General Lázaro Cárdenas del Rio.
¿Utilidad
compartida?
CULIACAN DE LOS RETENES Y LOS TOPES, Sinaloa. ¿Utilidad compartida? ¿Es decir, la empresa
estatal, en este caso Pemex (acaso todavía) buscando ganancia al igual que
aquellos empresarios con quienes la van a compartir?
Osorio Chong y la reforma educativa.
¿Y CUANDO, POR VENTURA, la llamada “libre empresa” ha privilegiado el interés general sobre el
suyo particular y privado? ¿Cuándo?
Esas empresas,
prácticamente las mismas a las que Lázaro Cárdenas expropió justamente el petróleo
en México, no saben más que obtener ganancia al costo que sea, con la mínima
inversión, el menor riesgo y las mayores ventajas. Que no le hagan al loco,
ellas y sus epígonos no gratuitos del actual gobierno federal.
La “reforma
energética”, como la educativa, se ha venido promoviendo casi sin posibilidad
alguna para que la discrepancia se haga presente, con sus razones y argumentos,
en tesitura razonable frente a la andanada mediática.
¿Y son los partidos (más bien sus dirigencias) a quienes apela el
secretario de gobernación, Miguel Osorio Chong, legítimos representantes de la
voluntad ciudadana? ¿Es el manoseado “Pacto por México” el foro adecuado, y
calificado, para decidir qué es lo que conviene, o no, al país?
La desmesura, los despropósitos, el asedio vulgar a una incipiente
democracia, es lo que se está expresando.
¿De
buena fe?
Cunden los apoyos acríticos, la simple adhesión al poder en
turno. La llamada “clase política” nunca se ha distinguido por su capacidad de
análisis, la visión de Estado no ocupa lugar entre esa clase, sino la mera
adscripción al papel designado.
Disturbios del 2 de octubre de 2013.
No hay, por tanto, credibilidad alguna en sus “argumentos”
para privatizar lo muy poco que resta en este país que ves; las cuentas, con
certeza, han sido sacadas por los negociantes y sus socios del gobierno.
Resulta cuesta arriba abonar el beneficio de la duda ¿Lo harían
algunos de buena fe, aunque a contrapelo de la experiencia histórica? ¿Se habrían
creído, de veras, los cálculos amañados que harían “necesaria” la privatización?
Difícil concederlo y fuerte la sospecha de que no hay
ingenuidad alguna, ni buena fe, sino la espera del reparto de utilidades,
literalmente.
Sometimiento y abyección en el espaldarazo incondicional,
pero no gratuito.
También silencios y poses que tratan de encubrir el acuerdo
a trasmano.
Es cierto que no se ha podido cancelar la protesta, la
manifestación de la discrepancia, de la inconformidad plenamente justificada,
pero su peso específico todavía dista mucho de mover los hechos casi consumados
desde su anuncio.
La misma
gata (o peor)
No hace mucho escribimos que cuando había empresas
paraestatales en México la privada iniciativa no dejaba de criticar, satanizar
incluso, la ineficiencia, ineficacia, dispendio y corrupción imperante en aquel
sector.
Cerco de granaderos.
Razón había, en efecto, pero luego que el gobierno negoció
privatizar lo privatizable, que prácticamente ya es casi todo, los iniciativos
privados demostraron que se trataba, con ellos, de la misma gata y ni tan
revolcada.
Ineficiencia, ineficacia, pésimo servicio, corrupción y
administración de los privilegios es lo que impera en lo privatizado.
Los bancos, nacionalizados y después desnacionalizados
(ahora en la correspondencia literal, viendo a la extranjería que de ellos se
ha posesionado en ventajosa sociedad con los autóctonos) es muestra palpable de
ello.
La ganancia prometida al pueblo con las privatizaciones, de
lo que sea, no se ha visto por parte alguna y sí la reiteración de las viejas
prácticas leoninas del gran capital con la complicidad gubernamental.
