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Edición 401
Escrito por Feliciano Hernández   
Sábado, 01 de Febrero de 2020 01:10

 4015

El sexenio de AMLO corre veloz y lo que va quedando claro es que México sigue atorado en una perniciosa confrontación ideológica y política, incapacitado patológico para RECONCILIARSE en lo social y minusválido en lo económico para posicionarse en mejores niveles de crecimiento.

¿Otro año de polarización social?

Feliciano Hernández*

401s

UNA DE LAS banderas del candidato -con promesas concretas que le permitieron sumar votos- fue precisamente afirmar que lograría la reconciliación nacional con principios de justicia y dignidad, con un mejor reparto de la riqueza y con más OPORTUNIDADES para todos. Este es el gran PENDIENTE de AMLO y su pretendida 4ª. Transformación, pero no la tiene fácil porque en él recae precisamente la acusación de sus opositores de ser una de las causas de la polarización nacional. Por lo pronto, no se recuerda a nadie que hayan dividido tanto al país; y no pocos atribuyen tal desencuentro al estilo del candidato, hoy presidente.

CD. DE MÉXICO.-A pesar del triunfo rotundo que logró en las urnas Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en su llegada a la presidencia de la república, prevalece en México el distanciamiento social, y pareciera que se agranda, contra lo que podía esperarse. Las políticas del gobernante mucho tienen que ver al respecto, pero hay algo más. El hecho importa porque esa discordia está convertida en un lastre para la firma de ACUERDOS que saquen al país del ESTANCAMIENTO y aceleren su avance.

Posiblemente no haya en el orbe ningún país sin algún grado de confrontación, pero ciertamente hay naciones con un razonable nivel de estabilidad política y social que les permite lidiar con los vaivenes económicos resultantes de los movimientos internacionales y a la vez AVANZAR en su desarrollo.

La polarización y sus efectos dañinos importan cuando rebasan los límites de la gobernabilidad, del respeto entre clases, entre partidos, entre religiones e ideologías que debe prevalecer en toda sociedad. Sobran ejemplos y argumentos para sostener que en México los límites se rebasaron, que los ánimos han estado muy caldeados y que urge bajarle intensidad a los ímpetus descalificatorios y EXCLUYENTES.

Lo que salta a la vista en México es la incapacidad de todos para reconocer y aceptar los aciertos del contrario o las críticas, y que la mayoría se inclina por la descalificación y el insulto fáciles. En esa tendencia, lo de menos son las acciones y reacciones de la gente común, sino los precedentes que dictan todos los días los líderes opositores —sin autoridad moral para el efecto— y que el presidente intenta acallar con expresiones inconvenientes pero memorables, que hacen las delicias de sus seguidores y que apenas en un año de gobierno ya llenan numerosas páginas de los diarios.

        “Están moralmente derrotados”, soltó AMLO sin piedad contra sus críticos de la derecha, principalmente agitados por los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. Y fue precisamente a este último a quien el titular del Ejecutivo puso en el blanco de las burlas interminables al satirizarlo como El Comandante Borolas, en alusión a un comediante de una vieja serie de televisión, que de inmediato el ingenio popular acomodó como el “Tomandante…” refiriéndose con ese término al gusto etílico del expresidente panista; y acto seguido, MILLONES acentuaron las burlas en los canales electrónicos contra Calderón.

Cierto que AMLO tenía razón de estar fastidiado, porque desde ese ángulo ideológico y político de colorido blanquiazul no han dejado pasar oportunidad de fastidiar al presidente y sobre todo de obstaculizarlo en su intención de sacar a México del rezago en que lo dejaron los gobernantes del PRI y del PAN, con sus aliados.

Las voces inconformes

LOS PERDEDORES de la sucesión presidencial y quienes fueron excluidos, sin ser parte del entramado de beneficiarios de sexenios anteriores, han ido acentuando sus críticas contra el régimen de AMLO. Las dificultades que ha tenido y tendrá para cumplir sus promesas y lograr la transformación EXIGIDA por millones lo harán más vulnerable ante los ataques de sus viejos opositores y de otros millones de decepcionados.

En estos años se ha visto cómo la animadversión, las críticas, el rechazo a todo lo que digan o hagan unos y otros se potenció en las redes sociales de Facebook, Twitter y YouTube, donde tienen lugar las más enconadas batallas verbales entre líderes y seguidores de ambos bandos: los que están a favor y en contra del presidente.

Por supuesto que en esta polarización ha jugado un papel expansivo el cumplimiento de ciertas promesas que hizo el entonces candidato durante la campaña, y son particularmente dos: la reducción de sueldos y prerrogativas de la alta burocracia, pretendidamente al 50%, y la eliminación de las pensiones de los expresidentes.

También la suspensión de ciertas obras MILLONARIAS y contratos otorgados en el sexenio previo, que representó pérdidas para sus promotores o al menos la eliminación de jugosas ganancias, fue el caso del frustrado Aeropuerto en Texcoco.

