Los muy altos costos de la pobreza tienen a México en un círculo vicioso y pueden HUNDIR a AMLO, porque NO hay dinero que le alcance para cumplir sus promesas.
LOS POBRES DEVORAN MILES DE MILLONES Y PIDEN MÁS
Altos costos de la pobreza, lastre incuantificable
Feliciano Hernández*
Los MILES DE MILLONES de pesos destinados al día para medio atenderlos apenas son como una pastilla para un enfermo CRONICO: le alargan la vida, pero no se cura y pide más. Gobiernos van y vienen y cada cual se inventa programas y cifras de reducción de pobres, AUNQUE EVIDENCIEN LO CONTRARIO. De triste memoria será la famosa “Cruzada contra el hambre” de Enrique Peña Nieto, que al final fue un membrete para ocultar un desfalco a la nación. Y mientras México sigue ESTANCADO y con retrocesos, otros países avanzaron conforme a los objetivos de DESARROLLO del MILENIO establecidos por la ONU en el año 2000 para reducir la pobreza en 2015.
CD. DE MÉXICO.-Andrés Manuel López Obrador (AMLO) creció como candidato y llegó al poder con la bandera de hacerles JUSTICIA a los pobres y sacarlos de tal condición. Pero conforme avanza el sexenio comienzan a surgir dudas de que pueda cumplir su sueño.
ACABAde prometer que en 2020 invertirá 300 mil millones de pesos para sus programas sociales PRIORITARIOS, sin embargo se está viendo rebasado por las necesidades y su sexenio avanza con buenas intenciones, pero con insuficiente presupuesto para atender a los sectores más vulnerables.
La desaceleración económica de México en su primer año de gobierno, en punto de estancamiento y al filo de la recesión, le dejaron poco margen de maniobra financiera y lo metieron en una CALDERA hirviente, con fuertes presiones de los empresarios y de los partidos opositores; de sindicatos, presidentes municipales y organismos no gubernamentales (ONG).
DESESPERADO por obtener más recursos, AMLO detonó una cadena de ERRORES, puesto que por aumentar presupuesto a unos programas o dependencias federales responsables de realizar sus promesas de campaña tuvo que quitar PRESUPUESTO a otros, y así darle más a unos, pero quitándolo a otros también pobres.
Sus tres programas estrella “Jóvenes construyendo el futuro”, “Sembrando Vida” –destinado a campesinos que cultiven árboles- y la pensión universal para adultos mayores y discapacitados, son su apuesta principal pero no los únicos que le reclaman fondos MULTIMILLONARIOS. También, como ya se vio en los meses iniciales de su gobierno, hay ONG que atienden a personas en situación vulnerable, beneficiarios de guarderías, organizaciones de campesinos y sindicatos de obreros, y otros.
Además de estos existen las estructuras de asistencia social básica institucionales: el sistema educativo y de salud, el régimen de pensiones y jubilaciones, el sistema penitenciario, entre otros. Y todos son apenas la punta del iceberg de los 70 MILLONES de mexicanos catalogados como pobres y/o en condiciones de miseria, que dependen del sostén gubernamental -según los diversos enfoques y mediciones de especialistas del gobierno e independientes.
Las clases medias pagan
LA POBREZA es un gran lastre para México, no sólo en lo monetario sino en los problemas asociados que conlleva, algunos visibles y otros OCULTOS; y sobre todo para las clases medias, que son las emprendedoras, las que trabajan y las que pagan impuestos de todo tipo, pero se mantienen estancadas cuando no peor y en creciente angustia porque es a éstas a quienes históricamente se les ha cargado la mano gubernamental.
En este sexenio de López Obrador, y ante el casi cero crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que registró su gobierno en los primeros tres trimestres del año, con retroceso en varios indicadores económicos, surge la preocupación de que en lugar de cumplir sus metas de sacar a millones de mexicanos de la miseria, acabe empobreciendo a otros millones.
