PAPELES AL VIENTO ABRAHAM GARCÍA IBARRA (Exclusivo para Voces del Periodista)
Don Isidro Fabela, el verdadero patriota de Atlacomulco
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QUE BORREN SUS NOMBRES DE LOS LIBROS DE TEXTO GRATUITOS
Expúlsese del paraíso neopriista
a aldeanos populistas mexiquenses
AHORA QUE EL SECRETARIO de Hacienda Luis Videgaray ha convocado a los compatriotas a la consulta pública para la confección del Plan Nacional de Desarrollo, no resistimos la tentación de echar nuestro cuarto a espadas.
NUESTRA PONENCIA PODRÍA inscribirse en los temas de Cultura y Educación, ahora que tan de moda está la reivindicación del Estado mexicano como rector en esas materias y que -con Gordillo está en la cárcel la gente la extraña…- el Pacto por México anuncia la primera serie de clones de Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Morelos y Juárez, etcétera.
Exposición de motivos
Al tomar por asalto el poder político la primera generación de gringos nacidos en México, el presidente Ronald Reagan, aconsejado sabiamente por la samaritana Fundación Heritage, decretó humillar el orgullo de México.
Congruente con su mandato, El lirón del Salón Oval envió a México al seductor John Gavin para que constituyera la Triple Alianza Embajada-empresarios-clero y dar asistencia electoral al Partido Acción Nacional. Gavin fue muy puntual y literal en su designio básico: Borrar la memoria histórica de los mexicanos. Olvidar los agravios inferidos a la Patria de Hidalgo por los herederos de James Monroe.
Los dóciles mandarines de Los Pinos -Manchurian presidents- respondieron que, en efecto, era llegada la hora de sepultar mitos y dogmas, que no son más que rémoras-lastre que estorban el gran salto a la postmodernidad neoliberal y el acceso de México a “las grandes ligas” de la globalidad.
Primera acción: Aplicar el método Fahrenheit 423 en la quema de “la historia oficial”, empezando por la monserga de los Libros de Texto Gratuitos, que tanto subvierten a la niñez mexicana (cuando sabe leer.)
Ejemplo: El primate uniformado José Ramón Miguel Ydígoras Fuentes sirvió a la Casa Blanca, cediendo el territorio de Petén para que El Pentágono instalara una base militar como cabeza de puente para la invasión armada de Cuba, y la Hacienda La Helvética para el entrenamiento de cinco mil gusanos. El gobierno mexicano no hizo las mismas concesiones a Washington. El pitufo guatemalteco ordenó a su Fuerza Aérea bombardear barcos pesqueros mexicanos que navegaban en aguas del Pacífico.
¿Por qué Palacio Nacional, conociendo la capacidad numérica y de fuego del Ejército mexicano, no ordenó aplastar al provocador bananero, quien no tuvo empacho en confesar que el Tesoro estadunidense le ofreció recompensarlo con dólares contantes y sonanantes? Eso no se lleva bien con la Doctrina Monroe. Todo por ese afán de los mexicanos en creer que, en la observancia del Derecho de Gentes, debía prevalecer la Doctrina Carranza, legataria del apotegma Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.
Gavin dijo: Borrar la memoria histórica de los mexicanos.
No más santoral republicano
Propuesta: Como somos agentes de vanguardia de la globalidad mercantil, prescindamos ¡pero ya! de la idea de que podemos lograr la autarquía. Aceptemos nuestra condición de patio trasero del imperio. ¿A qué hablar de soberanía nacional? Al diablo con los dogmas.
Cuando se le acercó el atómico Harry S. Truman no le cuidaron el café a don Adolfo El joven.
Como son muchas las páginas de la historia nacional (que antes los mexicanos cursimente consideraban gloriosas), seamos selectivos. Retiremos de escuelas, presas, calles, avenidas, centros culturales, mausoleos, etcétera, nombres que están inscritos en el santoral republicano y son mala influencia para aquellos que siguen cantando el México lindo y querido. Se puede empezar por aquellos a los que sus paisanos gustan llamar mexiquenses. Ya lo dijo Fé-lipe: La marca registrada es México. No Estado de México.
El Patriarca de Atlacomulco
¿Qué tal si comenzamos por el nombre del Patriarca de Atlacomulco, un tal Isidro Fabela Alfaro? ¿No fue acaso el que motivó a El varón de Cuatro Ciénegas a diseñar la Doctrina Carranza? Detractor de Monroe, por ahí anduvo, tratando de convencer a Wilson de que retirara sus tropas invasoras de Veracruz y -después de lograrlo-, no conforme con esto, tuvo la osadía de promover la expulsión de los embajadores británico, sir Lyonel Carden, y belga Paul Hay, nomás porque gestionaron que sus gobiernos aceptaran al usurpador Victoriano Huerta, que no había hecho más que asesinar a Francisco I. Madero y a José María Pino Suárez. Y más: Tuvo el atrevimiento de lanzarse al Cono Sur para que los gobiernos de Brasil, Argentina, Chile y Uruguay le brindaran reconocimiento al gobierno constitucionalista mexicano. Habrase visto. Que diría en su tumba don James.