Otro hecho que acrecentó sin duda la polarización nacional, pero anterior a los factores mencionados, fue la persistente crítica y denuncia del entonces candidato presidencial contra lo que él denominó “la mafia del poder” en las que incluyó a expresidentes de la república, dirigentes partidistas, exfuncionarios y sobre todo a algunos de los más NOTABLES empresarios del país. Todos los días, a todas horas, en todos los mítines, AMLO descalificaba a esos personajes –en ciertos casos con justa razón- y en su primer año como presidente NO desaprovechó ocasión de hacerlo en todo momento.

Desde tiempo atrás, los ofendidos le habían colgado las etiquetas de el “Mesías tropical”, el de “Es un peligro para México”, y de El Pejelagarto –por su origen geográfico tabasqueño- y otros más ofensivos.

Todo lo dicho, sin duda, aumentó la polarización social que padece México desde mucho antes. Pero falta una explicación sociológica, más allá de lo coyuntural y escandalosa que en efecto se observa en este gobierno. No resulta difícil aludir a ciertos elementos que durante décadas o siglos han alimentado la confrontación nacional, y unos de estos son la desigualdad social y la exclusión del desarrollo económico que afecta al menos a un 50% de los mexicanos.

401t

Presos del ideologismo y las conveniencias

LO QUE EXHIBEN unos y otros es que los domina la ideología y las tendencias partidistas o las conveniencias personales y de grupos. La realidad desmiente a unos y hace quedar mal a otros. Es cierto que López Obrador ha logrado importantes avances en su agenda de cambios prometidos y otros que surgieron a calor de las denuncias recientes. En este caso puede citarse la aprobación de una ley para PROHIBIR las condonaciones FISCALES, un logro trascendente para las finanzas nacionales que fue resultado de las denuncias que hizo FUNDAR, la ONG que exhibió las listas de EVASORES y que logró obtener por la Ley de Transparencia y Acceso a la Información pública gubernamental.

        En esas vergonzantes listas de BENEFICIARIOS que recibieron condonaciones MILLONARIAS, figuran cientos de las más importantes empresas, nacionales y multinacionales; personajes del deporte y las artes, gobernantes y políticos de todos los partidos como Vicente Fox del PAN y Yeidckol Polevnsky, de Morena, el partido del presidente.

La exposición de tales listas de EVASORES beneficiados por el CORRUPTO sistema tributario nacional motivó el ENOJO CIUDADANO que llevó al presidente a proponer reformas legales para acabar con esos dañinos procedimientos, pero el fruto fue resultado de la participación ciudadana.

Otro logros de AMLO en los primeros meses de su gobierno fueron la suspensión de las millonarias PENSIONES de los expresidentes y la eliminación del oneroso Estado Mayor presidencial, que como se sabe era un cuerpo militar de casi ocho mil elementos cuya única tarea era cuidar la seguridad del mandatario en turno.

Logros a medias de AMLO también fueron la puesta en marcha de sus tres principales programas de asistencia social: Jóvenes Construyendo el futuro, la pensión para adultos mayores y discapacitados y el programa Sembrando Vida, de atención a ejidatarios que cultiven árboles frutales y maderables. Hay que anotar en esta lista, al recién credo INSABI, que ofrecerá atención médica gratuita para los excluidos de los otros sistemas, que suman casi el 50% de la población nacional. Hay que subrayar que son logros a medias, porque son programas en marcha de los que todavía no se conocen sus alcances ni sus resultados, aunque el presidente los ha anunciado y festejado en numerosos ocasiones como si fueran hechos consumados, cuando lo más importante está por verse: sus resultados positivos.

Entonces, lo que se ve claramente es que la oposición está dominada por una actitud de rechazar y desconocer todo logro o avance del gobierno en turno. Esa perniciosa actitud sólo DEMERITA a los dirigentes partidistas, a sus institutos políticos y a sus seguidores, porque dejan la convicción de que no los mueve el interés patriótico, sino su mezquindad, sus tendencias ideológicas y sus conveniencias partidistas o personales. Por supuesto que sale muy raspada la institucionalidad democrática que, cuando les conviene, dicen haber ayudado a construir.

Del lado de los MILLONES de seguidores del presidente se ha potenciado también la perniciosa actitud de APLAUDIR en todo y ciegamente al líder de Morena, repudiando todos los legítimos reclamos de los opositores o de simples ciudadanos que se han visto afectados por los ERRORES del presidente, muchas veces involuntarios y otras resultado de malos cálculos o de falsas premisas, aunque no de mala intención.

López Obrador ya dio muchas muestras de que NO está sometido por un ánimo revanchista, más bien lo animan principios morales y religiosos que expresa en todo momento, y que no serían malos si fueran efectivos para combatir los males que asedian al país o si no riñeran con el principio Constitucional de LAICIDAD que rige al estado mexicano y que al presidente pareciera no importarle.

