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JUECES AVIESOS
EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
Resulta oprobioso, ver cómo los ominosos jueces mexicanos siguen haciendo de las suyas, sabedores de su absoluta impunidad, de hecho se les encuentra en todos los niveles, sin duda entre más randas son, más segura tienen la “chamba”; por supuesto, hay dignas excepciones, pero en nuestra patria de 100 togados 99 son entes execrables, téngase presente el caso vergonzante que dio vuelta al mundo, de un juez deshonesto llamado Héctor Palomares, quien fue presentado como pésimo funcionario en un documental titulado “presunto culpable”, donde sin más condena a un inocente; no obstante, al innoble juzgador lo acaban de premiar, ratificándolo en su cargo, y lo más probable es que pronto le asciendan a magistrado.
Otro caso reciente, es el de la jueza Taisa Cruz Parcero, quien se convirtió en protectora de un sujeto de apellido Moreno Díaz, que fungió como director de operaciones de la Comisión Federal de Electricidad, y quien se asevera robó al país cientos de millones de pesos; el referido individuo ya tenía su historia en eso de llevarse el dinero del pueblo; evidentemente gozó de protección, necesariamente tenía cómplices de alto nivel, inclusive en Estados Unidos se supo de su conducta delictiva, ya que recibía millonarios pagos para favorecer con contratos a empresas norteamericanas, un diario estadounidense consignó los hechos, y fue hasta entonces cuando en nuestra nación se inició la investigación; al abyecto personaje se le incautaron entre otras cosas, un yate valuado en casi dos millones de dólares, un automóvil Ferrari y cuentas bancarias en dólares, no obstante, lo señalado le importó un bledo a la jueza Cruz, es más, asegura desconocer todo ello, lo importante para la “honrada” juzgadora es proteger al sollastre; claro, entre más dinero tiene un truhán, mayor es el número de jueces que encubrirán sus arbitrariedades; obviamente la jueza Cruz está tranquila, porque bien sabe, nada en absoluto le pasará, fuera de obtener jugosos beneficios.
Invariablemente, cada belitre tiene su Juez de Distrito predilecto, quien le otorga sin dilación y cada que lo necesite, un amparo, esa institución tan noble en el pasado, que hoy en día se ha convertido en instrumento para favorecer a toda clase de criminales, sin olvidar funcionarios impresentables, y en general, todo tipo de gusarapos; sin duda en esta cloaca, la incapacidad y pésima actitud de las procuradurías tiene mucho que ver.
Suele ser habitual que los togados mexicanos acudan siempre a resoluciones con aparente cumplimiento de la ley, empero, dichos mentecatos nunca han diferenciado lo que es el derecho y la justicia, el primero es frío e indiferente, lleno de formulas y de carátula, por el contrario, la segunda es humana, de sentido común, profundamente solidaria, donde no se admiten inmoralidades y menos perversidades. Nadie ignora que los jueces aztecas se venden al mejor postor, conforman mafias debidamente organizadas donde se auxilian uno al otro, entre ellos existen lazos comunicantes, en síntesis, la iniquidad brilla en todo su esplendor, lo cual se da con mayor intensidad a nivel federal en la denominada Suprema Corte de Justicia, donde lo que menos hay es precisamente esto último (justicia); entre los entes banales de toga y birrete el nepotismo es sistemático, hacen y deshacen siempre pensando en enriquecer sus bolsillos.
La única salida histórica que se tendrá como opción viable, es el cese inmediato de tanto juez redomado, pero aun más, su debida consignación, donde la pena menor debe ser el decomiso de bienes mal habidos y prisión por varios años, el tiempo suficiente que les impida continuar con su extorsionadora e ignominiosa carrera.
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