Orden y belleza ESTE ESTRIBILLO famoso es el de “Invitación al viaje”, el poema más famoso de Charles Baudelaire (1821-1867), de su libro Las Flores del Mal (originalmente “Los Limbos”): “Allí todo es orden y belleza, lujo,calma y voluptuosidad.” Siempre había deseado un lugar así; hoy por fin lo tengo: es mi estudio (la voluptuosidad es puramente intelectual, por si querías saberlo.)
Prioridades EL GERENTE se sorprende al ver laborando a uno de sus empleados, pues sabía que éste enfrentaba una emergencia familiar. “¿Pero cómo, Godínez, usted Trabajando? ¿No va a ir al sepelio de su suegra?” “No,jefe, primero el trabajo y después la diversión.”
¿Islos bermejos o tontejos? ES PATÉTICO que nuestros senadores cometan tamaña falta gramatical. Ponen “bastos” (grosero, rústico, áspero, ramplón) queriendo decir “vastos” (dilatado, extendido, extenso, grandioso, enorme, inmenso). Reproduzco: “Los C.C. Senadores Luís Alberto Coppola Joffroy, Humberto Andrade Quezada, Sebastián Calderón Centeno y Juan Bueno Torio, Felipe González González y Jaime Rafael Díaz Ochoa, integrantes del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, presentaron el 21 de octubre de 2008 el siguiente PUNTO DE ACUERDO DEL SENADO SOBRE LA ISLA BERMEJA DE YUCATÁN, texto parlamentario que en su parte medular señala que: ‘Hoy la Bermeja, según se dice, se encuentra 40 o 50 metros bajo la superficie marina, por lo que ya no es considerada una isla, comentan los embajadores Miguel Ángel Félix Gonzalez y Alberto Szekeley. Ambos diplomáticos que presumiblemente saben de más (¿qué querrá decir esto de “saber de más” ¿Saber demasiado?) sobre la desaparición de la Isla Bermeja y que deberían explicar la verdadera situación de este fenómeno. Un fenómeno natural de tal magnitud no puede pasar desapercibido más aún cuando se ha considerado que alrededor de la misma se encuentran bastos recursos petroleros por el orden de 22 mil 500 millones de barriles de crudo. Existe pues, un secuestro de una porción insular de nuestro México, secuestro que autoridades de alto nivel en sexenios pasados conocieron y que ocultaron…” Etcétera. Si nuestros prohombres en el Senado no saben siquiera ortografía, ¿cómo esperan salvar al país? ¿Cómo esperan que se les tome en serio cuando le exigen al gobierno federal un informe “sobre la desaparición de la Isla Bermeja del territorio Mexicano que se localizaba en el Golfo de México en la latitud 22º 33 Norte y longitud 91º 22 Oeste.”?
Primera vez EL GERENTE: “Por primera vez en mi vida, esta vez voy a combinar el trabajo con el placer.” Empleado: “No me diga, ¿qué va usted a hacer?” “¡Despedirte!”
Ricotes y riquitos de ayer CUANDO SE DESATÓ la más feroz incursión armada de la historia, la de los mongoles, éstos tenían tres opciones para arremeter. Podían atacar al oeste, a Europa; o al este, a China; o al sur, India. Y sí, ya todos sabemos que atacaron Europa. Pero lo que suele olvidarse es que a Europa la atacaron “también”, pero sus mejores esfuerzos los dedicaron a los otros dos flancos. Se fueron sobre Europa, cierto, pero sólo a medio gas. India y China les interesaban más. ¿Por qué? La pregunta ofende: porque ambos eran territorios más ricos: tenían más cosas que robarles.
Go swami y swami-go AL FIN LO ENTIENDO. En sánscrito, “go swami” significa “el que controla los sentidos”. Lo contrario es “go dasa”: esclavo de los sentidos. Se utiliza como signo de respeto cuando una persona se dirige a un gurú (maestro espiritual). Queda claro entonces por qué Swami-Go significaría en buen castellano “el que es controlado por los sentidos.” En fin, neologismos aparte, me parece inobjetable que el Evribodi es un swami-go de colección.
