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Este país que ves
Desde la óptica gubernamental el combate a la delincuencia, de manera particular la “guerra” o “lucha” contra el narcotráfico, se asume como respuesta a una simple relación causa-efecto, una especie de cruzada de los buenos contra los malos, sin atender seriamente el complejo problemático que se relaciona sin sombra de duda con lo sociopolítico, económico y cultural.
Pero los referentes que explican desde el fondo la situación que vivimos, la realidad, que desde el espacio oficial no es dimensionada en su justa proporción, a cada momento nos empuja a mirar con mayor atingencia.
La pobreza en nuestro país, en el periodo que va de 2008 al 2010, de acuerdo con los datos recabados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), pasó de 48.8 millones de personas a 52 millones. De ese total, 11 millones 700 mil se encuentran en el rango de pobreza extrema.
Pobreza imparable
Para el Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México, esas cifras son conservadoras. Aplicando la metodología de la Organización Internacional del Trabajo y del Banco Mundial, en México viven en condiciones de pobreza 87 millones de individuos.
El 54 por ciento de la población ocupada en México se encuentra en la informalidad. Por lo mismo, no tienen prestaciones de salud, vivienda y pensiones.
Es con base en los datos duros que Yoloxóchitl Bustamante, directora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), afirma que México “está igual o peor que en los años 30”.
Los investigadores más serios del país (para que luego los defensores del gobierno digan que no hay propuestas) urgen la implementación de una política de Estado capaz de generar desarrollo económico, empleos y oportunidades reales.
El impulso a la educación, en general, y el incremento de oportunidades de acceso a la educación superior, debe ser una estrategia fundamental, se insiste.
En tanto, desde los gobiernos sólo se emiten declaraciones vacías tipo Félix Guerra.
Y en la otra esquina…
En un escenario kafkiano y contradictorio, en el México desahuciado 203 mil inversionistas de la Bolsa Mexicana de Valores, apenas el 0.18 de la población, tiene activos, a junio pasado, por 6 billones 122 mil 632 millones de pesos.
Con base en información de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, se ha publicado que ese monto equivale al 45 por ciento del valor de la economía nacional.
Bancos, aseguradoras y compañías telefónicas, presumen que ganan más en México que en cualquier otro lado, con el beneplácito de los señores del gobierno que les permiten aplicar tarifas y tener índices de ganancia que en otros países serían incluso ilegales.
En dramático contraste, están los 12 millones 200 mil mexicanos que ingresaron al índice de pobreza en lo que va del segundo sexenio del “cambiazo” (sin descargo de los anteriores, en el despertar anunciado del dinosaurio).
Así va este país y a ver hasta cuándo.
Luisa María Calderón Hinojosa.
“Hoy por ti, mañana por mí”
Como la kakistocracia partidaria sabe de lo imprevisible que suele ser la política mexicana (en un descuido y les toca a los improbables de hoy) los diputados federales aprobaron, “en lo general”, la minuta de la controvertida Ley de Seguridad Nacional.
Con los votos del PRI, PAN, PRD y Partido Verde, la Comisión de Gobernación presentó el que será documento base para el dictamen que se discutirá en el próximo periodo ordinario de sesiones.
Conscientes de la inconsecuencia, los diputados aprobadores aclaran que todos, todos, los artículos que contiene la minuta fueron reservados “para su discusión en lo particular”.
El discrepante Partido del Trabajo ubicó las cosas en su justa proporción: esa ley representa grave riesgo para el país porque “se privilegia la seguridad de los gobiernos en turno y se desprecian las garantías individuales”.
Y como los de la tríada (prianredé) se sienten con posibilidades, unos más otros menos, pero todos en el juego aleatorio, aprueban lo que puede ser la garantía legal para el ejercicio unilateral del poder presidencial.
¿Y qué esperaban?
Al enterarse de la aprobación “en lo general”, el poeta Javier Sicilia, promotor del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, se dijo traicionado por los diputados y senadores que avalaron la minuta.
“Los legisladores traicionaron su palabra y se traicionaron como hombres con este hecho”, declaró Sicilia, que después reanudó diálogo con los mismos.
Hasta ahora, de varias maneras, el movimiento de Sicilia ha sido aprovechado por el régimen y los límites del asentimiento se están a empezando a ver. La prudente distancia y la diferencia en lo evidente con el gobierno debería ser un rasgo central.
Como sea, y considerando la irrelevancia (en lo que toca sus consecuencias evaluables) a la que se reducen las causas más notables, por su atención mediática, sobre todo, sumando la red de complicidades que permea el negocio político, el panorama nacional es sencillamente ominoso.
Con el viento en popa
Del panorama nacional pasamos a Sinaloa (que también es México, como decía aquel slogan chiapaneco).
Ya resulta penoso documentar los cotidianos referentes del fiasco. El gobierno de Mario López es un fracaso en muchos sentidos y hay corresponsables políticos que, a la hora de las cuentas, que se dan quiérase o no, tendrían que cubrir su parte del costo.
O nada cubrir (lo que es bastante probable, ahora que nos fijamos, a la luz de la experiencia de los últimos sexenios, y de los primeros, segundos, terceros…
Hasta ahora, esos promotores del triunfo efímero (que algunos ven como la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon) navegan sin preocupación alguna, enchufados al aparato que de sobra da hasta para la prole, socios, amigos y conocidos (que se porten bien).
Tamborazos
-A contrapelo de la crónica oficiosa, la candidatura panista de Luisa María Calderón Hinojosa (apodada “Cocoa”) a la gubernatura de Michoacán, es vista como una clara imposición del presidente Calderón a favor de su hermana.
-Con el cuento de que es “aliancista” pretende justificar Mario López que un día le baile a uno y al siguiente a otro de los “precandidatos” presidenciales.
Pero los supuestos apoyados, como se comenta en los corrillos defeños, no confían en el gobernador de Sinaloa.
-Es un hecho que si van de candidatos presidenciales Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador, cada uno por su lado, los dos están condenados a la derrota.
-La única posibilidad de la llamada “izquierda” (de nombre, ya, en realidad) es la unidad monolítica. Eso los haría probables.
-Pronta y necesaria recuperación le deseamos a nuestro entrañable amigo, Abraham García Ibarra. La vida sigue
(cano.1979live.com).
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