México se encuentra hoy, a finales de 2011, otra vez en una encrucijada clave que definirá su historia para muchos años hacia el futuro.
El deterioro social derivado de decenios enteros de una crisis económica no enfrentada, y mucho menos resuelta, amenaza la viabilidad de las instituciones democráticas más importantes y hasta a nuestras mismas libertades fundamentales.
Comunicadores y periodistas de diversos medios son cotidianamente amenazados y agredidos por criminales casi siempre impunes que surgen de los más diversos ambientes y niveles sociales. Es por eso que alienta conocer que los nuevos periodistas, hombres y mujeres que llegan a las trincheras de la información libre, se niegan a doblar la cerviz y, por el contrario, idean nuevos y audaces caminos para informar y denunciar, siempre con un compromiso a fondo con la verdad y con la sociedad.
Este alentador fenómeno es claramente apreciable en la calidad de los trabajos que se han presentado a este certamen. La imagen fija, o móvil, y la voz y el sonido conviven más clara y contundentemente con el tradicional reportaje escrito gracias a las nuevas tecnologías, y la vivencia informativa que ello propicia se hace apabullante y hace evolucionar el clima político casi en cuestión de horas.
Es imposible pronosticar la situación en que vivirá México cuando nos reunamos aquí dentro de un año. Si eso va a representar una mejora perceptible o un aliento colectivo, ello dependerá de qué tanto los periodistas y comunicadores mexicanos convenzan a sus compatriotas de que es urgente un cambio, que nada tiene que ver con las pregonadas reformas que demandan el Presidente y su grupo ideológico, sino que implican, por el contrario, el retorno a los principios constitucionales que nos dieron estabilidad y decenios de progreso en el concierto de las naciones.
Lo anterior no es un escenario utópico, ya que esta recuperación del crecimiento económico y de la tranquilidad social de la existencia la han logrado, en el primer decenio del siglo XXI, diversas naciones latinoaméricanas
que han comprendido que ese destino está en sus manos y no en las de los Estados Unidos, a los que tristemente los gobiernos de México y Colombia se han comprometido a defender a toda costa, en la pasada junta cumbre celebrada en Caracas.
Los trabajos recibidos por este Club también revelan que en todos los grandes medios de comunicación e información existe un substrato de trabajadores que no se conforman con ese mínimo común denominador -pregonado como meta por algunos de estos grandes consorcios como norma de calidad de su trabajo-, sino que están convencidos de que la calidad, la corrección lingüística, el interés humano y la visión de un mejor futuro pueden ser la esencia de sus trabajos de información , reportajes y ensayos periodísticos.
Ustedes amigos pueden ser testigos de este hecho al contemplar la riqueza de esos trabajos, y quedar convencidos que si este país en efecto logra librar el marasmo que nos envuelve será en buena parte por el esfuerzo de los periodistas mexicanos jóvenes y veteranos que se crezcan ante el reto.
More articles by this author
|