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Edición 258
Escrito por PINO PÁEZ   
Viernes, 13 de Mayo de 2011 11:31

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retobos

Académicos de la lengua

 

En lingüística materia... hay menesteres excedentes al diccionario. Lengüitas de academia abundan doctas en otros quehaceres papilosos: la lisonja experta que lame orejitas de muy aristocrático cerumen; mitómanos que almuerzan lenguazas en platones sin Platón ni filosofares; expedicionario lengüeteo en anatómicas geografías del pecado...

PARAPINOPAEZ

¿Reencarnación de Morelos?

 

Cómo empapa mieles el lambiscón

Entre servil y ser vil hay una separación más allá de la gramática, pues el servilismo puede tener como única vileza el adular, en tanto verbo y adjetivo poseen en exclusiva  el súmmum de la perversidad y derivados.

 

El servil no despierta de alguna “generación espontánea” acurrucada en camastros de turrón, así -al igual que sus ancestros- se le ha instruido bajo eufemismos de “relaciones sociales”, “interconexión personal de alto rendimiento”, “capacidad de vincularse en forma exitosa al entorno humano”... Las alabanzas no son desperdicios de caudalosos salivarios, algo se busca en compensación de tanta baba destilada: recomendaciones,  ascensos o, por lo menos, no ser “reajustado” en el impulsor patadón del corredero.

 

Numerosos epítetos se le aplican al servil: “arrastrado”, “lamepiés” (y otras lamidas adjetivales que el pudor impide re-citar), “caravanero” de espalda en permanente escuadra, aunque “lambiscón” es el más adecuado... si de pura lengua glorificar se trata. Lamer es táctica de allegarse retribuciones, se lamen cascorros en empresas públicas y privadas, las estratégicas lenguazas cualquier chaparrez hacen crecer en atalaya.

 

Cómo efigies la grilla gotea

La grilla no es patrimonio de Polakia, también tiburones de bombín de la ipé son lamidos por ejecutivos subalternos que de húmeda oratoria... dialécticamente los convierten en estatuas, y el lamedor será lamido por el del escaloncito abajeño. Sin embargo, radica en el ámbito estatal la goteante sonoridad de las lambisconeadas, las que se publicitan en pantalla y en papel, baba carísima pero a costillas del erario, copioso descostillar que ni una costillita deja para moldear Evitas sucedáneas.

 

No se debe confundir a lambiscón con lenguaraz, éste no babea zapatitos ajenos, lame los suyos inventándose un torrencial de hazañas desde la paronimia de su luenga lengua; el lenguaraz, asimismo, difama e insulta, pero en cuanto se le plantea un desafío... la saliva se le acaba.

 

La demagogia no necesariamente es sinonimia de lambisconería, la característica del demagogo es hablar una laguna sin agua, mojar de sequedad todas las tribunas. El lambiscón es hidráulico salival, cuya distinción consiste en cocinar el cebollazo, dejar a dios en la más pequeñita de las minúsculas... al compararlo a la babeada inmensidad del cárnico SUPREMO que el paraguayo Roa Bastos expuso en su novela.

 

La enmielada grillería está por doquiera la memoria al azar se estacione: lenguas de melaza casi embalsaman a Porfirio Díaz, con el titulote de “Héroe de la paz”; al facho Francisco Franco hasta una leyenda de almíbar le rotularon en moneditas: “Caudillo de España por la G. de Dios”. Uno y otro por poco se ponen guantes de box, no para noquear lambiscones, sino a fin de proteger el dorso de sus manos herradas de tanto besuqueo.

 

A Salinas, su séquito de modernistas lamesuelas, a costo descomunal del presupuesto, en una mal portada portadita de revista estadounidense, pusieron la cabeza limpia de breñales de don Carlos con el texto de “La personalidad más excitante”, desde luego en incitador inglés. Otra publicación USA, la Selecciones tan vocingleramente vocera de la CIA, asimismo, en la carátula puso el descabellado y maquilladito perfil del señor De Gortari, con el anuncio de una “entrevista exclusiva” con preguntitas que a las arcas públicas de segurito también sangraron una fortuna. En agosto del ’92 qué hondura del entrevistador sin crédito, qué cuestionario de merengue derretido: “Su gobierno se ha caracterizado por una valiente disposición...”, “¿Cómo se ha logrado la participación del mexicano común?...”. Qué desangradero a la caja chica, la mediana  y la grandota.

