A MÉXICO LE URGEN BUENAS NOTICIAS, pero más al presidente de la República. Los bajos niveles de aprobación al desempeño del gobierno ya están en un punto en que ponen en riesgo la conclusión ordenada del periodo sexenal… ¿Dejarán solo a Peña Nieto?
CHICAGO, IL.- Mientras los retos para el país se agigantan (deuda, desempleo, inseguridad pública) lo que se observa y se padece en México es una desesperante sequía de ideas, y eso es culpa de toda la elite gobernante y política, empresarial, sindical, académica y de activistas sociales.
Lo peor de todo es que hasta la creatividad perdieron los asesores del gobierno y los estrategas del partido gobernante. Antes exhibían rapidez e ingenio en sus respuestas frente a momentos críticos, pero ahora están dejando morir sólo a Peña Nieto… Ni siquiera le ofrecen buen circo al de por sí poco exigente público mexicano.
¿Dónde quedó el viejo manual que siempre les funcionó casi muy bien? ¿Dónde anda su Chupacabras? El colmo: ni siquiera supieron administrar bien la captura, luego la fuga y la recaptura del tristemente célebre Chapo Guzmán. Ahí teníamos una telenovela de interminables capítulos, pero ni eso.
En este espacio se ha insistido en la aparente carencia de asesores que tienen Peña Nieto o, en todo caso, la óptica homogénea que ha dominado todas las decisiones del gobierno. Ya no está Luis Videgaray acomodando todo a su conveniencia, ¿o sí? ¿A quién culparán ahora, los del gabinete legal y ampliado, por la ausencia de ideas que ayuden al Presidente a resolver los asuntos?
¿Peña Nieto es culpable de todo?
Para los que no lo saben o lo han olvidado, el gobierno de México se divide en tres poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, y en tres niveles: municipal, estatal y federal. Todos ellos son responsables de conducir el destino del país. Pero mientras siga dominando el nefasto presidencialismo –casi una monarquía constitucional- seguiremos viendo al titular del Ejecutivo federal como la varita mágica que resuelve todos los problemas… o culpándolo de todos los fracasos.
Por eso Peña Nieto es acusado hasta de lo que no le toca. (No está de más aclarar que estas líneas para nada apuntan a defender al aludido, en todo caso, sino a señalar la corresponsabilidad de todos esos funcionarios de los tres poderes y niveles de gobierno que junto a Peña Nieto asumieron los altos cargos que ostentan y sin embargo en estos momentos cruciales se ocultan en un vergonzante silencio que daña a México).
Acomodaticios, como se han mostrado en estos cuatro años de gobierno, se han dedicado a administrar la inercia, a cobrar altos sueldos, a beneficiarse de sus puestos, a corromper y dejarse corromper, dejando para después las urgentes respuestas que espera toda la nación.
Estos señalamientos contra los tres poderes quedarían incompletos si se omite la corresponsabilidad de los poderes fácticos que acompañan a todo gobierno, como son la iglesia, los partidos políticos, las asociaciones empresariales, la prensa y los medios electrónicos, la academia y las redes de organismos no gubernamentales, ONG, que juegan un papel preponderante en la actualidad.
Contra todos se puede apuntar la misma acusación: que en el mejor de los ángulos, y en general, se acomodaron en la crítica facilona; y en el peor de los casos se durmieron o se distrajeron en asuntos no prioritarios para la estabilidad nacional y el progreso.
Los que algo dijeron no aportaron algo sustancial en la consecución de los objetivos nacionales de desarrollo. Es el caso de los promotores de la legalización del consumo de mariguana en el país.
En tal situación se puede apuntar a los demandantes de las adopciones por parejas del mismo sexo, que plantean sus exigencias como si fueran mayoría, cuando cualquier encuesta puede exhibir que abanderan demandas de micro minorías —valga el término.
Y no es que tales propuestas no tengan razón de ser, por polémicas que resulten, es que el país enfrenta verdaderas urgencias de mayor empleo y mejor pagado, de seguridad pública y de educación y salud y de reposicionamiento internacional de la nación. Desde tal enfoque es una pena que México haya perdido enorme cantidad de horas debatiendo asuntos no prioritarios.
Es inconcebible que los jerarcas de la iglesia católica, los representantes de las cúpulas empresariales, los especialistas y académicos del CIDE, la UNAM, la UAM, el IPN, del Colmex y otras fuentes de análisis y propuesta, y no pocos activistas sociales en todos estos años se hayan limitado en el mejor de los casos a lamentar los altos niveles de inseguridad, el crimen organizado —este sí muy bien organizado— el nefasto ambulantaje que invade todos los espacios, la imparable corrupción en muchos ámbitos de la vida nacional, y el rezago en los indicadores de bienestar… Y sólo eso, lamentar, pocas propuestas o nada.
Los peor calificados, al respecto, sin duda son los principales partidos políticos, involucrados en todo menos en ofrecerles soluciones a los gobernantes de los tres poderes y de los tres niveles.
Presidente: déjese ayudar
Precisamente en congruencia con la crítica aquí planteada van unas propuestas que pueden ayudar al gobierno a terminar menos mal (justo el día en que estas líneas tomaban forma, el columnista Raymundo Riva Palacio escribió en El Financiero: 2018, el final adelantado, en el que argumentaba que, según algunas agencias especializadas, ya poco o nada se puede hacer por levantar la imagen presidencial del bajo nivel de aprobación que registró en los últimos meses). Eso es debatible y no tiene que ser así.