Zapatos DOS GRUÑEGOS ven el escaparate de una tienda de zapatos, y Manolo le dice a Venancio: “¿Te gustan esos zapatos de cocodrilo?” “Sí, hombre, pero cuestan mil euros.” “Pues ná, vamos al río y cazamos los cocodrilos.” “Hombre, qué buena idea.” Van y cazan diez, veinte, treinta cocodrilos. Y Venancio, ya desesperado, exclama: “Como matemos diez más y no tengan zapatos… ¡me vuelvo a casa!”
Maquiavélicos y darwinistas ME DICE UN QUERIDO LECTOR, harto de tantas lamentaciones de nosotros los opinadores profesionales: “Yo no sé por qué los analistas se quejan tanto. Los gobiernos tanto de derecha como de izquierda adoran al pueblo. Ya tienen futbol todos los días. Calderón no quiere que nadie se drogue. Ebrard logró un record de adoración para un verdadero ejemplo a la juventud por lo cual estamos felices. Van a perseguir a los sacadólares como lo hizo el Perro López Portillo. Los diputados y senadores hacen lo necesario para que el pueblo hable de ellos (si no, ¿cómo se darían a conocer?) México es el país donde, después de España, somos en todos los órdenes los más darwinistas (competirtodos contra todos para que sobreviva el más corrupto, el mejor para mentir y el que siga mejor los principios de Maquiavelo). ¿De qué nos quejamos, pues?”
Cédula de identidad SOBRE ESTA POLÉMICA iniciativa del presidente Calderón (yo creo que si la consulta al pueblo este gasto recibiría un lugar 143,367 en la lista de a prioridades), me dice un queridolector, abogado experto en temas constitucionales: “No existe un artículo constitucional que prohíba tomar las huellas dactilares de alguien. Lo que ocurre es que la perspectiva es equivocada. En principio, las autoridades sólo pueden hacer lo que la ley les permite y si no está permitido en la ley, esto no se puede hacer, porque violaría la garantía de legalidad de los gobernados. Con un amparo se impediría la toma de huellas, o se ordenaría la cancelación de los registros existentes. Esto ocurre de hecho en los asuntos penales en los que se ha fichado a alguien y resulta absuelto, pues puede pedir amparo y se debe borrar cualquier registro en ese sentido, como son los registros de huellas. Así, para obrar en tal sentido, las autoridades tendrían que establecer en alguna ley la obligatoriedad de dicho documento y con las características que se mencionan, y quizá es por ello que se está anunciando el concepto. Dudo de que tras su desastre electoral el PAN se atreva a querer molestar más a los electores con estas cosas (bastante tendrá con la irritación mayúscula que despertarán alzas en tarifas e impuestos), pero si de verdad quisieren, no estoy muy seguro de que los demás partidos lo apoyarían.”
Un cuento de leones DOS LEONES HUYEN del jardín zoológico. Cada uno parte con rumbo diferente. Uno se dirige a la selva y el otro va al centro de la ciudad. Las autoridades los buscan por todos lados, pero no los encuentran. Después de un mes, y para sorpresa general, regresa el león que había huido hacia la selva. Regresa flaco, famélico y con fiebre. Es llevado de nuevo a su jaula, curado y alimentado. Pasan ocho meses y nadie recuerda al león que se había ido para el centro de la ciudad. Pero un día ese león fue recapturado y llevado al zoológico. Estaba gordo, sano, desbordante de salud. Al reunirse de nuevo, el león que había huido a la selva, ya recuperado, le pregunta a su colega: “¿Cómo sobreviviste tanto tiempo en la ciudad y regresas tan bien de salud? Yo me fui a la selva y tuve que regresar porque casi no encontraba qué comer.” El otro león le explica: “Yo fui a esconderme en una oficina pública. Cada día me comía a un funcionario o burócrata y nunca nadie advertía su ausencia.” “¿Y por qué regresaste? ¿Se te acabaron los burócratas?” “No, nada de eso. Los el surtido de burócratas gravísimo. Ya me había comido a cuatro afanadores, cinco auxiliares, dos jefes de departamento, seis secretarias, un director general, dos jefe de sección, siete adjuntos, doce coordinadores, diez asesores, quince jefes de división… y nadie notó jamás su ausencia. Pero un día cometí un error imperdonable.” “¿Qué pasó?” “Me comí al que servía el café ¡y ahí se jodió todo!”
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