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¿Simplemente “política monetaria”?
El mandamás de la FED gringa, Ben Shalom Bernanke, dice que ese horror eufemísticamente rebautizado QE (quantitative easing: lo que antes se llamaba más propiamente inflación o impresión de dinero de la nada) no es más que “simple política monetaria”. Bueno, no exactamente. QE es simple política monetaria, en la misma medida en que la pornografía filmada es “simplemente cine”. Ambas actividades utilizan medios y métodos convencionales para realizar y legitimizar actividades no convencionales. Bernanke considera su engendro QE como una obra de arte, una pieza maestra del arte monetario. Pero para la mayoría del planeta, QE no es más que pornografía monetaria. También dice que la inflación de precios está bajo control; de hecho dice en tono de lamento que es “demasiado baja”. Qué divertido. Eso es tan delirante como si la policía se quejara de que no se están cometiendo suficientes delitos.
Neurona masculina
Mi amiga la feminista me envía este ineil de origen argentino. Envían una expedicionaria neurona al cerebro de un hombre. Llega, entra y no ve a nadie. “¿Hay alguien aquí?”, pregunta bajito. “¿Hay alguien aquíííííííííííí? ¿Holaaaa? ¿¿¿¿HOLAAAAAAAAAAAAA???? ¿NO HAY NADIEEEEEEEE?” Así, sigue caminando, a los gritos. “¡Sniff!” La pobre neurona vio que se encontraba sola. Se puso muy triste, porque pensaba “Yo aquí sola para el resto de mi vida, ¡¡sniff!!, qué cagada.” De repente, se oye un rumor de alguien que se acercaba. ¡Era otra neurona! Y entonces se dirige a la llorona y le pregunta: “¿Qué haces? ¿Por qué lloras?” “Porque ya creía, sniff, que no había nadie y me iba a quedar aquí sola para siempre sin compañeras.” “Pero, boludaaaa#, le contesta la otra, “¡si somos un montón! Vení que estamos todas en el pene en un fiestón. Yo sólo subí a buscar hielo.”
Plata
Seguramente estás consciente de cuál es la materia prima (commodity) más usada en la industria: el petróleo. ¿Pero sabes cuál es la segunda materia prima más usada en infinidad de aplicaciones industriales, inmediatamente detrás del petróleo? La plata. Que, casualmente, también ha sido usada por milenios como dinero, junto al oro y el cobre. De hecho, la historia de la plata como moneda es más larga que la cualquier otro metal. Digo, nomás para dimensionar su densidad histórica.
Desafiante
Un capo mafioso descubre que su contador había escamoteado 10 millones de dólares. El contador era sordo, lo que era una ventaja pues como no podía oír nada, en caso de una eventual detención no podría actuar como testigo. El jefe lo interroga en presencia de su abogada, que conocía el lenguaje de las señales de los sordomudos. El jefe pregunta: “¿Dónde están los 10 millones que te llevaste?” La abogada, usando el lenguaje de las señales, le traduce al contador, que responde con señales: “Yo no sé de que están hablando.” La abogada le traduce al jefe: “Dice que no sabe de qué le estamos hablando.” El mafioso saca un pistolón Mágnum calibre .357 y apunta a la cabeza del contador, susurrando: “Pregúntale de nuevo.” La abogada, por medio de señales, le dice: “El jefe te va a matar si no le dices donde escondiste el dinero.” Lívido, el contador responde de inmediato con señales: “Bien, ustedes ganan, el dinero está en una valija café de cuero, que está enterrada en el jardín de la casa de mi primo Enzo, en el Nº 400 de la calle 26, bloque 6 del barrio de Santa Marta. Mi primo no está ahora y no regresará en dos meses.” El mafioso le pregunta a la abogada: “¿Qué dice?” La abogada responde, desalentada: “Dice que no tiene miedo de morir y que duda que tengas los pantalones de apretar el gatillo.”
Hueconomía
Mi cápsula “Hueconomía” en Canal 40 pasa los viernes alrededor de la 1:40 de la tarde. Dura sólo un minuto, o sea que si parpadeas demasiado, ya te la perdiste (y mejor para tu tranquilidad, porque siempre digo cosas políticamente incorrectas).
