Pemex:
El Monte Everest
de la corrupción
ABRAHAM GARCIA IBARRA
MARINA NACIONAL 329, CIUDAD DE MEXICO. Hasta 2003, la Torre de Pemex fue considerada el rascacielos más alto en territorio mexicano: 214 metros de elevación. Su estructura arquitectónica, que abarca 94 mil 600 metros cuadrados, resistió el devastador terremoto del 19 de septiembre de 1985 y sismos posteriores hasta de 8.12 grados en la escala de Ritcher.
Jesús Reyes Heroles
LO QUE LA EMPRESA paraestatal insignia de México -Petróleos Mexicanos (Pemex), que ocupa los espacios de esa obra de técnica-arte- no ha resistido, es la condición humana: Su estructura administrativa es un arquetipo mundial de corrupción pública y privada, que ha llevado a ese ente a ser uno de los más endeudados y deficientes a la escala mundial, que lo ha convertido en rehén en los pisos de remates del mercado especulativo internacional.
Si, entre más de siete mil ejecutivos y empleados, ingresa un despistado visitante al vestíbulo del edificio ¡Cuidado!: No equivocarse al escoger uno de los 24 elevadores. Celosos y fornidos guardianes de la seguridad le impedirán que tome uno de los tres ascensores que conducen a los últimos niveles de la torre.
Excelencia en economía criminal
Hasta ahí -hasta aquellos pisos estelares-, sólo pueden llegar unos cuantos privilegiados individuos que, ahora, deben acreditar, no un expediente escalafonario para ascender a la cúspide, sino títulos de excelencia en economía criminal. Únicamente para éstos, y sus invitados selectos dispuestos a pagar el “entre” contractual, está reservado, fast track, el derecho de admisión.
Salinas de Gortari con Bush padre.
No siempre fue así, sin embargo. Pemex tuvo en su dirección general, en la época premoderna, gestores de administración pública con rango de verdaderos estadistas. Por ejemplo -con talla de patriota-, el inolvidable tuxpeño don Jesús Reyes Heroles, quien conocía a profundidad el significado de la Expropiación Petrolera y el imperativo de la Economía mixta, con intervención preponderante del Estado como factor de soberanía y del desarrollo nacional.
Reyes Heroles -hombre de acerada cultura, vocación nacionalista y autoridad intelectual-, aún antes de ser líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI) afinó su intuición y su conocimiento de la historia, para prevenir contra la irrupción de la tecnocracia en la conducción del Estado, advirtiendo contra la pretensión de esa subclase burocrática de constituirse en poder político. Lo dijo con profético acierto: Será el retorno de Los científicos que trataron de legitimar la vesánica dictadura de Porfirio Díaz.
La rapaz Generación del cambio
Don Jesús Reyes Heroles, proclamaba: Se es joven, cuando se tiene voluntad de ser y no de poseer. Se es joven, cuando la rebeldía frente a lo indeseable no ha terminado… Pero Reyes Heroles murió en 1985. Tres años después, un alumno del impulsor del Estado Social de Derecho, Miguel de la Madrid, entregó el poder presidencial a una sedicente generación del cambio.
Lázaro Cárdenas decreta la expropiación.
Con el usurpador Carlos Salinas de Gortari, nada fue como antes. En materia de petróleo -y sector energético en general- negoció secretamente su entrega con agentes de los Estados Unidos en la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), para tratar de legitimar desde el extranjero su ilegal asalto a Los Pinos.
Si se trataba de redimensionar regresivamente el Estado mexicano, hubo que preparar la desnacionalización de Pemex, fragmentando su estructura administrativa para facilitar de facto el rodeo a la Constitución y su cuerpo de leyes secundarias.
Zedillo embargó la factura petrolera
Al mandatario suplente Ernesto Zedillo Ponce de León, le correspondería pagar su permanencia en la Presidencia, embargando la factura petrolera a fin de garantizar la amortización del rescate económico tripulado por Bill Clinton después del maquinado error de diciembre de 1994. Zedillo Ponce de León continuó, por supuesto, el descuartizamiento del espectro administrativo de Pemex.
Zedillo Ponce de León.
La tarea de Zedillo Ponce de León culminó con la entrega de Los Pinos al Partido Acción Nacional (PAN). Vicente Fox Quesada siguió la tarea depredadora del salinato, poniendo de rodillas a México ante la bushiana Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) y expresamente en la subordinante alianza energética para la zona. Las Cuentas Pública anuales de la administración foxiana documentan el monstruoso saqueo de la industria petrolera, ya en galopante proceso de desnacionalización.
Vicente Fox con Bush hijo
El zafio Fox Quesada actuó en congruencia con su antidemocrática y clasista divisa de un gobierno de empresarios, por empresarios y para empresarios. Pero su sucesor, Felipe Calderón Hinojosa, para asestarle la puntilla a la desnacionalización petrolera, ha actuado movido por la vieja consigna fundacional del PAN, de no dejar piedra sobre piedra de la obra del Gran Expropiador Lázaro Cárdenas del Río.
Ahora se venden hasta las pensiones
En estos días del Año de Hidalgo, el PAN-Gobierno -apoderado patrimonialistamente de la administración de Pemex- está llevando la destrucción financiera de la desvertebrada paraestatal, hasta la venta de jubilaciones a ex funcionarios que, cesados para dar oportunidad a nuevos predadores, han litigado su reinstalación. “Te conviene más un mal arreglo que un buen pleito. Te pueden llevar hasta tus últimos días en la gestión para reinstalarte. ¿Por qué no aceptas la proposición del Jurídico para que, antes del 1 de diciembre (de 2012), se te asigne la pensión con el ingreso integrado que tenías como ejecutivo hasta el día de tu despido?”. Qué tal. (Abraham García Ibarra)
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