 

A don Jelipe, su coordinador pa’la festividá de los 100 y 200 abriles: José Manuel Villalpando, en una emisión televisiva, ¡lo equiparó al gran Morelos!, poco faltó al adulador arroparle el cráneo con un paliacate. Al señor Fox, su entonces canciller Castañeda, ya mero se lo almuerza en un festín de quicoretes durante un acto público, que más grandote y re-lamido pusieron al guanajuatense, el de las botas que se lamen y botines que no se calzan.

 

Cómo chorrea melcocha el ditirambo

 

El lambisconear se ha conjugado hasta la última baba en todas las etapas y escenarios. Una de las víctimas gozosas del empalago verbal, electrónico y entintado, fue Miguel Alemán Valdés, personaje único y centralísimo en innumerables narraciones de melcocha, libros y más libros tan azucarados que a más de un lector ocasionaron diabetes.

 

Luis Spota, en cuanto el señor Alemán fue destapado con toda la pornográfica desnudez del hueso, más rápido que una tos publicó Biografía del señor Licenciado Miguel Alemán Valdés, con penetrante sintaxis de piloncillo.

 

En 1951, en el corolario sexenal, en la región tamaulipeca de Ciudad Mante, se editó Ortodoxia Alemanista, firmado por el Comité de Orientación Alemanista, en cacofónica repetición de babeante caramelo.

 

Cierto: el contenido es ortodoxo en la aplicación del redactado lengüeteo: “La obra del régimen de Miguel Alemán es de Cíclopes”; el equilibrista del dizque desarrollo estabilizador, era dueño absoluto y exclusivo de la “integridad moral”, aparte de poseer una “recia personalidad” y una “estupenda talla de estadista”, y “capacidad intelectual” y “acendrado patriotismo” y... ¡piedááá pa’los diabéticos!

 

A los redondos caballeros de la mesa ortodoxa... los encabezó José Ch. Ramírez, jarocho que en Tamaulipas hizo su agosto, dirigente charro (subordinado a Luis Napoleón Morones), diputado varias veces, gerente de ingenio sin cacumen pero con harta caña y grilla. En misterio quedó la che de don José: ¿nombre?, ¿apellido?, ¿mote sonante y consonante? ¡Sepa la che!

 

Lo que sí es sabido y consabido es que ese Comité era parte de la estratagema a fin de que don Miguel se reeligiera, de ahí la desmesura del señor Ramírez: “Si en el aspecto material podemos decir que la obra del licenciado Alemán es grandiosa, en el espiritual nos aventuramos a decir que es sublime”. ¡Piedááá que ya se subió el azúcar con todo y precio en la etiqueta!

 

Con la misma intención propagandística de arrellanarse sin albur en la grandota otro sexenito, salió, en 1952, el libro ALEMANISMO teoría y práctica del progreso de México, titulote impreso en ocurrencias y escurrencias de trapiche, de la periodista Helia D’Acosta, para quien don Miguel es “... constructor de su magnífico y espectacular destino”. ¡Piedááá que ya no quedan ampolletas de insulina!

 

Cómo hay lenguas que traducen al pecado

Incluso en la mitología griega moran lambiscones, el Prometeo encadenado de don Esquilo, rechazaba las insinuaciones del mensajero Hermes en el sentido de que su lengua azucarara en honor de Zeus; denegó la oferta, pese a que Zeus era para los griegos el dios de dioses, lo mismo que para Los Tigres del Norte Salinas es el jefe de jefes. Quizá por ello, en alguna otra parte, el autor heleno escribió “Un enorme buey pesa sobre mi lengua”.

 

Diversas academias de la lengua hay, en una de éstas, referente a la música, se doctoró la señorita Lengüiski, una virtuosa del sax. Antes, en Italia, la diputada Cioccilina le propuso a Sadam Hussein el mismo concierto instrumental. La señora Bobbit, una devota ecuatoriana también del saxofón, interpretó para su esposo estadounidense una partitura tan profunda... que el marido acabó incompleto de impresión.

 

Irma Serrano publicó Sin pelos en la lengua y A calzón amarrado, quesque na’más pa’demostrar que su paso por la Facultá de Filosofía... lo hizo a zancadas de rugido.

 

La lengua sin lenguaje logra las mejores traducciones: del lampiñísimo idioma del fellatio, a la lingüística forestal de cunnis linguis... hasta un jeroglífico termina descifrado.

 

Lenguas y más lenguas re-crea el artífice deslenguado.

 

{vozmeend}



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