y desorganizada donde se anestesiaba, continua juntándose con otros mediocres y adictos, hace más de lo mismo, esperando resultados diferentes y tarde o temprano la esposa se cansa, los padres se cansan y él mismo se cansa de caer una y otra vez en el hoyo de la compulsión.
La obsesión es la ausencia del auto control emocional, la ausencia de carácter, autoestima alta, amor propio, valores, actitud; la obsesión te domina y más si no se hace nada para enfrentarla y vencerla; te tumba y te atrapa; el pensamiento suicida se culmina, el pensamiento de inferioridad se logra, el pensamiento del depresión, de las pérdidas, se realiza y se cristaliza.
Por la obsesión fracasas con tu pareja, vives un infierno, pierdes tiempo y finalmente claudicas en tu vida matrimonial, no puedes vivir en paz, ni disfrutar de tus hijos, de tu familia; la mente enferma, el pensamiento perverso y la loca de la azotea, te ganan. A nadie le gusta tener un fracaso, un rompimiento, y aunque estoy expuesto a caer en el hoyo, no hago nada por evitar y sólo el tiempo es quien habrá de ubicarme porque todas las enfermedades emocionales, todas, te llevan a tocar fondos crudos, crueles y severos.
Muchas personas no pueden superar la pérdida de un ser querido y se estacionan en una zona de confort que a fin de cuentas es el lugar apropiado para las victimas. Cierto que es muy feo perder a alguien cercano y más si se trata de tu mamá, papá, esposa, un hijo o alguien muy querido, pero la obsesión lesiona tu vida diaria y tarde que temprano entras en un callejón sin salida, hoy sé que todo está en la mente, sé que aquel quien controla su mente, controla el mundo.
La obsesión tiene parientes cercanos, tiene una hermana que se llama especulación y la mente viaja a mil por hora. Cuando las hermanitas se juntan, el pensamiento se aferra y la imaginación no se detiene. Recuerdo una vez cómo sufría por mis celos patológicos, cómo perdí tiempo generando en mi mente que mi mujer me engañaba y le daba vuelo a la hilacha: Yo la veía en mis pensamientos, especulaba que ella estaba en otro lugar y no en la fiesta infantil que me decía, fui capaz de irla a buscar, de ver si estaba el carro, de comprobar que ella en verdad estaba adentro de la fiesta.
“Alucinas barato” me decía con mucha frecuencia y hoy me doy cuenta de que las cosas suceden cuando menos te lo esperas, cuando no estás obsesionado con los apegos, consiguiendo dinero, buscando contratos y así me lo dicta la experiencia. De repente, un correo, una llamada o un encuentro con alguien y llega la oportunidad de servir y de ganar dinero, mientras que muchas de las veces caigo en el juego del hubiera y del pudiera ser, en la especulación, y yo supongo y doy por hecho muchas cosas, imagino que no me van a recibir, que no me van a dar el contrato, que me van a dar atole con el dedo y exactamente es lo que su sucede. Hoy sé que pensamiento acción es chicle y pega; que no hay imposibles, que sí se puede, que yo puedo, hoy sé que todo tiene solución, menos la muerte.
La obsesión hace de mi presa fácil, muchas veces me obsesiono con el trabajo, con el escribir y servir, con dar platicas y ayudar a las personas, me obsesiono con el caso de alguien, les consigo la beca en algún centro de rehabilitación, me comprometo con la familia a ir a visitarlo y a dar talleres y pláticas. Dejé de hacer cosas personales y de beneficio familiar porque destino mucho tiempo a los servicios, después, salen del proceso, les consigo trabajo, toco mil puertas, le echo esfuerzo, imaginación y ganas, me obsesiono dándoles claves y técnicas de crecimiento espiritual, les doy lo mejor de mi, luego, claudican, los corren de los trabajos que les conseguí, son ingratos cuando les pido un favor, algunos se niegan a contestarme el teléfono y más aún, no se reportan a mis llamados; sé cómo se hunden y por vergüenza no regresan a mi lado. Mi obsesión en ese sentido me hace daño, pero me conformo, me lleno de satisfacción cuando sé que alguien se está recuperando así mismo, sé que ese alguien ya cerro círculos, ya es otra persona y es cuando pongo en la balanza a los mediocres y a los seres humanos de éxito. Sé quien pesa lo que es y quién es quién de corazón y de humildad. No me duele la ingratitud, no me duele la soberbia de muchos a quienes les das la mano y te toman el pie. Me duele que no puedan salir del maldito infierno de la enfermedad y aún así, cada miércoles, después de cada articulo publicado en mi sección de El Heraldo de Chihuahua, después de mis comentarios en televisión, después de que me escuchan en una plática o en un taller, siempre llega a mí sangre nueva, sangre con fe y con esperanza y no porque alguien te desprecia les vas a cerrar la oportunidad a otros.
