APUNTE
JORGE GUILLERMO CANO (Exclusivo para Voces del Periodista)
Sobre aviso ¿no hay engaño?
SOBRE EL USO ELECTORERO DE LA PGR hemos dicho que en la percepción pública está la certeza de la utilización del aparato de “justicia” con fines ajenos a su función designada.
FUÉ LO QUE SUCEDIÓ con el tristemente célebre “michoacanazo” y advertimos que, especulaciones aparte, en el mundillo político las advertencias, directas e indirectas, de tales manotazos están presentes y por derivación el temor, todavía más cuando los de enfrente no son blancas palomas. Nuestro análisis continuó estableciendo que el hecho inconcuso es que, filiaciones aparte, el clima que se está generando en el país, sin ser radicalmente nuevo, es sumamente perturbador. En el tobogán de la sucesión presidencial, el gobierno panista envía el mensaje de que no parará en mientes para impedir que sus adversarios políticos lleguen al poder relativo. “Si esa lógica prevalece, como hemos advertido, las urnas pasan a segundo o tercer plano”, escribimos.
Y agárrense
No hay lugar para la simple coincidencia: cuando se acercan elecciones donde el partido en el poder (PAN) ve escasas posibilidades de triunfo en las urnas, se recurre al expediente de la PGR y sucedáneos. En ese contexto es que se da la persecución de priístas como los ex gobernadores de Tamaulipas, Eugenio Hernández, Tomás Yarrington y Manuel Cavazos Lerma, a quienes investiga la PGR, y las órdenes de aprehensión a ex funcionarios del gobierno que encabezó Humberto Moreira, en Coahuila. Si son justificadas o no, ese es otro tema. Podemos adelantar que lo más probable es que sí, lo que no quita el uso electorero de las pesquisas pues es hasta ahora, en la víspera del sufragio figurado, que se dan. Pero la situación se puede complicar todavía más.
¿Como Juan Pirulero?
Se entiende que el dirigente del PAN, Gustavo Madero (en realidad más bien el comisionado de Calderón en su partido) defienda con todo la actuación de la PGR en tiempos electorales, pero no tanto que Andrés Manuel López Obrador justifique tales acciones sin ubicarlas en su justa dimensión. Investigar a fondo, de acuerdo, pero sin dedicatoria ni objetivos ajenos a la recta aplicación de la ley. Y en su momento, no esperando la coyuntura para usar a conveniencia los aparatos del Estado. Pedir “transparencia” en la indagatoria a los ex gobernadores priístas (marcada coincidencia entre Madero y AMLO) es un lugar común que margina lo evidente: no hay tal, no la ha habido y, si las cosas sigan como hasta ahora en los gobiernos de todos colores, no la habrá. Bien debiera saberlo AMLO a la luz de lo que sucedió con el “michoacanazo” en contra de sus compañeros de partido (que, de algún modo, lo son). Sin necesidad alguna, AMLO declaró que “particularmente en tiempos electorales” se debe investigar y castigar. Dicho así, el aval a la estrategia calderonista (que igual se ha utilizado contra el PRD) se concede, vamos a suponer, gratuitamente. Por su parte, la candidata Josefina pidió cadena perpetua para los políticos ligados al narco, lo que no estaría mal pero no quita el oportunismo electorero de marras.
Detrás del mensaje
Al intervenir en la ceremonia del XCIX aniversario de la “Marcha de la Lealtad”, el general Guillermo Galván Galván, secretario de la Defensa Nacional, expresó que en algunas zonas del país “el crimen ha rebasado a las instituciones por lo cual, la seguridad interior se encuentra seriamente amenazada”. Tal afirmación, por venir de quien viene, no puede ser tomada a la ligera y menos en la víspera electoral de la sucesión presidencial. El dicho de Galván, independientemente del sustento de lo que dice, rebasa claramente lo que es dable expresar por un secretario de Estado, así sea el jefe del Ejército. Ojalá y el asunto no vaya más allá de protagonismos impropios y no sea el prolegómeno de acciones antidemocráticas y autoritarias en torno al proceso en curso.
