Terrorismo de
Estado en
“El país de la maravillas”
Desempleo en España
REGINO DÍAZ
REDONDO (Exclusivo para Voces del Periodista)
“El gobierno acordó el 18 de julio invertir 215 mil euros en la reparación del Valle de los Caídos.”
MADRID.- PARA MANEJAR NÚMEROS, nadie mejor que los
políticos. No les pregunte por mejoras sociales, tampoco cómo nivelar sus
ingresos para lograr un mejor nivel de vida. Si habla con ellos tampoco se le
ocurra protestar por los recortes a los salarios, ni se abochorne de la
emigración en busca de trabajo y de dignidad.
Joan Rosell.
Todo esto es
entelequia de insensatos antisistemas portadores del terrible virus del cambio.
Les dirán que “los ajustes” se hacen para mejorar a
España, que vuelva al crecimiento económico y se sitúe nuevamente entre los
primeros países de Europa.
Cuándo a usted le cortan una pierna y luego una mano, ¿lo
hacen más hábil para desempeñar una labor productiva?
Tenemos un estómago a prueba de cualquier ayuno. La élite
que nos maneja es ajena a los problemas vitales que cada día aumentan hasta
alcanzar una magnitud que nos puede aplastar a todos.
La troika es la
moderadora del funcionamiento neoliberal, la que pide sin cesar; el lobo
hambriento, el depredador que aquí recibe condecoraciones.
El FMI, BCE y la Comisión Europea
ejercen presiones insoportables y alientan la sublevación. Resurgen aquí ideologías
de ultraderecha por la falta absoluta de estructura gubernamental; se apoyan en
el pensamiento único y en la aparición de banderas franquistas,
anticonstitucionales, impresentables en una democracia que necesita practicarse
con mayor rigor o morirá.
Vivimos, como expresa Joan Rosell, presidente de los
patrones, en el País de las Maravillas.
Yo diría que nos toca más de cerca El
Mago de Oz. En esta película, habría dos hombres de paja, Esteban González
Pons y Carlos Floriano; dos de hojalata,
Cristóbal Montoro y Luis de Guindos y Judy Garland se duplicaría para convertirse
en Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal. Esta última bate
todos los récords de incoherencia y es la portadora de las contradicciones que
tanto daño hacen.
José Luis Zapatero.
En escena, Arturo Fernández, vicepresidente de la CEOE, al que los empresarios utilizan
como el muñeco del guiñol. Titubeante
y sin dicción, aparece en los programas televisivos para confundir más a la
opinión pública.
Rosell se mece en la hamaca veraniega y desde ahí lanza
sus sapientísimas conclusiones: “Vivimos lejos de la realidad (si lo sabrá él ) y para volver a la sensatez es necesario quitar privilegios a los que
tienen contratos fijos”.
En connivencia con el gobierno de Rajoy, los grandes
empresarios que sólo representan el 4 por ciento del total, están
convirtiéndose en los amos de la política. Ellos mandan, apuntan soluciones y
la ministra del Trabajo toma nota y las ofrece como manjar.
La veleidad con que las autoridades del ramo abordan los
asuntos más importantes, permite que Fátima Báñez mienta cuando dice que la Reforma Laboral ha
sido un éxito y miente también con alevosía, al expresar que se han rescatado
230 mil plazas de obreros que podrían estar en el paro
No sólo preocupa la forma en que la política está siendo
manejada por intereses económicos, sino que alarma la posibilidad de que los
embustes aparezcan como verdades y acaben con la poca credibilidad que tienen
las autoridades nacionales y Bruselas.
Juventud preparada Manifestación
Los empresarios quieren reducir los ingresos de los trabajadores que llevan 20 0 30 años en su puesto para que el despido represente cantidades menores de dinero y los contratos a largo plazo pasen a la historia en las redacciones obrero-patronales. El pretexto que esgrime Rosell es risible. Bondadosamente, dice que de esta manera habrá más empleo y se ayudará a incrementar la producción en forma notable. Desea lo contrario: Manga ancha y manos libres para contratar a quien quiera, despedir a los que no convenga tener en las nóminas y quitarle al empleado los pocos derechos que aún tiene. A tal desorden, contribuyen los sindicatos, cuyos líderes, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, han desaparecido del panorama social. No protestan y se ocultan. Los plantones, que son muchos, los hacen los obreros de las fábricas y en forma individual; no hay llamados a concentraciones para demostrar inconformidades. El gobierno sólo permite reuniones lejos de las instituciones públicas y ficha a los que considera anárquicos después de estudiar los filmes que tomaron en los lugares en que se efectúan los mítines.
Enmedio de la crisis, arreglar el Valle de los Caídos.
