VACUNA PARA LOS RICOS
Europa agoniza: Los intocables vomitan sobre ella la gran comilona REGINO DÍAZ REDONDO (Exclusivo para Voces del Periodista)
MADRID.- PARA REMEDIAR LO IMPOSIBLE, los responsables de nuestra enfermedad social buscan afanosamente una vacuna para venderla cara en el mercado de las medicinas. Es otra oportunidad favorable para las transnacionales. Hay que sacar provecho de todo.
Y, CUANDO LA ENCUENTREN, habrá más riqueza para los monopolios vergonzantes que pagan poco a sus científicos y distribuyen beneficios entre humildes inversores millonarios.
Casino de Montecarlo
De esta forma, la humanidad sufre y muere más y antes. Axioma riguroso. Por tanto, es imprescindible regular precios y mercados, reinvertir las excesivas ganancias; que no se vayan a Mónaco para el disfrute de una casta que se junta y aísla en pequeños espacios y levanta vallas artificiales que no podrán detener la avalancha que se cierne sobre ellos.
Montecarlo es una de los últimos reductos de un grupito cuyas fortunas podrían remediar la hambruna y la sed del planeta.
La riqueza que acumula un puñado de personas es infinita. Sus haberes, exorbitantes; los deberes, pocos y condicionados.
Pero surge la duda, sus habitantes están intranquilizándose. El oro ya no los protege tanto ni da impunidad. Inteligentes buscan qué hacer.
Sesudos análisis les llevó a concluir que se filmen reportajes insólitos, documentales inimaginables que recogen sus derroches en fiestas sibaritas. Muestran sus tesoros, exquisitos atuendos, joyas invaluables y coches exclusivos que cuestan millones de euros cada uno.
Acabo de ver un corto sobre este paraíso terrenal, sin manzanas ni higos, que hiela la sangre y produce escalofríos.
En escasos kilómetros cuadrados, viven personajes que no pagan impuestos o si lo hacen son muy reducidos, porque forman parte del atractivo y el asombro de sus semejantes. Un príncipe de opereta, preside, ufano, todo el territorio, ajeno a auditorías morales y admirado por los políticos que sueñan con alcanzar dicho estatus. Un mundo de bellos sueños que no tardarán en convertirse en pesadillas.
Los dirigentes europeos hacen caso omiso a estas fantasías que consideran inexistentes y se hunden en el fango. Son, únicamente, un instrumento financiero más para el sostén de una burocracia corrupta. Tienen cataratas que distorsionan las principales bases de la ética más elemental.
Por su presbicia, y para que se operen, valgan los siguientes consejos:
Necesitamos ampliar horizontes, llegar a más países, globalizar los intercambios culturales, aprobar proyectos que mejoren la calidad de vida; curar el mal estado de salud actual y no fortalecer utopías para justificar ingresos inmerecidos.
También, es preciso mover conciencias, exigir rigor y atender más a los requerimientos de millones que están en el umbral de la pobreza o fallecen por inanición.
En España, los primeros recortes han sido en educación y sanidad. Lea: en Finlandia, por ejemplo, asisten a la escuela pública el 96 por ciento de los alumnos, aquí, el 36 por ciento. Allá, los estudiantes reciben una valoración del tercer lugar en lectura, el sexto en matemáticas, y el segundo en ciencias. Al sur de los Pirineos, ocupamos el puesto 34 en lectura, el 36 en matemáticas y el 37 en ciencias.
Aún así, el gobierno mete mano y reduce planteles y sueldos; compra pocos y viejos equipos científicos, cierra centros culturales y mantiene subsidios a instituciones doctrinarias en detrimento de los colegios públicos. Apaga la luz a museos emblemáticos, embarga escuelas laicas y auspicia la privatización de la enseñanza para respaldar “la moral cristiana”.
Al mismo tiempo, y por ello, los científicos buscan mejores horizontes, huyen al extranjero; se va la mano de obra especializada, sucumben los emprendedores, se desprecian las ideas nuevas y cada vez son menos los estímulos para la gente valiosa.