Si se hicieran estadísticas confiables de presupuesto histórico asignado para los pobres del país, es altamente probable que México habría acumulado como ninguna otra nación, cifras inmensas -sólo medibles en dólares- de DINERO canalizado a los pobres.
Las cifras existen, pero no son confiables porque los organismos de enfoque NEOLIBERAL –Banxico, INEGI y otros de financiamiento privado- encargados para su registro estuvieron en estas últimas décadas muy ocupados en OCULTARLAS o maquillarlas... Porque exhibirlas habría desnudado al régimen en toda su incompetencia, colusión y capacidad de latrocinio.
Culpas del neoliberalismo y de los demagogos
EN TORNO a las muchedumbres de pobres que pueblan México en todos sus rincones se manejan versiones contrapuestas y complementarias sobre su origen y existencia. Unos consideran el aumento de la pobreza como el resultado de malas decisiones políticas y económicas; y en este caso atribuyen la culpa al sistema neoliberal que se implantó en México en el sexenio de Miguel de la Madrid y agarró fuerza a partir de Carlos Salinas de Gortari, hasta Peña Nieto. Y otros sostienen que los pobres existen y han proliferado en México deliberadamente porque representaron el banco de votos para el sistema político del partido hegemónico, antes y ahora.
Mucho de razón hay en estas visiones, sobre el origen y proliferación de pobres en México, pero ahora la suma de todos es un verdadero Frankenstein que se volvió contra sus creadores y está convertido en un lastre para el despegue del país; de paso ARRUIN0 al sistema que los acrecentó, y al mismo tiempo fincó la plataforma de votantes para el nuevo gobierno. Se llegó al punto de que mientras Amlo alimente a su feligresía -como quisiera lograrlo- podría gobernar eternamente. Porque algo es seguro: como va, no podrá REDUCIR la cantidad de pobres.
La enorme pobreza de México es UNA GRAN ANCLA contra el crecimiento del país, no sólo por la suma INCONTABLE de dinero que demandan los sectores pobres sino por los costos OCULTOS que conlleva, y que pesan 100 AÑOS LUZ o de desesperanza en su reducción y menos en su resolución.
Y no hay CERTIDUMBRE de que se reduzca porque los neoliberales NO tienen ni tuvieron la grandeza de IDEAS ni de valores, y porque tampoco AMLO está demostrando -como líder contra la pobreza- la INTELIGENCIA ni la potencia para avanzar pronto y en forma determinante.
Específicamente, una mayoría de pobres de México son un LASTRE no solo porque devoran gran parte del presupuesto nacional, en educación y salud, por ejemplo, sino porque NO contribuyen a generarlo, puesto que millones NO trabajan, por lo menos formalmente, y por lo tanto NO pagan ciertos impuestos. Las estadísticas oficiales reportan un 58% de población económicamente activa (PEA) en la INFORMALIDAD, que sobreviven como pueden. En cambio consumen SUBSIDIOS públicos de todo tipo, tanto en el medio urbano como en el rural.
En muchos municipios agotaron los recursos naturales y ni siquiera los regeneran –especies de caza y pesca- flora y fauna silvestre de ríos y lagos, de bosques y montañas…Y ahora están más pobres que antes y son carne de cañón para liderzuelos que ven el presupuesto nacional como APETITOSO BOTIN. Es el caso de agrupaciones muy beligerantes como Antorcha Campesina o Los 400 pueblos que -exhibiendo la desnudez mental y material de los pobres- regularmente aparecen ante las oficinas de funcionarios para acosarlos en demanda de apoyos.
El gran FRACASO de las políticas públicas
CUANDO SE HABLA de inversión en programas sociales –una erogación positiva- refiriéndose a los recursos destinados a dar satisfactores a las clases populares –educación, instalaciones deportivas o recreativas en parques y jardines, capacitación laboral, talleres de artes y oficios- esto conforma una parte de los costos de la pobreza.
