APUNTE JORGE GUILLERMO CANO (Exclusivo para Voces del Periodista)
De medias tintas
La libertad de expresión es un mito, se expresa muchas veces con el signo del hartazgo ante los lugares comunes que la dan por consumada. Tal afirmación puede sonar demasiado radical y ser objeto de variados cuestionamientos a la luz ¿sabe Usted? de los tremendos avances de que ahora gozamos en esa materia, así sea tan difusa y hasta etérea.
Que se diga lo que ahora se puede decir se presenta como muestra innegable de que la tal libertad va viento en popa y a toda vela, soslayando la consideración del impacto evaluable.
Pero si no se confunde con la beligerancia del mitote, el morbo de pasillo, la “radio bemba” cotidiana, el desfogue de las llamadas “redes sociales” y la denuncia de signo evidente (con la mira en el beneficio correspondiente) la “libertad de expresión” no pasa de ser una entelequia (y no en el sentido aristotélico).
Es inconcuso que las fuentes de la información son básicamente las del poder público y privado; se construyen monólogos y soliloquios que los medios difunden como la materia de su función.
Pero la función social de fondo es otra, desde luego, no la ausencia de crítica fundada y, con frecuencia, hasta de sentido común.
El poder de la fuente
La información relevante, la de verdadero interés social, se oculta, se tergiversa o se maquilla, cuando no se miente descaradamente con el pretexto de la expresión de parte.
Una mentira (y son miles cada día) adquiere carta de naturalización porque la dijo el señor presidente, el gobernador o el depositario de alguna cuota del poder relativo.
Cuando la relevancia aparece, lo que no es frecuente pero sí posible, el poder instalado, cuyos referentes nada tienen qué ver con la aprobación que emana de la certeza del deber cumplido, simplemente establece la lógica del hecho consumado y, se diga lo que se diga, nada sucederá hasta que alguna controversia en el seno mismo del poder determine otra cosa.
El periodismo, y no solo el autodidacta de nuestros inicios, allá por 1969, sino también el de la academia, se ve atrapado en las dinámicas fácticas.
La ley se torna inservible
Las leyes para garantizar el derecho a la información pública se han convertido, paradójicamente, en pretexto para todo lo contrario. En el extremo, los funcionarios la ignoran, nunca la han leído y, por tanto, “justifican” con tonterías las negativas a informar aquello a lo que están obligados.
Pasa en las onerosas, y para muchos inútiles, delegaciones federales, pero también en el IFE, en los Ayuntamientos, en las corporaciones de “justicia” y en prácticamente todas las dependencias obligadas por ley.
Otra vez: que devuelvan las entradas
A otros temas: el pasado domingo 10 del mes que corre, ya lo vio Usted, si lo aguantó, se realizó el segundo debate entre los candidatos a la presidencia de México. Lo primero que quedó en claro es que si hicieran un tercero, cuarto o quinto encuentro, nada relevante pasaría.
El “ciudadano” Gabriel Quadri, del llamado Panal, trató de llevar a su campo a sus colegas; que si están de acuerdo con esto y lo otro, y que respondan, pero no, el candidato de la señora Gordillo no recibió la atención solicitada.
Josefina Vázquez Mota (PAN), la más agresiva pero empecinada en defender los “logros” del panismo en el poder, según se vio, se perdió una vez más en la retórica insustancial.
Andrés Manuel López Obrador (PRD) se aferró al equilibrio entre lo que imagina seguro y el cuestionamiento que resultó desplazado en esa estrategia.
La transformación del país sólo podría impedirlo el miedo inducido por quienes no lo quieren, dijo el candidato que se ubica en la “izquierda” de una geometría política alejada de la realidad.
Anunció ahorros extraordinarios, como resultado del combate a la corrupción, y expectativas de crecimiento y desarrollo que luego serían cuestionadas. El tiempo pasó y no soltó las bombas que sus seguidores esperaban con ansia.
Enrique Peña Nieto (PRI), cauto, al pendiente hasta de los gestos de sus oponentes y adecuando cada intervención al tono de lo que oía, repitió las propuestas que más bien son lugares comunes: un Congreso que funcione, mayor participación ciudadana, gobierno transparente y de mayor eficacia.
Y a Vázquez Mota le recordó que no es el PAN el más calificado para abrogarse la democracia. Tampoco ellos.
En la ronda, ronda
Pero las propuestas se deben explicar, merecemos un poco de aritmética, diría Quadri. Los “políticos” proponen grandes cosas pero no dicen cómo y en ello coincidiría Josefina en alusión a AMLO: las cuentas no dan.
A Quadri, que se amarraba al poste de los condenados sin que le hicieran caso, de pronto le recordó JVM de dónde viene y le reclamó estar al servicio de una familia (la de doña Elba).
JVM iba de lo anecdótico insulso a la ausencia de propuestas que de veras marcaran una diferencia.
Quiso hacer su momento cuando dijo que estaba frente a un PRI de dos rostros, en alusión al priísta Peña Nieto y el ex priísta AMLO.
Y Peña le recordó las alianzas del PAN con el PRD, aunque obviamente olvidó otras distorsiones tricolores.
Y que siga la fiesta
Vendría la parte final y nada de qué alarmarse, nada que moviera le emoción de rijosos y tampoco del abordaje de fondo, ausente la atención seria y documentada, la que trasciende el panfleto de propaganda, lo que algunos deseamos (la esperanza muere al último) pero que no sucedió.
En términos de ganancia efectiva para alguno de los candidatos el balance bien se puede ubicar en ceros: todo sigue igual y la apuesta, en el caso del segundo lugar que se acerca, es que la inercia siga dando frutos; que la oposición, sin la reflexión sobre la muy probable similitud de lo que sigue, se exprese en las urnas.
En el inter, y de la mayor importancia, el IFE no sale al paso de los señalamiento que ponen en duda la confiabilidad de la elección y, de esa manera, adereza también el caldo que se cocina.
En fin, en nuestra columna anterior escribimos: “¿Qué preguntar a los pretensos, reales y figurados, presidenciables que van a segundo debate el próximo 10 de junio? -Si de perder el tiempo se tratara, algo se podría inquirir, aunque de balde, sin duda”.
Así fue y así pasó, como todo sucedió, igual que en la canción aquella de Mari Trini. De nuevo, pues: que devuelvan las entradas.
Forma y fondo
Si el “yo soy 132” busca trascender como un movimiento realmente representativo, reivindicando además la reflexión hasta ahora ausente, lo que motiva su presencia, según se afirma, tendrá que ir al cuestionamiento de fondo, a las bases mismas del sistema.
De ser así, encontrarán que los partidos, todos, sin distingo que rebase lo superficial y accesorio, representan la continuidad de un sistema basado en el abuso, la intolerancia, la inequidad; espacio de las asimetrías insultantes y la plena injusticia.
Los males televisivos no son de ayer, ni se compendian en la hechura de un candidato. Por lo mismo, su cuestionamiento no se puede limitar a la coyuntura.
La adhesión de sectores como la Iglesia y empresariales, nos guste o no, es un reflejo de que el movimiento emergente no ha cruzado el umbral del cuestionamiento de fondo, que desde luego incluiría a no pocos aplaudidores que seguramente se batirían en retirada.
Tamborazos
-Sin solución a la vista (todos se hacen de la vista gorda) continúa la violación a la Constitución por parte del gobierno en los llamados “retenes”, mismos que propician la criminalidad en lugar de combatirla efectivamente.
-Abusos, humillaciones a la ciudadanía, transgresión sistemática de los derechos humanos, es la constante. A ver hasta cuándo. (
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