Hay herramientas para salir de la borrachera seca: la primera es aceptar que andas valiendo monjas; después, tu cambio de actitud y echarle humildad para pedir ayuda. Hay respuesta para el dolor, para expulsar los resentimientos, sacar el veneno, la frustración, culpa, envidia, hay técnicas de crecimiento espiritual que funcionan y funcionan mientras la apertura sea positiva, mientras te comprometas al cambio, a erradicar los patrones de conducta equivocados y nefastos; funciona con humildad, amor, aceptación, cambiando de actitud, dejando atrás a la loca de la azotea, abandonando la obsesión con una buena dosis de espiritualidad, que no está en los templos pues el crecimiento espiritual está dentro de ti, con actitudes y cambios.
Yo sé que México tiene que cambiar, que Chihuahua tiene que cambiar, empezando por mí.
Lamento que este tipo de temas se tornen aburridos y se consideren innecesarios en la formación de un niño, que muchos padres desconozcan el severo daño que están causando cuando hacen de sus hijos unos neuróticos, cuando los hacen adictos a los aparatos electrónicos y esos hijos viven aislados, se refugian en sus recámaras obsesionados con Internet, con la pornografía, la masturbación y los pensamientos “chuecos”. Que esos padres culpen a sus hijos porque fuman hierba, porque se emborrachan y que tengan como último recurso meterlos a un anexo, cuando no saben ni papa de esta maldita enfermedad del alma la cual no se puede curar a garrotazos, ni con instalaciones deficientes solapadas por la miopía gubernamental. Son vidas las que se pierden hundidas en el abismo de la ineptitud oficial que no ha tenido la capacidad de organizar y profesionalizar los centros de rehabilitación donde tiro por viaje hay abusos y violaciones a los derechos humanos y constitucionales, donde el índice de recaídos es altísimo, de cada 10 procesados, nueve recaen y si es así, tan escandaloso el resultado, es que algo está mal y más cuando hay muertos de por medio, golpeados como ayuda terapéutica y, lo más humillante es que todo siga igual, como si nada hubiera pasado y qué fácil es lavarse las manos diciendo que hay un plazo de dos años para que los anexos se reformen y entren a la legalidad. En dos años pueden suceder muchas cosas, como sucede ahora, como es la frustración y el dolor de infinidad de mujeres, madres, esposas y hermanas que son victimas de la ingobernabilidad que prevalece en los centros de rehabilitación ante la clara ineptitud del esquema gubernamental en sus tres niveles.
Es urgente ponerle candados a los hogares disfuncionales, a las escuelas y a los barrios. Esta fábrica de adictos, alcohólicos, maniaco depresivos, codependientes, neuróticos, comedores compulsivos, suicidas, niñas madres; estos índices tan altos de deserción escolar y todas las repercusiones sociales ante la ausencia de un programa serio y profesional de las enfermedades emocionales no hablan muy bien de nosotros.
Yo tuve que vivir mi propia experiencia, estuve muerto en vida, atrapado sin salida y hoy me queda muy claro que una de mis debilidades es el pensamiento obsesivo, es darle vida a la mente chueca, a la loca de la azotea. Hoy sé lo que se sufre en depresión y en una adicción y por ello lucho, me preparo y hago el mayor de mis esfuerzos para evitar que otros sufran lo que yo sufrí, principalmente mis hijos. Dios te cuide.
ernesto_salayandiahotmail.com
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