En paralelo están los otros costos, seguramente mayores, que son considerados como GASTO social –una erogación correctiva- y son resultado de la EXCLUSION HISTORICA sistemática, por racismo, clasismo y CORRUPCION de las élites contra los más débiles.
En este caso, la lista es larga en muchos rubros del ejercicio presupuestal, pero es pertinente señalarla para precisar la gran magnitud del fenómeno en México: los costos asociados al combate a la violencia intrafamiliar, que es muy alta entre la gente pobre, y tiene que ver con subsidios a casas de asistencia de ONG o clínicas oficiales de atención médica o sicológica; ministerios públicos; problemas de drogadicción, involucran a Centros de Atención Juvenil (CIJ).
También se ejerce gasto oficial para contener la delincuencia juvenil y de adultos, que implica mantenimiento de una gran estructura judicial con centros penitenciarios incluidos, oficinas de atención a víctimas y fondos de reparación de daños.
En el rubro educativo están los SUPER gastos originados por malos resultados escolares, derivados de insuficiente nutrición y desatención paternal o por violencia intrafamiliar, y por mala formación del profesorado, lo cual también involucra a toda una infraestructura burocrática establecida para atenderlos, generalmente con bajos resultados.
En ecología, los pobres son una fuerte amenaza contra el cuidado del ambiente y multiplican los costos para su rehabilitación, por muchas razones: no atienden campañas oficiales de ahorrar agua –cuando disponen del vital líquido-; en los barrios es habitual verlos lavar los pisos o las carcachas con agua corriente, sin la mínima conciencia ni atención a los reglamentos respectivos; no separan los desechos domésticos ni los residuos peligrosos; las fugas de agua en los hogares o en las calles pueden durar días o semanas antes de que sean reparadas, muchas veces por desidia de los habitantes o de las propias autoridades que los menosprecian.
En muchos barrios urbanos y en poblados municipales los pobres queman la basura y los DAÑINOS plásticos o llantas e improvisan tiraderos que provocan otros problemas de higiene y plagas; también mantienen a sus animales domésticos junto a las áreas habitacionales y a veces dentro del propio hogar, propiciando riesgos de enfermedades.
En las zonas urbanas principalmente proliferan los perros callejeros y la contaminación que provocan sus heces fecales diseminadas en el ambiente alcanzan amplias áreas de una urbe, y no atienden campañas de esterilización ni de cuidado animal. Esto genera un alto costo en el cuidado de la salud humana y en infraestructura urbana para control canino.
Los pobres atentan contra sí mismos
EN TEMAS DE SALUD, los pobres NO atienden las campañas de prevención o raras veces lo hacen; comen en la calle frecuentemente y ocasionan daños en doble vía: de parte de quien pone a disposición los alimentos y de quienes los consumen, porque generan basura, tiraderos y focos de infecciones, puesto que las comidas y el momento de consumirlas a cielo abierto provocan riesgos de infecciones; por este hecho y por la comida chatarra –que ha ido ganando terreno-, a los pobres urbanos se les puede ver con sobrepeso y obesidad. Los mexicanos pobres han figurado como los mayores consumidores de refrescos, de alcohol, cerveza y tabaco; la tendencia no cambia y acabarán pidiendo atenciones en alguna clínica pública.
Los pobres NO van al médico hasta que ya probaron todos los remedios caseros o todas las oraciones religiosas habidas y por haber, con lo cual complican su propia situación y la de las finanzas públicas, porque aumentan los costos de curación –una simple infección acaba en una amputación o una larga estancia en alguna clínica pública.
Los pobres son un peligro contra las autoridades, porque las agreden, y contra ellos mismos, porque se matan unos a otros; desarreglan sus diferencias a golpes, y aplican su propia ley con los linchamientos; rara vez atentan contra gente rica o acomodada, aunque en los extremos lo han hecho, pero guiados por otros: en la historia, sobran ejemplos, los que vienen a la memoria son las rebeliones populares coyunturales o de trascendencia histórica como la Revolución Mexicana y la francesa, cuando rodaron cabezas y muchos bienes cambiaron de manos como botín de guerra.