El pleito China-EU
Sobre las dos degradaciones del ranking crediticio soberano de EU, Héctor Barragán me dice: “Tremenda jugada de los chinos: están muy enojados. Pero son patadas de ahogado, pues si su degradación de la deuda de Estados Unidos tuviera algún efecto, simplemente acelerarían el problema que quieren evitar: que su riqueza de papel se convierta más rápido en eso: en papel. Apostaron todo (su desarrollo) al imperio, acumulando millonarias reservas en dólares y hoy el mismo imperio les cobra la factura y les pulveriza sus billonarias reservas de papelitos verdes. Por ahora, no tienen más que tragar camote, a no ser que se dediquen a comprar cuantas empresas gringas (y de otros países) puedan para de este modo hacerse de recursos, tecnología y mercados. Eso mismo debería hacer México con sus reservas (comprar empresas clave), que ciertamente apenas si pintan, comparadas con las de China. No tiene caso proteger el ficticio capital financiero: en lugar de pleitos de esta naturaleza, que a nada llevan, hay que comprar activos sólidos. Ahí es donde los chinos deberían exigir a los gringos el pago de su abultada deuda, un tanto inspirados en el capítulo 11 de la ley bancarrotas de EU. Es la mejor manera de romper la hegemonía estadounidense sin desgastarse en nocivas guerras comerciales y diplomáticas.” Pero, digo yo, ahí precisamente está el meollo del problema: ¿en qué les "pagarían" los gringos a los chinos? ¿En más papelitos (dólares, bilimbiques), de otra clase quizá, pero sólo papelitos a fin de cuentas? Mientras los gringos, nada tarugos, se niegan en redondo a venderles sus empresas o recursos "estratégicos".
Casamiento
Tragedia en dos actos: civil y religioso.
Esteban
Encuentro esta curiosa cita en una nota sobre la aparición de la primera edición, por fin, de la autobiografía sin censura, en tres volúmenes, de Mark Twain (“No UN americano, sino EL americano”), explícitamente señalada por él para esperar a los cien años de su muerte, que se cumplen este 2010. En ese párrafo, Twain dice con todas sus letras algo que ya había yo intuido lleno de vaga culpa, y mi madre sugirió también alguna vez. “Sin duda, el mayor amor que Twain revela en este primer volumen (salvo quizá su inmenso amor a sí mismo) es hacia su esposa e hijas, especialmente la hija mayor, Susy, quien murió de meningitis en 1896. Twain sobrevivió a su amada esposa y a tres de sus cuatro hijas, lo cual puede colocar en perspectiva la misantropía y amargura que lo aquejaron al final de su vida. En el que es quizá el pasaje más triste de su autobiografía, Twain se dice a sí mismo que la muerte de Susy fue tal vez para lo mejor, dado que la vida es irremediablemente trágica: ‘Susy murió en el momento adecuado, en el tiempo personal más afortunado, esa edad feliz: los 24 años. A esa edad, una muchacha ya ha visto lo mejor de la vida: la vida como un cuento dichoso. Después de esa edad comienzan los riesgos; llegan las responsabilidades y con ellas las preocupaciones, los lamentos y la inevitable tragedia. Si pudiera, yo la traería de regreso de la muerte, pero sólo para complacer a su madre; no lo haría para mi propia satisfacción”. Mi hijo Esteban murió a los 25 años, la madrugada siguiente a la conclusión de su carrera universitaria, sin esposa, sin hijos, sin empleo, sin deudas, sin registro federal de contribuyentes, sin drogas, sin pendientes. Sudo para poner esto en blanco y negro (soy mucho menos valiente que Twain; o que cualquier otra gente, para el caso), pero quizá fue para lo mejor. En todo caso, esta convicción no me la quita nadie: Esteban decidió exactamente cuándo y cómo morir, lo mismo que antes decidió cuándo y cómo nacer (me lo transmitió sin palabras, y con una gran sonrisa, desde su mismo lecho de moribundo en Médica Sur: “No lloren por mí. Yo ya la libré. La bronca es de ustedes, los que se quedan.”) Maye me asegura que estas decisiones las tomamos todos antes de cada reencarnación, y tal vez esté en lo cierto.
Aplausos y chiflidos:
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Consultas: www.buhedera.mexico.org
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