PAPELES AL VIENTO ABRAHAM GARCÍA IBARRA (Exclusivo para Voces del Periodista)
Los falsos profetas del Banco Mundial
COMO TESTIGOS PRESENCIALES , nos consta que la conversión de los rurales gomeros o mariguaneros sinaloenses, de agentes individuales del narcotráfico a hombres de negocios, según el caso representativo de Joaquín El Chapo Guzmán Loera, calificado por Forbes entre los más ricos del mundo, pasó por las tesorerías de los bancos privados y las cajas del comercio tradicional, ahora digitalizado.
A ESTAS INSTANCIAS acudían campesinos empoderados económicamente con sus morrales llenos de dólares que ponían a manos libres de gerentes y ejecutivos de cuenta que asumían manga ancha para le gestión de esos recursos.
La imagen de los sonrientes gerentes bancarios se volvió típica: Su acolchonado sillón en despachos con aire acondicionado, presidiendo un escritorio que invariablemente tenía anexa una gaveta abierta en la que los usuarios de los servicios, una vez cerrada una operación formal, como no queriendo la cosa depositaban el diezmo correspondiente. En efectivo verde, por supuesto.
Había narcos, a fin de cuentas analfabetos, cuya baja o nula escolaridad aritmética les impedía sumar más allá del millón de dólares. A partir de esta cifra, el abundante resto les resultaba un enigma. Era el momento en que sus pilas de dólares acumulados en bóvedas caseras eran trasladadas a las sucursales bancarias.
El nuevo exceso de insólita y creciente liquidez en divisas -que superaba con creces los presupuestos totales de los gobiernos estatales- animaba, anima, a los administradores de los excedentes del narco a buscarles destinos rentables en los que se pudiera blanquear dichos recursos: Las empresas automotrices, que tenían como clientes principales a funcionarios de gobierno, vieron disparada la demanda de sus nuevos modelos, al grado de que la oferta del año venidero estaba acaparada y pagada meses antes por los nuevos ricos privados. Se impulsaron vertiginosamente inversiones en el sector inmobiliario para el desarrollo de proyectos residenciales-turísticos. Apareció la llamada banca paralela para trasegar dólares en nuevas comercializadoras, casas de cambio y en inversiones en papeles en el merado bursátil.
La abundante disponibilidad de fondos líquidos requirió entonces un manejo experimentado y sofisticado más complejo que dio origen a la cartelización mediante la ingeniería financiera. El proceso se transformó en una actividad en tinieblas, fuera del alcance de la auditoría fiscal. El lavado se elevó a categoría industrial y se constituyó en sustento de las balanzas de pagos nacionales. No pocos directivos de la Asociación de Banqueros de México y de las confederaciones Patronal de la República (Coparmex) y de Cámaras de Comercio (Concanaco) aparecieron implicados en el sórdido negocio de las drogas quienes, precisamente por su privilegiada condición de interlocutores del gobierno, pasaron alegremente por los filtros de la impunidad.
Esa, es una historia absolutamente comprobable que no consta en la biografía, por ejemplo, de los procuradores de la República, de funcionarios de la Secretaría de Hacienda o del Banco de México, por razones obvias, conectados con el sector empresarial privado.
Por todo lo anterior, llama la atención que hasta ahora el Banco Mundial (BM), un organismo creado por la Organización de las Naciones Unidas para la asistencia financiera a los países en desarrollo, que al menos desde la década de los setenta del siglo pasado ha expresado su preocupación por los problemas generados por la producción y el tráfico de estupefacientes, diga que la iniciativa privada debe involucrarse en la lucha contra el crimen organizado que ostenta el control del negocio de las drogas, según lo ha dicho recientemente el presidente del BM, Robert B. Zoellick.
Para ser realistas, ¿cómo puede un segmento empresarial que está metido hasta los codos en esa rentable empresa en calidad agente activo, ser comprometido en su combate, que atentaría contra sus propios intereses, haciéndose el hara kiri?
No son más que ganas de manifestar una falsa inquietud sobre un tema que el propio BM tiene abundantemente documentado, particularmente en lo que respecta al blanqueo de los excedentes del narcotráfico, que mueve un billón y medio de dólares, y que son soporte de los balances de bancos de los Estados Unidos, que de esa manera han sorteado la crisis de los últimos cuatro años. Que el señor Zoellick, en retirada del cargo, no se la jale.
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