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La dignidad de un presidente
Eduardo López Betancourt
Lo más valioso en una persona es su dignidad; se puede carecer de riquezas, honores o conocimientos, pero jamás perder la rectitud y la congruencia.
Por dignidad, entendemos en buena medida la autonomía propia del ser humano, sólo él sabe que es “señor de sus acciones” y en consecuencia, al menos parcialmente, un ser libre, no simple súbdito que está bajo el dictado de otro.
La dignidad se basa en el reconocimiento del individuo sin importar cómo sea éste, representa un valor singular que puede identificarse fácilmente.
El tema es claro, nunca nadie como una inicua y mefistofélica lideresa magisterial había ofendido tanto a un presidente mexicano, sin más lo ubicó como vil pelele vende patrias, en el mejor de los casos como un “tranza” acomodaticio, quien con tal de ocupar el poder, es capaz de vender a su propia progenitora; el hecho causó conmoción nacional, ya que hace poco la “maestra” espetó, que por su apoyo el Presidente le había otorgado en propiedad el ISSSTE, la Seguridad Nacional, la Lotería Nacional y la Secretaría de Educación Pública; de sobra es conocido que la abyecta dama nombró a quien quiso al frente de tan importantes organismos.
Muchos aseveran que a don Felipe le importó un bledo la educación, misma que puso en manos del yerno de la Gordillo, sujeto lego en materia de enseñanza. Algo similar ocurrió con el ISSSTE, donde un protegido de Elba Esther, hizo y deshizo, ahí la malversación fue una habitual y amarga realidad. Por si fuera poco, la Seguridad Nacional también le fue obsequiada a la sedicente “profesora”, y todavía hay quien se pregunta ¿por qué nuestro país anda tan mal en ese rubro? No conforme con tanta inmoralidad, la Lotería Nacional se convirtió simplemente en parte del patrimonio de la ominosa lideresa.
Victoriano Huerta, una negra herencia.
Jamás en la historia de nuestra República, ni aun con personajes como Victoriano Huerta se había visto tal podredumbre, “si te apoyo me das esto”, sólo que “esto” es propiedad del pueblo mexicano ¿con qué derecho un Presidente entrega las instituciones nacionales a una aviesa e impresentable mujer?
Por cierto, hace algunos años, cuando al actual primer mandatario azteca le preguntaron que si quien mandaba en el renglón de la educación era la Gordillo, o que si ella imponía a los titulares del ISSSTE, la seguridad nacional y la Lotería, el alto dignatario lo negó, mostrando con su respuesta que la mentira sigue siendo la tónica de los hombres del poder; al final, el encumbrado funcionario fue humillado cuando lo contradijo la detestable fémina, perdiendo sin duda la poca credibilidad que podía aún tener.
Lo grave no es la corrupción imperante en el ISSSTE, la Lotería y de más instituciones ya señaladas, sino la absoluta impunidad, los hurtos sin precedentes que se dieron en la SEP, al igual en el ISSSTE, la nula coordinación en Seguridad Pública y el desvanecimiento de la credibilidad en la Lotería Nacional; no obstante, abrigamos la esperanza que en el próximo sexenio se pueda actuar contra esa caterva de pícaros.
Elba Esther Gordillo y su influencia política.
Mucha gente esperaba que el jefe del Ejecutivo Federal con lo dicho por la Gordillo actuara con dignidad, que inmediatamente la procesara por sinnúmero de delitos, donde el homicidio está presente y no se diga el latrocinio; empero, lejos de ello, se ha dado la complacencia, lo cual amargamente otorga más poder a la hipotética preceptora.
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