Sin embargo tal hipótesis podría convertirse en una penosa realidad para el presidente y para el país. Pero México también son 70 millones de personas que navegan en la pobreza y la incertidumbre de que cada día podría ser peor, lo cual debe ser motivo más que suficiente para buscar soluciones.
Nadie que pueda hacer algo debe quedarse con las manos cruzadas, viendo cómo se hunde México sólo por odio contra el capitán del barco.
Presidente Peña Nieto: identifique cuales son las urgencias de los mexicanos, no de usted ni de su partido. No pierda tiempo. Son éstas, en pocas palabras: más empleo y mejor pagado, mayor seguridad pública, combatir en serio a los malditos corruptos, cobertura de salud y mejor educación para niños y jóvenes. Con esto en mente, actúe. Aquí algunas acciones de aplicación inmediata -las tiene a la vista pero no quiere mirarlas (su cuenta regresiva acelerará en las próximas semanas).
1.- SEA AUTOCRITICO. Tiene que renovar su gabinete, casi todo, hasta los mandos medios y directivos. Está claro que muchos de los ocupantes de los puestos sólo se dedican a cobrar sus sueldos, cuando no a corromperse.
2.- SEA EXIGENTE. Pida a todos los integrantes de su gabinete legal y ampliado la presentación en lo inmediato de al menos 10 proyectos o propuestas de trascendencia en lo que importa a las mayorías, y tendría ahí importante material para presentarle a los mexicanos en las próximas semanas; esto le ayudaría a mejorar su deteriorada imagen (sin ocurrencias, como esa inutilidad llamada Gendarmería, y si no pueden o no saben pídales su renuncia, nos cuestan mucho para tenerlos de adorno).
3.- SEA VALIENTE. Señale a los empresarios, con nombre y apellidos, que se han dedicado a evadir impuestos, a sacarle créditos al gobierno y a facturarle a sobreprecios, y oblíguelos a pagar porque ellos son corresponsables de la gran corrupción y del rezago nacional. Esa es una exigencia de todo México.
4.- SEA HUMILDE. Convoque a la sociedad a participar, puesto que la mayoría de sus colaboradores carecen de ideas y de ganas de trabajar –se juzga por los hechos y los resultados, no por las buenas intenciones, y los resultados los condenan-. 5.- EXHORTE A LOS OTROS PODERES. Como titular del Ejecutivo y como mexicano haga un llamado público a los otros poderes y niveles de gobierno a que no lo dejen solo y a que ofrezcan propuestas y acciones, no puras críticas y lamentos como los del PAN, del PRD o de Morena.
6.- LIMPIE LA CASA. Pruebe con hechos, en su partido y en su administración, que está dispuesto a limpiar la casa primero que nada, y esto pasa por dejar de apoyar a los gobernadores y funcionarios corruptos. Ellos no lo van a ayudar en la cercana hora del balance final de su gestión y lo van a dejar solo. Todo el país quiere verlos en la cárcel, y sobre todo que devuelvan lo robado al erario nacional. Punto.
7.- RECORTE GASTOS. Anuncie ya un importante recorte de sueldos y prerrogativas a la alta burocracia. En este momento de ajustarse el cinturón, para que los gobernados le crean, los primeros en dar el ejemplo son los gobernantes de los tres niveles y poderes.
8.- PONGA UN ALTO AL CORRUPTO PODER JUDICIAL. Defina usted si está del lado de los gobernados o del lado del poder Judicial, con ejemplos contundentes y sin el pretexto de la autonomía de poderes. Nos queda claro a todos que la impunidad de los delincuentes de peso mayor y de cuello blanco se debe a la corrupción de los jueces, que no hacen su trabajo apegados al derecho sino obedeciendo a sus ansias de dinero fácil.
9.- DERECHOS HUMANOS. A las fuerzas armadas y policiales tiene que exigirles públicamente eficacia en sus tareas, apegados a protocolos y poniendo por delante la protección a los derechos humanos de las víctimas no de los delincuentes. El Ejército NO ha rendido cuentas de sus omisiones en el penoso caso de los 43 de Ayotzinapa. Más vale tarde que nunca. Presidente Peña Nieto, su administración está en el ojo de los organismos nacionales e internacionales vigilantes de los derechos humanos. Hágales caso, es en serio.
10.- REDUZCA PENSIONES. Hágale un regalo a México, a usted mismo y al PRI –se juegan la supervivencia política-. Promueva una iniciativa para reducir por lo menos al 50% las pensiones y prerrogativas de expresidentes y de la alta burocracia, son verdaderamente abusivas en los tres poderes y niveles de gobierno.
Presidente Peña Nieto: a los mexicanos les urge tener buenas noticias de parte de su gobierno. Es razonable pensar que todavía puede usted mejorar su puntuación y concluir en paz su sexenio. Sí tiene tela de dónde cortar, sólo le falta sentido de humildad y voluntad política.
Como usted dice, las buenas noticias cuentan, pero las verdaderamente buenas -aparte de sus debatibles reformas estructurales- ¿y dónde están?
PD Presidente: deshágase de tanto adulador que lo rodea –ya se fue uno-, esa subespecie humana daña mucho a los gobernantes.
*Periodista mexicano, radicado en Chicago Il., Estados Unidos.
Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla
More articles by this author
|