Pecado capital, sin embargo, es haber fungido como mentor de un joven e indefenso paisano: Adolfo López Mateos. Lo formó con tal ligereza, que acaso haya contribuido a su arribo a Palacio Nacional. Y éste, que se pone a auspiciar Libros de Texto Gratuitos, y dizque a mexicanizar la industria eléctrica o finiquitar la Expropiación Petrolera. Y, como Dios da el agua pero no los diques, que empieza a construir presas para que los campesinos puedan regar sus sembradíos y alimentar a sus connacionales. Y dale con la libre autodeterminación de los pueblos, y que la solución pacífica de los conflictos entre Estados. La rosa de los vientos no soporta tanto desafío internacional al Tío Sam.
¿A qué queremos identidad nacional?
Esos populistas no se miden en sus excesos: ¿Cómo aceptar que López Mateos se haya jugado la audacia de promulgar la Ley Federal de Radio y Televisión y validar el dominio directo de la Nación de su espacio territorial y, en consecuencia, del medio en que se propagan las ondas electromagnéticas, y todavía decir que dicho dominio es inalienable e imprescriptible?
Es de locos decir que la radio y televisión constituyen una actividad de interés público; que tienen la función social de contribuir al fortalecimiento de la integración nacional y el mejoramiento de las formas de convivencia humana, y además imponerles el deber de evitar influencias nocivas o perturbadoras al desarrollo armónico de la niñez y la juventud. Peor aún, el deber de contribuir a elevar el nivel cultural del pueblo o a conservar las características nacionales, las costumbres del país y las tradiciones, la propiedad del idioma y a exaltar los valores de la nacionalidad mexicana. ¡Que sería ahora de la docente peruana Laura Bozzo: Laura en América!
El de la eterna sonrisa
Pero El populista de Atizapán, ya encarrerado, se fue de bruces. Pretendió que la Secretaría de Gobernación promoviera el mejoramiento cultural o la propiedad del idioma al través de esos medios, y que la de Salubridad cuidara la trasmisión de la propaganda comercial relativa al ejercicio de la medicina y sus actividades conexas. (Sin IVA).
Locura al límite: ¿Qué es eso de, en materia de concesiones del Estado, impedir la cesión ni en manera alguna gravar, dar en fideicomiso o enajenar total o parcialmente la concesión, los derechos en ella conferidos, instalaciones, servicios auxiliares, dependencias o accesorios a un Gobierno o persona extranjeros ni admitirlos como socios de la empresa concesionaria?
Y todavía más: “Las acciones y participaciones emitidas por las empresas que exploten una estación radiodifusora, que fueren adquiridas por un Gobierno o persona extranjeros, desde el momento de la adquisición quedarán sin efecto para el tenedor de ellas y pasarán al dominio de la Nación los derechos que representen, sin que proceda indemnización alguna”.
Con razón los plutócratas, enardecidos, le carteaban públicamente: ¿Hacia dónde vamos, señor presidente? Y cuánto se alegraron cuando se enteraron de que el Presidente fue atacado por un aneurisma cerebral. El maleficio debe alcanzar ahora a los que creen todavía que México puede tener una política soberana en materia de telecomunicaciones. Nada, nada: ¡Venga la inversión extranjera ciento por ciento al sector! A qué sacar el espantajo de la Seguridad Nacional.
Que el pueblo coma alimentos para cerdos
El mismo destino debe depararle al nombre del cantor de Zacazonapan. Ese profesor de la eterna sonrisa Carlos Hank González. Pues no se le ocurre a él, que “ni mexicano era”, andar dirigiendo esa “cosa” que se llamó Compañía Nacional de Subsistencias Populares, cuando tan fácil es convocar a una cruzada contra el hambre.
¡Qué ocurrencia la de mandar construir silos del pueblo para que los productores de alimentos tuvieran mercado seguro (y con seguro) y los consumidores bastimento nacional y a precios accesibles!, cuando tan fácil y “barato” es favorecer a los productores extranjeros para que nos manden alimentos para puercos. Peor populista no puede haber: Pensar que ejes viales o vías rápidas pueden hacer circulables las grandes metrópolis. Por eso no llegó a Palacio Nacional, pues acaso ¿no se opuso -con Fernando Gutiérrez Barrios, “que ni mexiquense era”- al Plan Nacional de Desarrollo de Carlos Salinas de Gortari, nomás porque éste dejaba al descampado a los sectores sociales o, como dicen los demagogos trasnochados, los más desvalidos?
Si “el buen juez por su casa empieza”, la generación mexiquense del Tercer Milenio debe proscribir los evangelios apócrifos que hablan de aquellos personajes como patriotas.
Esperamos que don Luis Videgaray tome nota de esta humilde y neoliberal iniciativa. Es cuanto.
Cc. Al también mexiquense secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, para los efectos correspondientes. Ya no la Patria: El globo es primero.
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