(A la grandiosa, GRAN DIOSA, Elenita, mamá del gran Hugo, quienes al igual que a Baucis y Filemón, Zeus los aposenta a su vera por haber mantenido siempre abierto el inmenso portal de su amistad)
 ¿Por qué a Simitrio, a lo que representa, desde siempre oligarcas y neo virreyes reprimen, encarcelan y difaman?, la respuesta no se halla a lo Dylan en ninguna ventolera, es terrenal como Los días terrenales de José Revueltas: Por su ética permanente, sin disfraz ni variaciones; porque en Puebla fue parte fundadora de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes, la UPVA, que se pronuncia con la delicia de una uva contenida entre los labios; porque en aparente quietud social en la entidad aquélla, la UPVA 28 de Octubre, combatió por la consecución de ofrendar enseres en la monumentalidad de la intemperie; porque los integrantes de la UPVA izaron puños en tumultos de maizal; porque su democrático batallar impregnó a otros sectores laborales; porque en la UPVA se vende de todo menos la conciencia. Por eso.
Entre los sembradíos del encarcelador
A Simitrio, o Rubén Sarabia Sánchez en el registro original, los virreyezuelos poblanos, Mariano Piña y Manuel Bartlett, por señalar un par, le impusieron la chirona con la intención de que el peso-pesadumbre de carcelaria lobreguez… apagara la voz aquélla tan siempre colectiva, que a lo Díaz Ordaz “madurara” y abatiera el colorido de sus banderas, para levantar una sola, blanca, y rendidora en rendición y eufemismo de “convenio” con la venia de la traición.
Al no lograr inventarle el inventariado de cargos expectorados al vapor, le sembraron droga y los cultivadores de la ficción encerradora lo sacaron de Puebla, a Simitrio a bayonetazos empujaron hasta Jalisco, al penal de Puente Grande, esperanzados prometeicamente los represores que rejas y lejanía la voluntad abatirían. Erraron sin herrar la herradura de su estampida, el preso político creció en el sitial mismo de las sombras, su estatura rebasó los confines de cualquier penitenciaría. No pudieron etiquetarle a ningún precio la conciencia referida.
Eje de la democracia sindical
Cómo les jorobaba y aún les da giba y jiribilla la bendita terquedad de los conscientes, de los consecuentes, de la UPVA 28 de Octubre que se convirtió en eje de la democracia sindical, de los derechos humanos, de la protesta y la consigna que superaran los límites del mero desahogo.
Ni el PCM de antaño, ni la principal universidad poblana -BUAP- alcanzaron jamás el nivel de imantación y trabajo político de la UPVA; más de un rector y catedrático de tal institución educativa, dieron vuelta a la derecha, se acomodaron en el hueserío de Polakia, más que virar, se tumbaron careta y antifaz, en su turno de diazordazmente re-vestirse de “madurez”.
Cuál Valle, cuál Moreno
El actual huésped del virreinato local, Rafael Moreno Valle, se asentó en el sitial de los camotes sin albur pero con trote y trato panista, perredista, elbista antes de la expiatoria encerrona… le fabricó a Simitrio un supuesto incumplimiento de restricción de movilidad a una libertá siempre coartada, siempre cortada, ideada por Santiago Creel, el ex de Gobernación, el del “sospechosismo” lleno de PAN sin miga ni migajón.
El reprimir, los encarcelamientos, las torturas, las desapariciones, más copiosos han devenido, los crímenes de Estado en Ayotzinapa, en el país entero, el ser solidario de la UPVA, por ejemplo y paradigma sin pleonasmo, con los jóvenes normalistas tan nuestros, tan de nuestra historia, la detención en defeños lares del vástago de Simitrio: Atl Rubén Sarabia Reyna, cuando respaldaba una manifestación en pro de la aparición con vida de aquellos estudiantes, profesores en ciernes, a punto de concluir su académica estadía en la Normal Raúl Isidro Burgos… otra vez el intento de doblegar conciencias con el cargamento umbrío de las prisiones, de las presiones que pretenden triturar de tiniebla la conciencia… y otra vez el errar aquél de los verdugos.
