DEFINICIONES MANUEL MAGAÑA CONTRERAS (Exclusivo para Voces del Periodista)
Es hora de la unidad latinoamericana
LOS VIENTOS DE LA HISTORIA empiezan a soplar en dirección diferente y en contraste con las crisis en otros países, incluso los europeos, las naciones de la América Latina, Iberoamérica o Hispanoamérica, como también se les llama, están en la antesala de jugar un papel de primer orden en el futuro de la Humanidad.
Juan Pablo II vio a América como el Continente de la Esperanza
La muerte de Hugo Chávez, presidente de Venezuela, y las multitudinarias muestras de dolor del pueblo venezolano, sin paralelo en la historia de nuestro continente, así como la nutrida asistencia de representantes de diversas naciones al luto nacional en esa nación hermana, nos dicen de que algo está cambiando en América Latina y que, dentro de la descomposición que abarca naciones de Europa sobre todo, a Hispanoamérica le corresponde un papel de importancia que jugar en los días o venir. Desde hace tiempo, se le ha llamado a las naciones de América Latina, el Continente de la Esperanza.
Cronológicamente hablando, después de la muerte de Hugo Chávez, la elección del Papa Francisco ha venido a poner de relieve que los valores básicos en que descansan las naciones iberoamericanas, tienen mucho qué decir al mundo en crisis de nuestros días.
El libertador Simón Bolívar y el filósofo mexicano José Vasconcelos, previeron el enorme papel que le corresponde desempeñar al mundo de habla hispana y portuguesa de nuestro macizo continental, así como a los países del Caribe que también tienen el ingrediente latino que nos identifica en cuanto naciones hermanas
Debemos entender este momento
En América Latina estamos en un momento de suma importancia, porque tal parece que empezamos a cosechar los frutos ante el proceso vivido durante los últimos años de división y hemos llegado al cruce de la Historia en que parece asomar la unidad y de ser así, nos aguardan mejores días siempre y cuando ahondemos en la necesidad de mantenernos unidos para rechazar las asechanzas de los intereses ajenos que representa la globalización económica que además de succionar nuestras economías para alzarse con las ganancias y llevárselas al extranjero, nos está ocasionando una serie de daños ecológicos que ya no deben ir más allá, porque la Naturaleza, o sea, el medio ambiente, ha surgido grave daños con la explotación minera, por ejemplo, así como con las aparentemente inevitables maquiladoras que llegan a nuestros países a pagar la mano de obra a precios de remate.
Ha llegado el momento de que las naciones latinoamericanas se mantengan unidas para lograr un desarrollo económico, social y cultural, de acuerdo a nuestros valores y con rechazo a moldes que atentan contra las leyes de la naturaleza y el orden moral
El Papa Francisco
El ascenso a la silla de San Pedro del obispo jesuita Jorge Mario Bergoglio, ahora Papa Francisco, ha sido todo un acontecimiento de alcances mundiales que coloca a América Latina en el mejor momento de su historia.
¿Porqué en el mejor momento de su historia? Porque es el primer Pontífice Romano de origen latinoamericano, lo que significa que en nuestro continente existen personalidades que tienen qué decir mucho al mundo en los días de crisis que padecemos.
Lo peor que puede hacer quien haya nacido en Latinoamérica es sembrarle de piedritas el camino del Papa Francisco, quien ha sorprendido al mundo con un lenguaje vigoroso, directo, franco. Decir que el verdadero poder es el servicio al semejante, constituye una orientación al ser humano que se necesitaba escuchar.
El Papa Francisco, un latinoamericano nacido en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936, tiene mucho que decir al mundo para que la humanidad camine por el sendero correcto y pierda la esperanza de alcanzar un futuro digno.
El día de San José -19 de marzo-, en que tomó posesión de su cargo oficialmente, el Papa Francisco pidió desde El Vaticano a todos los que ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico, político y social, así como a los hombres de buena voluntad, “seamos custodios de la Creación, del designio de Dios inscrito en la naturaleza, guardianes del otro, del medio ambiente “ y enfatizó firmemente: “No dejemos que los signos de destrucción y de muerte acompañen el camino de este mundo nuestro”.
Hizo hincapié en que “el odio, la envidia y la soberbia ensucian la vida y por eso hago un llamado a no tener miedo a la bondad ni a la ternura”.
Personalidad de principios sólidos y certeros, el Pontífice manifestó la universalidad de su pensamiento basado en los principios del Cristianismo, al decir: “Abro mis brazos para custodiar con ternura a toda la humanidad”. Añadió: “Atender al enfermo, al sediento, al desnudo y al encarcelado es misión del poder”.
Avanzar siempre unidos
En los albores de la independencia de las naciones sudamericanas, de América Central y de México, un individuo que respondía al nombre de Joel Robert Poinsett dejó sembrada la semilla de la discordia en los pueblos latinoamericanos. Por ser esta la mejor forma de frustrar los anhelos libertarios a que tiene derecho y deber todo ser humano ante los destinos nacionales del suelo donde nace.
Hugo Chávez
Esas divisiones nos han hecho mucho daño y por eso no debemos caer en la s prédicas antinacionales de los “capriles” de la oposición que sirven a intereses extraños que buscan extraviarnos.
Tal vez, uno de los grandes méritos logrados por Hugo Chávez, a lo largo de su singular carrera política al servicio de su Patria, Venezuela y la unidad hispanoamericana, fue la de unir voluntades en el interior de su país, para trabajar por la causa común del salvamento nacional de Venezuela. Mérito también es el de haber señalado a gobernantes de otros países de nuestro continente latinoamericano el imperativo de dedicar los mejores esfuerzos en pos de un redención nacional digna y justa.
Escala de valores
De acuerdo a la escala de valores con que debemos analizar el acontecer humano, debemos decir que, el Papa Francisco y Hugo Chávez tienen su lugar en la historia de América Latina, cada uno en su sitio y sin interponerse el uno al otro, porque los dos han hecho bastante por el reencuentro de valor latinoamericanos y su proyección en el mundo. Desde luego, la figura del Papa Francisco rebasa al político recientemente fallecido.
Son momentos de sumar, no de restar. Los valores que tenemos debemos reconocerlos y tomar de ellos lo mejor.
Lo peor que podemos hacer en estos momentos promisorios para Latinoamérica, es tratar de dividir, de mediatizar a quienes son protagonistas de este momento latinoamericano. Estar Unidos, para rechazar las asechanzas del extraño es obligación ineludible de todo hombre de bien nacido en Hispanoamérica.
El momento así lo reclama y el futuro que debe ser mejor también.
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