En el rejuego panista
Si Ernesto Cordero “gana” (la elección interna del PAN) habíamos dicho, la imposición, la antidemocracia y el presumible fraude serían el común denominador en el sentir popular. Habría sido un candidato con el estigma a cuestas, por los mismos vicios que ha satanizado su partido. Era, la de Cordero, una candidatura destinada a la derrota pero bandera consumible de otras acciones antidemocráticas, aunque la anulación se complicaba en ese caso por la diferencia grande que seguramente le habrían sacado sus opositores en la elección constitucional. Desde Los Pinos se presionó para llevarle votos a Cordero y en ello tuvo razón Josefina Vázquez Mota, la ganadora sin segunda vuelta. Los “presionados” sumisos están a la vista y, políticamente, su clara ubicación es ganancia adicional de JVM.
Eliminar a Creel, el objetivo
Josefina, sin embargo (cuyas limitaciones, al igual que su principal opositor, el priista Peña Nieto, comenzarán a pesar) ganó con las mismas mañas del priísmo, aunque igual habría ganado sin ellas frente a un precandidato inflado en la especulación y el sometimiento (Cordero). El escollo real, al inicio con grandes posibilidades de triunfo, pero que se convirtió en el blanco verdadero de la eliminación desde Los Pinos, era Santiago Creel. Las cartas de Calderón estaban en los dos frentes. Uno, el de Cordero, con la apuesta más a modo; el otro, Josefina, con la evidente adhesión mayoritaria del panismo. En cuanto al escenario de julio próximo la contienda no estará, en estricto, entre los candidatos a la vista de los tres principales partidos, sino en los grupos de poder, las facciones, la relatividad de la partidocracia y Don Dinero. En el 2006, AMLO se negó a negociar en privado (al menos así lo declaró y no hay evidencia en contrario) tanto con dirigentes, incluso de su propio partido, como con los grupos de poder económico y político, y públicamente rechazó toda intención de armar componendas. Esta vez la situación es distinta y el propio López Obrador ha tenido que modificar aquella actitud.
No se hagan bolas
Por nuestra parte seguimos pensando, como ya lo hemos expuesto en varias ocasiones, que una disyuntiva lo es si de veras implica decidir entre ofertas diferenciadas, discrepancias evidentes y propuestas contrastantes de fondo. Lo que tenemos en México, en la víspera electorera, no responde a esa condición. Es más de lo mismo con algunos aderezos. El problema de base, hemos dicho y reiteramos, es de sistema, y mientras siga basado en la acumulación de privado beneficio, no se pueden esperar cambios reales, sino al estilo Lampedusa, acaso. Así que, gane el que sea, mientras la partidocracia se reparte, literalmente y sin recato alguno, las instituciones el país, éste seguirá esperando por las opciones verdaderamente democráticas. Y a ver hasta cuándo.
Tamborazos
-En el carnaval de Mazatlán, el gobernador de Sinaloa, Mario López, corrió unos kilómetros, bailó con las comparsas y el público. En suma, participó del festejo con un entusiasmo que, fuera de sus epígonos, preocupa. -El tiempo pasa, más de medio año ya, y del cobarde asesinato del periodista Humberto Millán Salazar, en el Sinaloa de la tranquilidad declarada, nada de nada, ningún “avance” en investigaciones prometidas. -El 25 de agosto del año que pasó, el gobernador López casi juró que en su gobierno no pasaría lo que en otros y que se investigaría el caso asegurando raudos resultados. Todo ha quedado en retórica barata. -En su momento hubo voces, incluso de periodistas, que se opusieron a que la investigación se sacara del estado. Las consecuencias de dejarla en manos de sospechosos están a la vista. -Opacidad y corrupción, en efecto, campean en las oficinas de “comunicación social” a lo largo y ancho del país, como lo han denunciado organismos no gubernamentales.
-Y mientras el drama carcelario que ilustra al sistema todo sigue sin solución de continuidad en este México que ves, hasta la quincena que viene. (
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