DEFINICIONES MANUEL MAGAÑA CONTRERAS (Exclusivo para Voces del Periodista)
La lucha antinarco no está diseñada por EU para ganarla: Es para la intervención
Si alguna duda existía sobre los verdaderos fines de la “guerra” antinarco, todo queda despejado con las apreciaciones de Noam Chomsky -el filósofo, lingüista analista e internacionalista de fama mundial-, quien acaba de declarar que “son intencionales las fallas de la lucha antinarco”, tanto dentro de los Estados Unidos, como en el hemisferio americano.
CHOMSKY TIENE TODA LA RAZÓN, puesto que la “guerra”, de acuerdo a la forma en que es conducida, revela que las acciones no están hechas para derrotar a los cárteles de la droga, sin para mantener en los países de nuestro continente el pretexto intervencionista en los asuntos internos de los países iberoamericanos y del Caribe.
¿De ganarle la guerra al narco, no acaso se acabaría el pretexto para mantener en nuestro país, el elevado número de “asesores”, espías, técnicos y demás para ayudar a vencer a los capos de la droga? Obviamente, los EU no van a tomar decisiones que lastimen sus propios intereses intervensionistas y por eso, desde suelo norteamericano, se dictan las acciones que habrán de efectuarse para mantener una guerra hecha par no ganarla, sino para intervenir en los asuntos internos a nivel continental.
“El problema” -afirma Chomsky- “está aquí en los Estados Unidos. Nosotros suplimos la demanda, las armas y ellos en América, sufren”.
Narcomenudeo, sin combatir
En nuestro país, lo que despierta dudas sobre la “guerra” antinarco que se efectúa al costo de más de 50 mil vidas humanas perdidas y el deterioro gradual de nuestra soberanía nacional, consiste en que el narcomenudeo, en las zonas urbanas se realiza sin mayores problemas con la policía, de parte de los envenenadores de las nuevas generaciones, quienes distribuyen su criminal mercancía entre los consumidores, directamente.
En la Ciudad de México, por ejemplo, abundan las denuncias vecinales en las cuales se dice que la droga se obtiene a través de narcomenudistas con presencia diaria en estaciones y terminales del Metro. Se señala concretamente, que en las estaciones Pantitlán, Observatorio, Indios Verdes, El Rosario, Tasqueña, Constitución de 1917, etcétera., los vendedores de estupefacientes hacen buenas ventas aprovechándose de las multitudes que concurren cotidianamente para transportarse en el Metro.
Otros lugares son señalados, como los preferidos de los narcomenudistas para la realización de su comercio basado en el envenenamiento de las nuevas generaciones con oda clase de estupefacientes prohibidos por la Ley. Invariablemente, en las denuncias vecinales, se apunta la presencia de dichos sujetos vendedores de drogas, en los alrededores de las escuelas. La realidad pone de relieve que el uso de celulares coadyuva a la venta de la droga al menudeo, porque a través de esos instrumentos de comunicación es posible establecer el contacto directo con los alumnos compradores de mariguana, principalmente.
Sabido es que en los antros, en los table dance, las “barras libres”, los bares y en términos generales en oda clase de “giros negros” se vende la droga, sin que haya reportes sobre decomisos y detención de narcomenudistas.
Un absurdo contraste
Un breve recorrido por la llamada Zona Rosa de la Ciudad de México pone de relieve el agudo contraste entre las matanzas que ocurren diariamente en diversos puntos del país, mismas que se atribuyen a la “guerra” del presidente Calderón y la facilidad con que se adquiere y se consume toda clase de drogas en ese perímetro del Distrito Federal.
Se dice que “hasta los boleros”, “hasta los vendedores de tamales” venden droga y no pasa nada. Esto que ocurre en la Zona Rosa, es síntoma inequívoco de que la “guerra” contra el narco llega hasta ciertos límites y que en las zonas urbanas, el narcomenudeo actúa, como se dice coloquialmente, “a sus anchas”, por la tolerancia que se le dispensa.
La zona de La Lagunilla e igualmente en Tepito, La Merced , Peralvillo y muchos barrios más, el narcomenudeo surte habitualmente a los jóvenes compradores, sin que hagan acto de presencia las autoridades policíacas, especialmente los de la Secretaría de Seguridad Pública federal, que es la encargada de combatir al narco en todas sus facetas.
La Asamblea Legislativa que realiza estudios sobre el narcoconsumo en la Ciudad de México, admite que gradualmente, el incremento del consumo de droga en la capital mexicana es una lacerante realidad. Consecuentemente, la “guerra” antinarco tiene prácticamente intocable el último y más importante eslabón del narcotráfico, o sea, la distribución “hormiga” de drogas en los centros urbanos del país, dentro de lo cual no se libra ni la misma Ciudad de México.
Envenenamiento de cosechas
Noam Chomsky, en sus recientes declaraciones sobre la “guerra” antinarco en México, Centro, Sudamérica y el Caribe, toca un aspecto poco conocido y toca el tema que ocurre principalmente en Colombia, en donde se produce el envenenamiento de cosechas de víveres, “a través de la fumigación.
Se desconoce, hasta ahora, los alcances de este otro “daño colateral” de la “guerra” calderonista antinarco. En los informes oficiales se menciona únicamente el número de parcelas de donde han sido extirpadas miles y miles de matas de mariguana. Se desconoce donde las fumigaciones, desde los aviones, hayan ocasionado daño a cosechas de campesinos productores de víveres. ¿En qué porcentaje se produce el encarecimiento de los víveres como resultado del arrasamiento de superficies agrícolas, por los fumigadores de droga.?
¿Cuándo concluirá la “guerra” contra el narco, la cual según Chomsky registra fallas intencionadas con el propósito de prolongar dicho combate? La desmedida voracidad intervensionista del imperio gringo nos indica, claramente, que dicha “guerra” no tiene para cuando concluir.
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