ANDO VOLANDO BAJO…
Canto lúgubre de los trabajadores
del sector de aerotransportes
EN LA FERIA DE PRIVATIZACIONES-EXTRANJERIZACIÓN como
marca de la casa de la tecnoburocracia neoliberal
comprometida a la entrega del patrimonio económico nacional a intereses
foráneos, Vicente Fox, que declaró el suyo como gobierno de los empresarios, por los
empresarios y para los empresarios.
Fox. Gobierno para empresarios
En agosto de 2001 asestó a los
mexicanos una prueba de congruencia al autorizar el trasiego del Banco Nacional
de México, en manos entonces de Roberto Hernández Ramírez, al estadunidense Grupo Financiero Citigroup, con una
generosa exención fiscal de unos 36 mil millones de pesos.
En la misma frecuencia y con la misma frecuencia, Fox cedió a Gastón Azcárraga el control de
la ahora casi centenaria Compañía
Mexicana de Aviación.
Donantes a las
campañas panistas
Vox populi hace del dominio público que,
tanto Hernández Ramírez -compañero de generación de Fox en la Universidad
Iberoamericana- como Gastón Azcárraga, sin estar estrictamente
en el directorio de Amigos de Fox, fueron donantes en la campaña presidencial del
guanajuatense.
Vox populi propaga también que, en la
campaña presidencial de 2006, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE),
presidido entonces por José Luis Barraza González, aportó a Felipe Calderón
Hinojosa unos irrisorios 130 millones de pesos en servicios propagandísticos,
según lo documentó el reporte de fiscalización del Instituto Federal Electoral.
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tomó nota
del dato. Nomás tomó nota.
Calderón, el de las manos limpias
En octubre de 2007, Calderón Hinojosa entregó Aeroméxico a un grupo de empresarios que
designó presidente del Consejo de Administración del consorcio aéreo al ex
presidente del CCE, Barraza González. La primera oferta, rechazada, la habían
hecho los hermanos Saba, sujetos de la ley del silencio.
El grupo de 14
empresarios que se quedó con Aeroméxico lo formaron: Familia
Arámburozabala (María Asunción casó con el embajador de los Estados Unidos en
México, Tony Garza) y Valentín Díez Morodo, socios del Grupo Modelo,
recientemente enajenado a capital extranjero. Arámburozabala aparece entre los
accionistas de Televisa.
Cerveceros,
tequileros, lecheros…
Además, Eduardo Tricio Haro (Grupo Lala), Juan Francisco
Beckman Vidal (Grupo Cuervo), familia Canales Clariond (IMSA. La familia es
prominente en el PAN. Fernando Canales Clariond fue gobernador de Nuevo León y
secretario de Economía y Energía en la docena trágica). Henry Bremond
Pellat (Liverpool), Antonio Cosio Pando (Las Brisas), Agustín Franco (Grupo
Infra), Eugenio Garza Herrera (Xignus), Ricardo Martín Bringasd (Soriana),
Francisco Medina Chávez (Grupo Famer), Tomás Milmo (Axtel) y Maximino Salazar
Nava (Desarrollo Ganadero). Como se ve: Cerveceros, tequileros, lecheros y aboneros.
Roberto Hernández. El exento
Recientemente, Barraza González fue desplazado en la
presidencia del Consejo de Administración por Eduardo Tricio Haro, del Grupo
Lala, que pujó, vía bursátil, por un
cambio en la correlación accionaria al absorber 20.19 por ciento del capital (la
mitad nominada a Tricio Haro).
El desnacionalizado Grupo Banamex, es el nombre que falta en la lista anterior, conservó
17.91 por ciento de las acciones.
Antes de cambio del grupo accionario dominante, en
reporte a la Bolsa Mexicana
de Valores, Aeroméxico blasonaba un incremento de utilidades (a casi 40 mil millones de pesos) en el
último cuatrimestre de 2012, respecto del año anterior.
“Democratización”
de la productividad
Pues bien. En ese sector, parece que el nuevo secretario
de Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida tiene su propia
hermenéutica para interpretar eso que ahora se llama pomposamente democratización de la productividad.