 Moreno Valle no hace mucho entregó la “Medalla Aquiles Serdán” a un antecesor suyo, a Guillermo Jiménez, Morales, igualito a él en la esencia osificada de la grilla, uno y otro aplican la legalidá a lo Torquemada, éste y aquél hacen de lo servil y del ser vil, táctica para sorberle la médula al fémur, el de acá y el de acullá son más grises que un atardecer pletórico de imecas, el de allá y el de aquí se premian porque son lo mismo de lo mesmo, la única incongruencia estriba en la nomenclatura de la presea, el gran Aquiles Serdán es ajeno a los retoques de estampita con que demagogos y distorsionadores florean biografías con la marchitez de sus garabatos.
A fines de los 80’s, en una marcha convocada por la UPVA en la capital poblana, una representación del Foro Obrero de Tlalnepantla, estuvo presente, venida desde el Estado de México, organismo que nucleaban obreros en huelga de la fábrica de loza La Favorita, cuyo sindicato se constituyó (como la UPVA en Puebla) en un referente de resistencia en la entidad; organización que incluía operarios textiles, trabajadores despedidos, la agrupación de vendedores ambulantes Che Guevara, tan combativa como la 28 de Octubre, con el vocerío de la fraternidad en los hostales de cada explanada…
Aquilatar al gran Aquiles Serdán
Alguien del Foro Obrero descrito, al hacer uso de la palabra, disertó que Aquiles Serdán también era vendedor, de zapatos, que los comerciaba en Puebla y en las céntricas calles de Correo Mayor, en la Ciudad de México; que su progenitor -Manuel Serdán Guanes- imprimía volantes y periódicos contestatarios, que Aquiles era el “correo” tras la promulgación del Plan de San Luis con el gran Emiliano Zapata, el enlace entre revolucionarios poblanos y morelenses, además de los de Tlaxcala y otras localidades, con quienes sin talón ni talonario que ocultar, Aquiles de plano y en pleno argüía que la lucha era contra el porfiado porfiriato y por el socialismo. Esa es la esencia revolucionaria que esconden los “historiadores” de alquiler y de estampitas.
Añadió que la sintonía con el zapatismo fue inmediata, pues el hermano de Miliano, Eufemio Zapata Salazar, también era vendedor, ambulante, buhonero, recorría estados, verbigracia Veracruz, en una carreta jalada por cuacos infatigables, vendía al aire libre adminículos usados adquiridos en diversas rancherías, para ofrecerlos con el vocerío tan antiguo del terruño, que ha estado ancestral en la calle con el manantial de una juglaría.
En aquella manifestación preparada por la UPVA, el orador agregó que Aquiles Serdán se desplazó a EU para decirle a Francisco I. Madero que El Plan de San Luis era en exceso moderado, que resultaba necesario pulir acápites y acercarlos al apartado tres, acerca de la entrega de tierras a campesinos.
Simitrio era uno de quienes encabezaban aquella impresionante movilización; el discursante puso énfasis en una reflexión: ¿Por qué la familia Serdán permaneció en Puebla si ya sabía que el represor virrey, Mucio Martínez, había descubierto que en casa había un arsenal destinado al levantamiento contra la dictadura el 20 de noviembre, y el descubrimiento se suscitó dos días antes?