La dictadura democrática, de la que tanto presumimos, copia los 40 años de mudez franquista. Se vuelve a oír: Europa termina en el Cantábrico. De ahí para abajo, todo es desierto, Sájara, negritos blancos que sirven de esclavos, como en el medioevo.
Estamos colonizados sin darnos cuenta. Somos lacayos y material robótico para labores domésticas. Eso sí, muy buenos como mulas de carga. En resumen, burritos simpáticos, obedientes, con jinetes sin el ingenio de Sancho.
Admiramos a quienes despilfarran fortunas; nos comemos la angustia y soportamos el maltrato.
Los ciudadanos están hartos de sus dirigentes sociales; saben de su inoperancia pero a los que protestan se les llama “vándalos, grupitos antisistema… radicales que siembran el caos” y otras lindezas que emiten las voces del ayer.
Los muchachos se quejan, “no somos maleantes… no queremos pagar sus robos… sólo anhelamos libertad”. Los ecos de la indignación, del dolor, rebotan en las casas y se meten en ellas, hacen estragos.
Los españoles están perplejos, asombrados, encabronados.
Los nobles reciben herencias fabulosas, subsidios multimillonarios; compran lugares históricos, se apropian de latifundios y los explotan a las antiguas maneras. Hay marqueses, duques, condes y demás, que son rémoras para el progreso. En sus manos están los bienes materiales y ostentan sus títulos como si fueran botines de guerra.
Contradicciones:
En Italia, Mario Monti, su premier ministro, anuncia que cobrará impuesto a los inmuebles que el Vaticano utilice para obtener rentas. En Inglaterra, se dice, o se sabe, que la Casa Real es dueña de un 20 por ciento de los edificios emblemáticos del país. En Francia, Francois Hollande, candidato socialista a la Presidencia, anuncia que si llega al poder gravará con el 70 por ciento de impuestos a los que ganen mas de un millón de euros al año. En Grecia hay un estado de emergencia próximo a una revolución social con consecuencias imaginables.
La Unión Europea aprieta tuercas; doña Ángela se adueña de “la austeridad” e impide la normalización de la economía o la retrasa. Por su talento, acaba de recibir el 68 por ciento del apoyo en las encuestas. Está en la cumbre de su popularidad.
Portugal se mueve en aguas procelosas e Irlanda recibe premios “por portarse bien” y hacer los recortes que le ordenan.
Arriba de Bruselas, las naciones dan la espalda a los países periféricos. Inclusive, sugieren que abandonen el euro si no pueden reducir su déficit en porcentajes leoninos.
Eurolandia se convierte en el fantasma de la ópera y el jorobado de nuestra señora de París ronda otra vez en busca de la revancha.
La piel de toro de nuestra geografía da paso a la vaca despanzurrada.
Los liberales -paradójico nombre- representan a la clase intocable. Los bancos acumulan un saldo récord de deuda y han destinado 119 mil millones de euros a la compra de títulos. Hace unos días, el BCE prestó medio millón de euros a 800 bancos del continente de los cuales los nuestros piden una tercera parte.
Los petrodueños nos agobian, la comisión económica de la UE a través de Joaquín Almunia, socialista español, no quiere escuchar sobre una posible flexibilización en el pago de la deuda pública “hasta no conocer los Presupuestos Generales del Estado”.
Innumerables son los problemas que no cabrían en este artículo mencionar. Las tres hermanas de la caridad informaron que el año pasado, Fitch ganó 525 millones de euros, el 9.4 por cinto más que el anterior; Standard & Poor´s 44 millones el 2.3 por ciento más y Moody´s, 367 millones, 28 por ciento arriba de su última utilidad.
Cifras insultantes que no soportan ningún análisis serio.
No obstante, sus ingresos no han sido cuestionados. ¿Quién los audita?.. ¡Ellos mismos! Así, qué chiste. Todo para el vencedor y el que venga a atrás que arree.
A ver cuándo el buey se convierte en búfalo y arremete. No se quejen si ataca porque está famélico y busca carroña.
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