Digámoslo así: No obstante el reporte de ganancias
citado, en reciente revisión salarial-contractual, la nueva dirección de
Aeroméxico regateó al personal sindicalizado en tierra su pliego de demandas,
por el que éste amenazó con un movimiento de huelga. Previamente, sin embargo,
Aeroméxico había interpuesto un recurso denominado legalmente Conflicto Colectivo
de Naturaleza Económica (CCNE) para justificar su negativa de beneficios
demandados por los trabajadores.
El conflicto económico interpuesto por la patronal,
sirvió de ariete para ablandar a los sindicalistas en sus reclamos específicos.
No sólo: También para arrancarles la firma en un Contrato B, por el que se reduciría al personal de nuevo ingreso hasta 64 por ciento en sus prestaciones
económicas y sociales.
¿Y el aspecto
humano?
La parte sindical esgrime un peritaje técnico previo por
el que se indica que el costo laboral en la gestión de la empresa no es
significativo de cara al hecho de que los ingresos de los trabajadores no son
suficientes para cubrir sus necesidades básicas. El costo de la vida, dice el
peritaje, está muy por encima del ingreso por concepto de salarios. La parte
sindical invoca un principio imposible para la patronal: El aspecto humano en las
relaciones obrero-patronales. Éstas, pues, se enervan de nuevo.
Gastón Azcárraga
El de Mexicana es otro cantar: Aún más lúgubre. A
Mexicana, el calderonato le cortó las alas desde hace tres años. Gastón
Azcarraga tiró el arpa. Montañas de papeles se han acumulado desde la
suspensión de actividades. Dictámenes concursales van y vienen. Postores
aparecen y postores que son rechazados. Iniciativas de los sindicatos se
escuchan mediáticamente y son silenciadas burocráticamente. El cuento de nunca
acabar, mientras Aeroméxico se apropia del mercado casi monopolizado
domésticamente. El incremento de ganancias son resultantes de atrabiliarias
tarifas sin recurso de apelación. Gastón Azcárraga parece querer volver por la
presa.
Cuando el tecolote canta, el indio muere
El pasado 12 de julio Compañía Mexicana de Aviación
cumplió 92 años de su fundación. ¿Festejo? Los trabajadores cesantes marcharon
en fúnebre romería tratando de exorcizar la amenaza final sobre su fuente de
trabajo.
Ejercicio memorioso: Desde el arranque del salinato, el
secretario de Hacienda y Crédito Público, Pedro Aspe Armella, haciendo uno-dos
con el secretario del Trabajo, Arsenio Farell Cubillas sentenciaron a Mexicana
con la coartada del acto costo laboral, atribuido a privilegios para pilotos,
sobrecargos y personal de tierra. Farell Cubillas ha muerto. Pedro Aspe Armella
anda vivito y volando… en Volaris y otras asesorías en eso que
ahora se llaman asociación pública-privada. (Abraham García Ibarra.)
Un día fue
timbre de orgullo
EN UN DETERMINADO APACIGUAMIENTO de su turbulento vuelo,
Aeroméxico, ya en el rango de paraestatal, mereció calificaciones como número
18 entre 170 compañías del ramo en el mundo, por encima incluso de KLM Swissair, y primera del sector en América Latina. Obviamente,
nunca se concedió mérito alguno a su personal sindicalizado.
Miguel de la Madrid
En las postrimerías del sexenio de Miguel de la Madrid, para enfrentar la
crisis de la empresa (crisis, se decía entonces, es también oportunidad),
su director general Rogelio Gasca Neri presentó el proyecto Redimensionamiento
y Restructuración Operativa, para cuyo financiamiento se requerían 75 mil
millones de pesos viejos. Sólo se le asignaron 25 mil millones. Esta era la señal.
En abril de 1988, los tecnócratas, metidos a saco en el
aro neoliberal, decidieron declararla en quiebra. Crónica presidencial 198-.1988 registró ese acontecimiento como “sin
paralelo en la historia de la
Administración Pública de México”,
superando incluso el cierre de la emblemática Fundidora de Monterrey.
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