Entre los pobres se generan muy complicados problemas resultantes de la interacción en espacios reducidos, y los mayores son la violencia intrafamiliar, los abusos sexuales contra los menores, no pocas veces por parte de los familiares y otras tantas en los colegios a los que acuden o en alguna parte del vecindario, y eso también terminará muchas veces en las clínicas públicas o en los ministerios judiciales.
Los pobres NO entienden de leyes ni de normas sociales, y si lo hacen les importa poco; prevalece en ellos un enfoque RELIGIOSO respecto de la solución a muchos problemas de la cotidianidad y conceden una superioridad a un supuesto dios sobre la justicia terrenal, por lo cual tienden a pasar sobre las autoridades o buscan ser “perdonados”, “por amor a dios”. En consecuencia, NO pagan sus impuestos prediales; si pueden “roban” la luz, y generalmente pueden, a veces dando mordidas a los electricistas oficiales o se arriesgan a sufrir electrochoques. Las estaciones del metro y las de transporte foráneo están plagadas de puestos callejeros en los que sus propietarios consumen servicios de agua, luz y vigilancia sin pagarlos.
Los pobres casi siempre tienen deudas intrafamiliares o ante las casas comerciales o de crédito al consumo, lo cual provoca encarecimiento de los créditos y aumento de la cartera vencida.
Los pobres sobreviven en la informalidad, como vendedores y como compradores, dando paso a una larga cadena de problemas: obstaculizan las calles con los tianguis o puestos callejeros; trafican mercancías de dudosa procedencia; comercian servicios diversos fuera de toda norma, como la venta de medicinas caducas o robadas, o de alimentos de cuestionable preparación; provocan riesgos de incendios o explosiones por instalaciones de gas improvisadas, por venta de pirotécnicos prohibidos o armas y por incumplimiento de normas.
En PLAZAS COMERCIALES POPULARES como La Merced, Tepito y la Central de Abasto de Iztapalapa –en Ciudad de México-, se trafica con piratería y contrabando; además se ejerce el comercio sexual entre pobres y la trata de mujeres con fines de explotación sexual, y esto genera problemas de salud graves -enfermedades de transmisión sexual como el sida y otras-, que han significado ENORMES COSTOS para las finanzas públicas. Y también la vigilancia o intentos oficiales de prevención de toda esta problemática son una fuerte carga presupuestal.
Muchos MILLONES de pobres NO acuden a la escuela aunque puedan, y su visión inmediatista los hace preferir el trabajo manual o las ansias de dinero fácil, por lo cual ingresan a las redes criminales; todavía, pero sobre todo hace unas décadas corrían hacia el norte de México o hacia Estados Unidos y Canadá, para realizar su sueño de ganancias rápidas, pero esto también implica una gran infraestructura de prevención, de vigilancia y justicia y de rehabilitación en su caso.
Muchos pobres no aceptan algún trabajo que les parece mal pagado, prefieren actividades al margen de la ley; se embriagan en la calle, ejercen un reprobable MACHISMO, ocasionan pandillerismo; son escandalosos con la música en sus domicilios, con fiestas a muy altas horas; y en el transporte público también abusan del volumen musical y de falta de respeto hacia los resignados pasajeros; también hay una burocracia destinada a CORREGIR este sector, con cero resultados.
Aquí y ahora, muchos pobres son un peligro contra los demás, porque en el primer descuido serán víctimas de algún delito perpetrado por quienes obligados por su condición o escudados en ella, tratarán de aprovecharse de los demás: el taxista que abusa, el vendedor que despacha kilogramos incompletos, el taquero que da gato por liebre, el surtidor de gas que exige propina o niega el servicio; el pedigüeño que se molesta cuando recibe una negativa.