Puebla sería enclave maderista
La hipótesis del de la voz aquélla fue que los engranajes de la rebelión eran extensos y bien ejercitados, esa fue la causa de quedarse en el hogar arriesgando la vida, no había vínculo interpretativo al suicidio; el jefe de la guarnición militar, Luis G. Valle, declararía que si los contactos revolucionarios se hubiesen desempeñado como tenían previsto… Puebla sería enclave maderista. Esa fue la razón de que Filomena del Valle, esposa embarazada de Aquiles, y doña Carmen Alatriste, mamá de los Serdán (el padre ya había fenecido) y la hermana Carmen salieran a la calle domiciliar, arengando a la población. Pocos, muy pocos, había en el interior, sin embargo, durante horas resistieron los ataques de más de medio millar de soldados, rurales y policías. Los contactos se desconectaron, Marcos Cuematizn y Rafael Rojas, ente otros, en el horario imprevisto de la aparición sin subterfugios de magia, desparecieron. Todos los hombres fueron asesinados, entre éstos Máximo Serdán, el hermano, y un niño de 13 abriles: Rosendo Contreras, al que protegieron, subiéndole a una azotea… hasta allá ascendió la soldadesca porfiriana, para asesinarlo.
 Expuso además el hablante de aquellos años, que la orden del régimen, no sólo del virrey mustio Mucio Martínez, era el crimen, en especial, matar a Aquiles, por eso lo acribillaron al salir de un sótano; tal era el ordenamiento, Aquiles pesaba más que homérica mitología, con los enormes Emiliano Zapata Salazar y Ricardo Flores Magón… representaba no sólo el fin de la dictadura, sino la transformación profunda, revolucionaria, socialista, esa fue la “razón” de Estado para el asesinato, por eso exhibieron públicamente su cadáver, como el de Miliano y el del Che, que todos contemplasen el fin sin obituarios, tal era la fútil estratagema de los detentadores de la explotación, creen que masacrando al liderazgo se finiquita también el símbolo. Ese 18 de noviembre se inició la Revolución Mexicana, se multiplicó la simbología, los clamores apagados alumbraron más el estallido.
El poema es potestad de quien lo promulga
Al transcurrir la manifestación de marras, compañeros de la UPVA, del Foro Obrero y de otras siglas y batallas, charlaron acerca de lo importante que resulta rescatar biografías de las hagiografías conque aureolan de tinta y mentir los “investigadores” al servicio de plutócratas; alguien externó que el permanecer aquél de los Serdán guardaba parangones con la resistencia de Salvador Allende, ya que el presidente chileno tampoco iba en pos de la autoinmolación, sino a la espera de que la clase obrera copara aceras y avenidas.
 En el dialogar aquél, se adujo que los enemigos de clase, amén de reprimir con todo y pecado concebido… sueltan infundios a granel, para ello utilizan sus amanuenses y locutores, a Eufemio Zapata lo “empujaron” a teclazos empapelados y carraspeos microfonistas a los senderos del briagadal y el analfabetismo, aseguraban que abofeteaba ancianos, embustes de tal ralea se extienden, por ejemplo, en El águila y la serpiente o en la película Zapata de Elia Kazan, donde Anthony Quinn interpreta a un Eufemio con tales características; lo certero e histórico es que Eufemio Zapata Salazar era un revolucionario auténtico a quien el Ejército Libertador del Sur puso a la frente para entablar pláticas con el presidente Madero por la tardanza en aplicar el capítulo tercero del victorioso Plan de San Luis, asimismo, se le designó gerente de un ingenio azucarero, en que además de la zafra, se fabricaban costales de ixtle y botellas de vidrio; había libro de ingresos y egresos, los titulares de la gerencia ganaban igual que un obrero, sin subterfugios de “viáticos” ni “gastos de representación”.
En el Ejército Libertador del Sur la poesía era constante, querida y requerida, un poema tan extenso como estético: Sinfonía de combate, de Santiago de la Hoz, revolucionario magonista, era constantemente declamado, aclamado y reclamado para su repetición. Eufemio conocía de libros y pinturas, los adquiría para ofertarlos, explicaba contenidos literarios más allá del lomo y las solapas, vendía casi de todo, menos la conciencia, como Emiliano, como Ricardo, como Simitrio…
Por eso el calumniar y el asesinato, los encierros y la persecución. Por eso.
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