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¿Borrón y cuenta nueva?
Ilustrativas de un contexto nacional donde la impunidad es la constante en prácticamente todos los ámbitos y la política se ha alejado, sin remedio a la vista, de su sentido original, donde los mandatarios no lo son y las figuras del “servidor público” y el “representante popular” son una broma de mal gusto, resultan las graves irregularidades que marcaron el quehacer de la LIX Legislatura del estado de Sinaloa.
Desde prácticamente el inicio de esa legislatura, que concluyó sus tres años de ejercicio hace quince días, se configuró un esquema basado en el clientelismo político, la negociación de ganancias y los arreglos a trasmano entre legisladores de los diferentes partidos, principalmente el PRI, PAN y PRD.
Pronto se vio que el eje de esos “acuerdos” era el manejo del presupuesto camaral, cuyo ejercicio permanece en la opacidad, ausente la llevada y traída “transparencia”.
Desde las primeras irregularidades los diputados (panistas) Catalina Frank y Sadol Osorio, denunciaron el desgarriate que se instalaba.
Desde nuestro punto de vista les faltó contundencia y constancia, sobre todo cuando el grupo que disponía a su antojo de los recursos en el Congreso de Sinaloa hizo correr la versión de que todos, sin excepción, eran beneficiarios de lo que criticaban.
El grupo en mención estaba conformado, principalmente, por el jefe de la mayoría, Francisco Javier Luna Beltrán (PRI), Alejandro Higuera Osuna (PAN), alcalde electo de Mazatlán, y J. Figueroa (PRD).
Los epígonos, de todos colores, actuaron como cómplices; nunca se dieron por enterados de lo que sucedía. La gran mayoría recibía su parte, se aseguraba, aunque en menor proporción que aquellos.
La omisa Ceaipes
En abril de 2009, la Comisión de Acceso a la Información Pública del Estado de Sinaloa (CEAIPES) fue perfectamente enterada de lo que sucedía. Nada hizo, nada hace.
Hasta diciembre de 2009 se habían interpuesto 19 solicitudes de información sobre los gastos del Congreso, debidamente requisitadas.
A fines de ese año, 2009, de 50 millones que “sobraron” del presupuesto del Congreso, nadie sabía nada y nunca se supo dónde quedaron; antes, en el 2008, sí se supo del reparto de un millón 300 mil pesos entre los diputados.
La prensa dio cuenta de que los diputados de la LIX legislatura, hace unos días, recibieron 50 mil pesos cada uno y 68 mil adicionales los priístas, que reclamaron un descuento indebido, dijeron, que les había hecho su coordinador, Luna Beltrán. Aparte, las dietas correspondientes y su aguinaldo.
El desinforme
Al trascender la situación, en un “informe” presentado al cuarto para las tres por Luna Beltrán, a pesar de sus muchas omisiones y maquillaje, quedó en evidencia que los diputados “opositores” se llenaron la bolsa.
Alejandro Higuera (PAN) recibió en el 2008 dos millones 170 mil 368 pesos; en el 2009: dos millones 261 mil 678 y no se dijo cuánto en el 2010, hasta antes de irse de candidato a la presidencia de Mazatlán, que ganó.
Al perredista J. Figueroa le dieron casi dos millones en el 2008 y más de dos millones en el 2009; no se sabe con cuánto se fue en este 2010.
En todos los casos, el congreso no tiene información procesada después de junio de este año. Hasta ahí se quedó y la que hay es notoriamente incompleta.
Los gastos que reporta están evidentemente inflados. Destinados, entre otros rubros, al “apoyo de gestoría”, “comisiones diversas”, “viáticos”, pasajes de avión al por mayor, hospedaje y alimentación, servicios extraordinarios, casi en ninguna parte aparece la debida justificación en razón del quehacer legislativo.
La compraventa
Entre los mismos diputados se reconoce, off record, que buena parte de los recursos desviados se explican por la compra de la “oposición” que realizó Luna Beltrán, el coordinador priísta que fue desplazado unos días antes de terminar el trienio legislativo.
Expresamente lo dijo la ex diputada Irma Tirado (PRI): “Alejandro Higuera (PAN) y J. Figueroa (¿PRD?) son los que más ganaron “porque Luna siempre los quiso tener tranquilos”. Más claro, no se puede.
Sadol Osorio y Catalina Frank denunciaron también préstamos millonarios que se otorgaron a varios diputados. Hasta la fecha, no se sabe si pagaron.
Investigar, un imperativo
Si bien la atención mediática del asunto mermó significativamente, la opinión popular es que se debe abrir una investigación, en extenso; debe surgir la información de todos los movimientos que implicaron manejo de recursos.
No se sabe de licitaciones para onerosas obras que fueron contratadas, se incumple impunemente con la Ley de Acceso a la Información y un largo etcétera.
Desde la pésima página de Internet del congreso local salta a la vista que hay duplicidad de rubros y otros imprecisos, además de inusuales pagos por servicios cuyo valor de mercado es notoriamente inferior.
Investigar, entonces, en serio y sin excepciones. Mientras no se haga, la simulación ofensiva es lo único que queda.
Para el relevo
Y con dedicatoria al “nuevo gobierno” que arranca el primero de enero próximo, la LIX Legislatura reformó, vía rápida, horas antes de irse, la Ley Orgánica del congreso de Sinaloa.
Unanimidad, faltaba más, en la aprobación a la carrera de lo que no pudieron los diputados abordar en tres años.
Con semejante ofrenda habían removido, unos días antes, priístas inconformes a su “coordinador” Luna Beltrán, en una gesta sin cruzados con el signo del reclamo por dinero.
Y siempre pensamos: no puede haber una peor que la legislatura que se va, pero invariablemente lo han sido en los últimos 30 años.
Vamos a ver la que sigue, la de la “alternancia” y el “cambio”. A ver si no acaba en la vulgar simulación que la referencia histórica ilustra en experiencias tales.
La LX, que transita la etapa de las declaraciones en la emoción de la curul estrenada.
¿Regreso al futuro?
A otros temas ni tan lejos: en los festejos motu propio por su cuarto aniversario en el poder, Felipe Calderón expresó que “no podemos regresar al México del pasado”. Como siempre, desde hace cuatro años, y 10 contando al foxiato, insistió en éxitos que no resisten el análisis.
Aseguró que se ha reducido la pobreza extrema en 25 por ciento, que se recuperó el poder adquisitivo del salario, que en el 2012 habrá cobertura universal en salud y que la economía va en franca recuperación.
Es decir, aseguró que la realidad mexicana, contraria en todo a sus fantasmagorías, simplemente no existe.
Presenciaron la tanda declarativa miembros del gabinete, gobernadores y legisladores panistas. Los medios se encargaron de propalarla.
Y el caso es que, si nos atenemos a los hechos, estamos en el antepasado. Ganancia sería, entonces, regresar al pasado porque lo otro es hacer de este presente ominoso un futuro peor todavía.
Dígase sin aval alguno a un PRI que, en el fondo, es la misma gata y ni tan revolcada.
Tamborazos
-Desafortunadas, por lo menos, las declaraciones del gobernador electo de Sinaloa, Mario López, en el sentido de que “alguien tendrá que poner orden en la Universidad Autónoma de Sinaloa”.
-Lo que se colige de tal afirmación no apunta a nada bueno en las relaciones entre la UAS y el próximo gobierno que encabezará López. (
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).
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