Medios
al descubierto
Pasando a otros temas, las protestas y movilizaciones
magisteriales son una reacción natural, entendible y esperable, a la reiterada
conducta del poder establecido, de negar la interlocución, hacer y deshacer a
voluntad, imponer sus disposiciones ignorando a la parte que, por derecho,
debería participar.
Es el caso de la “reforma educativa” y los maestros de la
CNTE; de la oposición a la reforma energética y los sectores sociales que
protestan y a la vez proponen.
Los llamados “al orden”, a “la recuperación” de espacios,
llevan a la justificación del autoritarismo, a la represión.
No tan de paso, la función designada por el poder a muchos
medios, particularmente radiofónicos y televisivos, sin descargo de impresos,
queda en evidencia. Han operado como paleros.
¿Consumatum est? Puede ser, pero el tigre que
estaba dormido ahora está somnoliento y la ley natural indica que se puede
despertar por completo en cualquier momento.
El horno
no está para bollos
El hecho es que las grandes
reformas requieren de consensos firmes, sobre todo cuando afectan a intereses
generales que históricamente han sido defendidos por el pueblo en su conjunto.
Se necesitan ambientes, por así decirlo, en que puedan confluir las voluntades.
De no ser así, los acuerdos se complican en demasía y sólo queda lugar para la
imposición.
Monumento a la Revolución donde descansan los restos de Lázaro Cárdenas.
Cuando en pasada columna escribimos que “lo
que parecía casi idílico retorno al Jurásico de
la tranquilidad prometida se empieza a desfondar a fuerza de realidad” y que
ello no podía ser de otra manera “mientras las bases del actual sistema
permanezcan inalterables”, algunos lectores asiduos discreparon del
escribiente. La afirmación, dijeron, parecía exagerada y apuntaba a cancelar el
beneficio de la duda para el gobierno federal entrante.
Pero ahora es claro que el país sigue igual que antes:
corrupción generalizada en los tres niveles de gobierno, violación de los
derechos humanos en todas partes, retenes ilegales y operativos que,
sospechosamente, sólo afectan a ciudadanos ajenos a la delincuencia.
La crisis de
credibilidad está presente en todos los ámbitos de la vida nacional, en nada se
confía y todo queda a la casualidad o el seguimiento mecánico de las reglas no
escritas del sistema.
El horno no está para bollos, dice la vox populi.
¿De quién
es la culpa?
¿Son responsables del evidente desastre educativo nacional
los maestros que laboran en precarias condiciones, en centros escolares con múltiples
carencias, sin apoyos efectivos para su mantenimiento y operación?
¿Con bajos salarios que obligan a buscar actividades
colaterales cuando no se cuenta con la influencia sindical, de común facciosa,
lo que es del pleno conocimiento de las autoridades educativas?
¿Con las dirigencias sindicales oficiales promoviendo, para
su uso, la corrupción, el
chantaje, la represión?
Así las cosas, en la confección
de la “reforma educativa” que aprobó el Congreso no fueron tomados en cuenta
los maestros y eso es un hecho irrebatible.
Muchos grandes medios al punto de
la histeria porque la represión (del tamaño deseado, porque de hecho ya empezó
aunque no en la medida que exigen) tarda, no se ocupan (como es su obligación ética)
de las implicaciones laborales negativas para los profesores, de que está en
cuestión la seguridad en el empleo y en riesgo la educación gratuita.
Y fue con los votos de PRI, PAN, PVEM, Nueva Alianza y un
sector del PRD, que fue aprobada la tal “reforma educativa”.
Tamborazos
-Sin solución a la vista
(todos se hacen de la vista gorda) continúa la violación a la Constitución por
parte del gobierno en los llamados “retenes”, mismos que propician la
criminalidad en lugar de combatirla efectivamente. Y la consecuente desvergüenza
oficial al respecto.
-Abusos, humillaciones a la
ciudadanía, transgresión sistemática de los derechos, es la constante. Si
hubiera diputados…
-En circulación nuestro libro El Mensaje, de relatos y aforismos. A ver a dónde llega (
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).
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