En pocas palabras, dicho en lenguaje coloquial, lo que ven sus críticos es que al presidente “le vale madres” lo que diga la Constitución o en todo caso que la usa a conveniencia, con lo cual ABONA a la polarización. Y lo que sus críticos aprecian como faltas o violaciones a la ley -o como simples defectos del estilo presidencial-, los seguidores de AMLO festejan IRRACIONALMENTE, por convicción personal resultante del desconocimiento o por solidaridad y lealtad al mandatario, cuando no por llevar la contra a sus adversarios ideológicos o partidistas. El hecho contundente es que todo le aplauden, y cualquier mínima crítica al Ejecutivo es merecedora de INCENDIARIOS descalificativos e insultos.

401u

En estas enconadas batallas, NO se ha visto de parte de López Obrador un llamado a sus huestes a que dejen de reaccionar violentamente, y a que debatan con argumentos, con datos, y sobre todo con inteligencia.

El gran ERROR del presidente

ASÍ COMO SE MENCIONA en estas líneas que AMLO tiene logros y avances importantes en un año de gobierno -lo que sus críticos NO quieren admitir-, también es cierto que el presidente ha cometido ERRORES y que está gobernado por la testarudez, por sus “otros datos”, desconociendo y rechazando las argumentaciones en contra.

Uno de estos grandes errores del presidente, y el que le está haciendo perder puntos, es su manejo económico PRESUPUESTAL, donde quita y pega a conveniencia de su propia agenda, ignorando reclamos históricos y subordinando todo a su visión de AUSTERIDAD, con recortes y subejercicios. Por ejemplo, es difícil de entender que insista en regatearle recursos al sistema de educación superior nacional –que tiene importantes proyectos universitarios y tecnológicos, reconocidos a nivel internacional- y de paso perjudicar a Ciencia y Tecnología (Conacyt); al parecer son temas que no entiende, y lo ha demostrado sin querer, o los entiende a su conveniencia.

        En cambio, otorga un importante presupuesto a su plan de Cien “universidades” Benito Juárez porque estas nuevas casas de estudio están acomodadas a sus promesas de campaña. Desconoce López Obrador que México NO requiere más instituciones de ese nivel -y menos cuando los egresados salen al DESEMPLEO- sino fortalecer a las que ya existen, que suman miles entre todas, públicas y privadas-; pero como éstas no fueron fundadas por él, entonces no ameritan más recursos.

Así pues, la política de RECORTES a diestra y siniestra – al más claro estilo neoliberal- , y de SUBEJERCICIOS presupuestales bajo el argumento de su “AUSTERIDAD republicana”, no debería ser mal visto si respondiera a los reclamos para acabar con los dispendios. Sin embargo lo que se ve es que ante la insuficiencia de recursos para que atienda “sus programas” prioritarios, no le ha importado sacrificar otras áreas de la administración pública que venían cumpliendo funciones importantes, ni tapar un hoyo destapando otro. Es conocido que a un presupuesto ya recortado de origen, para generar “ahorros” ordenó subejercicios o eliminación de programas útiles, con lo cual consiguió en su primer año 150 mil millones de pesos de “ahorros”. Eso es trampa, eso es ENGAÑO a los ciudadanos.

Por ejemplo, para dar “sus becas” estudiantiles, AMLO suspendió o redujo otros programas de becas y afectó a otros estudiantes de licenciatura o de posgrado. En el área de Salud quitó o RETRASÓ importantes recursos a las instituciones públicas y ocasionó insuficiencia de servicios médicos; incluso castigó a los médicos residentes al reducirles sus escuetas becas.

¿Y qué provocó el presidente con esa ERRÁTICA y necia forma de manejar el presupuesto? Cero crecimiento económico, más DESEMPLEO, más ambulantaje, más CRIMINALIDAD y más POLARIZACIÓN SOCIAL.

En resumen, las posiciones CONVENENCIERAS -de cualquier lado que surjan- son reprobables. Para avanzar hacia la reconciliación nacional es requisito ineludible que los mexicanos y los dirigentes sobrepongan a sus filias y fobias un sentido de OBJETIVIDAD y ponderación racional sobre lo que conviene también a las mayorías de México, no sólo a los propios intereses.

Lo que es un hecho es que la confrontación está lejos de reducirse y es un lastre para el propio gobierno y para todos. AMLO ha dado pasos en ciertos momentos, de buscar la reconciliación, pero en otros se contradice. Le falta un análisis más sincero de su proceder cotidiano en sus conferencias mañaneras, donde no pierde ocasión de acometer contra la prensa crítica y contra ciudadanos opositores.

Sin dejar de responder lo que considere ataques infundados, haría bien el presidente si modera sus opiniones. Le conviene, porque para avanzar en su agenda tiene un escenario muy COMPLICADO –aunque afirma que los problema “no le quitan el sueño, porque está atendiéndolos”-. AMLO ya no es candidato, es el presidente de todos los mexicanos y sus convocatorias a la UNIDAD nacional tienen que convertirse primero en expresiones públicas de apego al marco legal, de inclusión, y de respeto a las divergencias.

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