Todo esta PESADILLA tiene nombre: México… Al menos es una cara del país, con su pobreza ofensiva, injusta, interminable; la peor en varios aspectos, pero evitable, y la CARGA que más duele a quienes PAGAN sus impuestos como contribuyentes cautivos.
El gran DESAFIO de AMLO y sucesores
HAY QUE DECIRLO, con todo respeto, sin tratar de ofender la dignidad humana, con absoluta responsabilidad, porque es un asunto de gobierno y de viabilidad de una nación: en México los pobres son una gran PLAGA social.
Son una plaga que urge combatir, con ayudas TRANSFORMADORAS, y con rigor de AUTORIDAD. Los pobres son el reflejo de un vacío de poder INSTITUCIONAL que urge llenar; son un gran hoyo negro devorador de presupuesto; son un enfermo crónico que puede sobrevivir muchos años y retrasar más el despegue nacional.
Se entiende que hay una condición de pobre por nacimiento y otra como resultado de malas políticas públicas, EXCLUYENTES; pero salir de tal condición -en México- representa una lucha incierta contra un sistema complicado y adverso, experto en la generación de pobres. También es cierto que una parte de las consecuencias negativas de la condición de pobre, son mecanismos de supervivencia, y por lo tanto con cierto grado de legitimidad; y otra parte de tales consecuencias son resultado del oportunismo y la alevosía de las personas pobres que aprendieron a sacar ventajas de su condición, y por lo tanto, ilegítimas.
Sin una REVOLUCION EDUCATIVA centrada en una ética de la corresponsabilidad y de CONCIENCIA de los pobres hacia su propia circunstancia y de que también son sujetos de la RENDICION de CUENTAS, no sólo de la exigencia de DERECHOS, no habrá mejores niveles de bienestar DURADEROS y SISTEMATICOS para las mayorías del país, sino la perpetuación de la infamia de la pobreza y el rezago sistemático.
El cambio de REGIMEN sin proyecto PRODUCTIVO y económico INCLUYENTE, con salarios reales y COMPETITIVOS a nivel GLOBAL y sin una REVOLUCION CULTURAL y educativa NO sacará a millones de personas del atraso, por más bondad que pueda tener el presidente López Obrador o el gobierno en turno.
AMLO tiene una auténtica preocupación de hacerles justicia, y tiene programas encaminados a eso, pero su diagnóstico es incompleto y ya se vio pronto que está muy REBASADO; tampoco se le ve un enfoque integral para reducir el problema en general, sino sólo parcialmente; ni ha realizado una CONVOCATORIA a toda la élite social del país para que enfoque el problema de la POBREZA desde los altos costos y RIESGOS que para todos implica su perpetuación, y sobre todo para los estratos medios, que son y seguirán siendo los más castigados con la CARGA de la pobreza.
Urge adoptar un enfoque integral INCLUYENTE, que vea a los pobres como personas potencialmente PRODUCTIVAS, no sólo como consumidores de subsidios y generadores de votos o de problemas, ni como carne de cañón para fines PERVERSOS ideológicos, religiosos o políticos.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) –de acabar con la pobreza extrema y cuidar al planeta-, planteados por la ONU ahora con la mira puesta en 2030, a partir de los avances obtenidos en 2015 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, NO serán cumplidos por México.
En el enfoque de AMLO hacia los pobres, prevalece un voluntarismo IDILICO, regresivo en aspectos ambientales, y con una intención política CLIENTELAR y RELIGIOSA del fenómeno, disfrazada de humanismo; NO es accidental su perspectiva piadosa, incluso amorosa hacia los más vulnerables. Lo que se puede aventurar, por el desempeño de su gobierno hasta ahora, es que en el mejor de los casos ganará tiempo sexenal y votos para concluir su periodo con calificación aprobatoria y trascender de alguna forma, pero como va NO le quitará a México la maldición de la pobreza.
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