El Consejo de la
Judicatura Federal
EDUARDO LÓPEZ BETANCOURT
Si la Suprema Corte, en su gran mayoría, está conformada por un grupo de guripas impresentables, los integrantes, salvo uno o dos casos, del Consejo de la Judicatura Federal son peores: Verdaderos ceporros llenos de iniquidad y ambición.
El asunto es concreto. Dicho Consejo designa jueces, magistrados y otros empleados. Por supuesto, tales nombramientos los hace casi siempre a favor de amigos, familiares y compromisos previos, donde el común denominador es el adocenamiento, factor que deriva en jueces y magistrados anodinos e ignaros, ajenos al dolor social, quienes por cierto, han hecho del amparo un instrumento burocrático, contrario al sentido que le dio origen; esto es, un medio para combatir con prontitud, sin burocratismos y de manera eficaz los abusos de la autoridad, siempre al servicio del desprotegido, de la persona que es víctima de persecución e injuria. El amparo, bajo esos lineamientos garantizaría de forma tangible el eslogan tan trillado de “estado de derecho”; lo lamentable, es que con los jueces ineficaces que hoy se padecen no se vislumbra alternativa.
Volviendo a los nombramientos que hace el Consejo de la Judicatura Federal, son tan incorrectos que los de la Corte, tampoco nada confiables, tuvieron que enmendarle la plana y ampararon a varios aspirantes a cargos en diversos juzgados, quienes después de efectuar sus pruebas fueron descalificados por el propio Consejo.
La Corte reconoció, que en buen número de concursos de oposición convocados por el Consejo de la Judicatura Federal, se han presentado quejas administrativas por infinidad de violaciones; la razón es sencilla, insistimos, sólo pretenden favorecer a sus allegados, no respetan las bases de los decretos que ellos mismos suscriben; tan terribles aberraciones provocan un déficit de juzgados, se tiene por tanto que elegir de modo provisional a secretarios de juzgado o de tribunales colegiados, creando un ambiente de incertidumbre y temor al estar faltos de preparación.
La propia conformación del Consejo de la Judicatura Federal es una incoherencia. Está integrado por siete elementos; absurdamente, el presidente de tal órgano lo es también de la Corte; de los otros seis, tres son ungidos por la misma Suprema Corte, dos por el Senado de la República y uno más por el jefe del Ejecutivo; esta última tercia, al ser designada con ultrajes, representa una flagrante violación a la división de poderes; pero es obvio, lo que menos importa en nuestro país es el respeto a la ley y sus principios, todo se hace para beneficiar al “mandamás” en turno.
Para concluir, debemos señalar, después de 15 años de creado el Consejo de la Judicatura Federal, se puede decir que es una institución donde imperan las injusticias, sumamente cara, atiborrada de burócratas que devengan altos e inconcebibles sueldos, con jueces y magistrados que venden las resoluciones al mejor postor, donde la consigna para auxiliar al poderoso es la constante.
Cierto día propuse el cese de todos los jueces y magistrados, sustituyéndolos por togados serios y responsables, circunstancia que con toda seguridad facilitaría la impartición de justicia; esto, por supuesto, sigue siendo simple idea; sin desconocer claro, como apuntamos al principio, la existencia de casos de excepción, mismos que son mínimos pero los hay.
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