“Vacas flacas” en la economía interna;
auge macroeconómico externo
MIENTRAS LA MACROECONOMÍA extranjera con fuertes
intereses al través de bancos, compañías mineras, maquiladoras, capitales
golondrinos, superalmacenes, etcétera, se lleva las ganancias, sangrando
financieramente a México, la economía interna está en período de “vacas flacas”
que empobrece cada vez más al mexicano, cuya moneda, el peso, se desploma ante el dólar y el salario del
trabajador pierde capacidad de compra, lo que acentúa su penuria.
Y aún así, la
macroeconomía internacional quiere más riqueza que pertenece al pueblo de
México y busca la privatización del petróleo, lo que seria un rudo golpe a la
soberanía mexicana y a nuestra independencia económica.
Expertos califican
como “primera mini crisis económica” que
pudiera tener consecuencias más allá del 2014, el retraso de los planes
iniciales de Peña Nieto para alcanzar el desarrollo económico a través de una
reactivación de la productividad en el campo, la industria y los servicios.
Los datos que se
difunden no son nada tranquilizadores; al contrario, como es el caso del
desplome de la Bolsa
Mexicana de Valores de 3.91 por ciento, mientras el dólar
sube a 13 pesos con 65 centavos.
Creceremos solo 2.5 en vez de 3.9
En ausencia de
noticias concretas sobre el inicio de los programas de productividad en nuestro
país, la opinión pública se sacude con la serie de noticias sobre indicadores
económicos adversos -desempleo, subempleo, salarios míseros, gradual pérdida
del poder adquisitivo del ingreso familiar-,
una de ellas la dada a
conocer el Bank of América Merrill
Lynch, que adelanta que se prevé sólo 2.5 por ciento de crecimiento económico
en 3013; es decir, 1.4 puntos debajo del resultado de 3.9 de 2012 y muy
alejado, desde luego, de los tiempos del “desarrollo estabilizador (1958-1964),
que alcanzó un promedio de 8.9 por ciento, lo que permitió en ese entonces,
mejoras salariales al trabajador del 9 por ciento real, en promedio.
Crecer sólo 2.5 por
ciento como lo pronostica Merrill Lynch supone, además de varios pasos atrás en
materia económica, que aumentará el desempleo, el subempleo y el ambulantaje al
no ser creadas las suficientes fuentes de trabajo, lo que se traducirá, también,
en desplome de la calidad de vida, mayor
pobreza y mayor pérdida de nuestra soberanía económica.
Uno de los sectores
claves del aparato productivo, la industria de la construcción, se ha visto
afectado en el primer semestre de 2013 por la restricción en el gasto público,
que se ha reflejado en el retraso de
pagos y proyectos, de acuerdo a la nota de La Jornada, 20 de junio,
“El peor” subejercicio
El nerviosismo en
los círculos económicos del país no se ha hecho esperar ante “la caída de la erogación (presupuestal) en
10.4 por ciento entre enero y marzo”. El Grupo Banorte-Ixe opina que es “un subejercicio histórico del
que se han quejado en las últimas
semanas los organismos empresariales, pues alertan que ello agravará la situación económica del
país”.
Cabe mencionar que
el pasado 10 de junio, las cúpulas del sector privado solicitaron al gobierno
federal “acelerar el ejercicio del gasto público para frenar el deterioro de a
economía nacional, ante la alarma de que el Producto Interno Bruto sólo creció
0.8 por ciento en el primer trimestre”.
Bajos salarios e inflación
Como ocurre siempre,
las consecuencias van en primer término contra la clase trabajadora que
resiente la cauda de carestía, sobre todo si el salario del trabajador pierde
capacidad de compra.
El INEGI, con la
frialdad de las cifras, impacta a la opinión pública al señalar que el salario acumulaba dos meses
de caída en el poder de compra. Sobra
decir que tal fenómeno se da, precisamente, por la baja productividad en el
país, especialmente la que se registra en el campo, donde al decir de la confederación
Nacional Campesina (CNC), nuestros campesinos carecen de apoyos suficientes del
Estado, en contraste con lo que acontece en todos los países del mundo, donde los subsidios al agricultor contribuyen
a la autosuficiencia alimenticia.
Ahora que se habla
de atraer inversión, bienvenida la presencia de corporaciones extranjeras,
siempre y cuando ello no signifique empobrecer a la mayoría del pueblo
mexicano. Lo primero es México, después México y siempre México, como lo dijera
el ilustre periodista y escritor, René Capistrán Garza.
More articles by this author
|