Los empresarios quieren reducir los ingresos de los trabajadores que llevan 20 0 30 años en su puesto para que el despido represente cantidades menores de dinero y los contratos a largo plazo pasen a la historia en las redacciones obrero-patronales. El pretexto que esgrime Rosell es risible. Bondadosamente, dice que de esta manera habrá más empleo y se ayudará a incrementar la producción en forma notable. Desea lo contrario: Manga ancha y manos libres para contratar a quien quiera, despedir a los que no convenga tener en las nóminas y quitarle al empleado los pocos derechos que aún tiene. A tal desorden, contribuyen los sindicatos, cuyos líderes, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, han desaparecido del panorama social. No protestan y se ocultan. Los plantones, que son muchos, los hacen los obreros de las fábricas y en forma individual; no hay llamados a concentraciones para demostrar inconformidades. El gobierno sólo permite reuniones lejos de las instituciones públicas y ficha a los que considera anárquicos después de estudiar los filmes que tomaron en los lugares en que se efectúan los mítines. La negociación salarial casi no existe. UGT y CC.OO apenas se pronuncian sobre los “errores” cometidos por sus colegas de Andalucía. A costa del dinero que reciben para el desarrollo de las actividades sindicales, organizan fiestas privadas de gran magnitud como la que se realizó en la feria de abril en Sevilla. (Recuerdo a nuestro Fidel Velázquez, que supo compaginar entrega con reivindicaciones, aumento de salarios con ventajas para el patrón y salud con ingresos en hospitales privados.)
Pobreza y más pobreza.
Las cláusulas de “flexibilidad” no son otra cosa que
fuegos artificiales para engañar a unos y favorecer a los de siempre. Sus
argumentos están a la vista. Si no te conviene nuestra oferta, quédate en casa
o vete al extranjero; aquí no hay lugar
para el que no quiera sacrificarse por el progreso del país. Los que tienen
intereses también en las multinacionales, son los buenos de la película; la comparsa, los ciudadanos. Por fin, van a conseguir lo
que anhelaron siempre: crear minijobs.
Efectivamente, estamos en el País de las Maravillas, en donde los pocos, los únicos, viven a sus
anchas y además reclaman, piden, exigen mayores responsabilidades patrióticas a los que les sirven de esclavos. Es
interesante ver como la Virgen
de Rocío no le hace caso a Báñez porque esta señora no engaña a nadie.
Tan mal estamos, que un grupo empresarial portorriqueño,
denunciado en Estados Unidos por malos manejos, quiere instalarse en España
para ayudarnos en materia de salud. Es increíble que las autoridades nacionales
-no todas- limpien el camino para su llegada, ofrezcan ventajas que nunca
disfrutaron los emprendedores españoles y les abran las puertas para que sus
ingresos onerosos sean “producto de un consorcio coadyuvante al bienestar de la
nación “.
Llegamos a un punto en que la dialéctica está podrida,
los hospitales caen en manos privadas, las listas de espera sobrepasan los 100
días en el mejor de los casos y las colas en las instituciones y sanatorios
públicos, avergüenzan.
El recorte en sanidad ha sido de seis mil 800 millones de
euros al año, lo que implica la
despedida de alrededor de 200 mil médicos, enfermeros y demás personal
sanitario. Frente a la sonrisa burlona e irónica de los presidentes de varias Comunidades,
sobre todo la madrileña, las cosas van de mal a peor.
La seguridad social ya no alcanza a los inmigrantes
ilegales ni tampoco a los españoles que carecen de recursos para ir a centros
privados de lujo. Sólo basta conocer que la noticia principal que dio la
ministra Báñez en el Congreso es que el gobierno reducirá de 41 distintas
formas de contratos a cinco, para facilitar el papeleo.
Insisto: ¿Qué trabajador que gana 450 euros al mes puede
ser atendido en un hospital de lujo? La afrenta es tan evidente que duele
reiterarla. No obstante, todavía hay grupos de profesionales y estudiantes de
medicina que hacen esfuerzos por trabajar aquí, vivir con salarios mínimos y
dedicar no menos de 14 horas al desempeño de sus labores. En este País de las Maravillas se siguen cerrando
centros sanitarios públicos.
Faltan camas y camillas, médicos y enfermeros; alguno que
otro paciente ha muerto antes de ser operado. Pero la decisión dogmática del
gobierno propicia la avaricia. Como colofón, lea: Se ha llegado al extremo de echar
la culpa a los huelguistas agitadores
de que los enfermos no reciban la
atención adecuada. Alí Babá duerme a
sus anchas en el palacio de la
Puerta del Sol.
Ha llegado a tal extremo la descomposición del sistema
neoliberal que no obstante que la
Comunidad de Madrid debe 50 mil millones de euros al erario
acaba de pedir otro préstamo por dos mil
400 millones.
Si esto no es “terrorismo de Estado” que venga el
arcángel Rajoy y lo vea. O que venga, por lo menos, para que lo veamos.
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