El neoliberalismo no tiene madre
EN EL TEMA Guerras
por el agua (Voces del Periodista 307), escribimos: Desde que -en 1982- se
instaló en Los Pinos la tecnoburocracia criolla,
el colonialismo interno, como enervada reproducción del colonialismo imperial,
ha expuesto a los mexicanos al más criminal expolio que no se compadece de la
vida humana. “El despojo y la depredación de los recursos naturales (…) son
la insignia del neoliberalismo global metido en México a sangre y fuego”.
Denunciamos entonces los conflictos
sociales activos, debidos a la deliberada omisión de una corrupta
burocracia a la que competen las soluciones “de cara a un destino que ya nos
esta alcanzando”. Que ya nos alcanzó, podemos decir ahora a la vista de la catástrofe
provocada por la furia ciclónica que ha descargado sobre México la naturaleza.
Un Mapa Nacional de Riesgos por desastres, seguimiento histórico siempre a la
vista de quien quiera consultarlo; un manual nacional de Protección Civil
anunciado hace apenas doce años por la Secretaría de Gobernación; una iniciativa de
ordenamiento ecológico específicamente para Acapulco, propuesta a raíz del
embate del devastador huracán Paulina
en 1997 (Semarnat); una urgente llamada del gobierno de Guerrero (2011) para adelantarse
a los potenciales desbordamientos de los ríos La Sabana (Acapulco) y Huacapa
(Chilpancingo)… Nada. Nada ha servido al gobierno para adoptar medidas
cautelares. Grillando reformas
estructurales demandadas por los mercados y sus insaciables usufructuarios
nacionales y extranjeros, el gobierno neoliberal se ha olvidado del mexicano de
carne y hueso. Los 70 millones en la miseria y las recurrentes víctimas de los
desastres naturales, son meros guarismos para las matrices insumo producto. Políticas
públicas de Naturaleza arrasada, ¿a quién le importan los Condenados de la Tierra?
MÉXICO DESVERTEBRADO Urge Plan de Salvación Nacional ABRAHAM GARCÍA IBARRA “El neoliberalismo no tiene madre…”. Cardenal Oscar Andrés Rodríguez AUNQUE -ENTONCES ARZOBISPO- el hoy cardenal hondureño
Oscar Andrés Rodríguez Madariaga vino hace algunos años a descubrir en México
que “el
neoliberalismo no tiene madre”, está comprobado que aquí sí la tiene, y
millones se la mientan. Está comprobado también, científicamente, que el
neoliberalismo tiene rostros, nombres, cuernos
de chivo a los que les falta cañón para rayar tantas muescas de sus
interminables e impunes asesinatos, y sobre todo, mucho, mucho dinero carranceado a los mexicanos.
Si en México, en vez de esperar la justicia inmanente
-que se ceba invariable y exclusivamente en los miserables-, existiera un recto
sistema de Justicia Penal, ahora mismo se estuviera juzgando en un alto
Tribunal republicano a la canalla responsable del crimen de lesa Patria que en estas semanas ha
cobrado miles de víctimas mortales y daños incuantificables al patrimonio
social y nacional, por la destrucción de infraestructura productiva y el
entorno natural. Pero en México, la impunidad es placer vicario de los
poderosos. Tiraron el agua
sucia con todo y niño Los tecnócratas estaticidas,
en su afán de conducirnos de la mano a la postmodernidad y a la prosperidad, tiraron el agua sucia con todo y niño. A
las pruebas nos remitimos: De entrada, se llevaron entre las espuelas la transición democrática.
No conformes con detener el proceso de una democracia sustancial -la que
reparte y comparte la riqueza nacional-, anclaron la transición en mero conteo
y escamoteo del voto electoral.
Corrompieron, los estaticidas,
el sistema de división de poderes para concentrarlos en uno, indivisible y
omnipresente. El de Hitler, después de
llamar sabandijas a los
representantes populares, quemó el Palacio del Parlamento alemán. Pinochet,
después de asesinar a Salvador Allende, gobernó a los chilenos con bandos y bandas empistoladas. Algo
semejante hicieron los primates uniformados
Videla, en Argentina, y los Fujimori, de cuello blanco, en Perú. Golpe
legislativo “incruento” En México, los estaticidas,
han degradado el Poder Judicial, y sobre el Legislativo, han dado golpe
incruento. Lo mismo da, si vamos a los resultados predeterminados. El
Congreso de la Unión
no es ya Cámara de origen o de revisión en la formación de leyes. Las
iniciativas las reciben y las votan aprobatoriamente, por consigna, ya digeridas
en la prematuramente putrefacta panza del fáctico Pacto por México. No por falta de escolaridad (que a algunos les falta),
sino por cínica resignación, la mayor parte de los legisladores ni siquiera lee
los textos originales de las iniciativas y, mucho menos, los dictámenes, que
incluso miembros de las comisiones dictaminadoras desconocen. En éste año, los
coordinadores de las bancadas en ambas cámaras disponen de más de mil millones
de pesos para engrasar a la
borregada.
Para efectos prácticos, puede afirmarse que no existe
Poder Legislativo es su definición y facultades constitucionales. Su operación
la ejerce menos de una docena de presuntos legisladores que forman las Juntas
de Coordinación Política que, como agravante, carecen de voto electoral
directo. Son concesión de la representación proporcional. Y todavía así piden
su reelección. Para ilustrar la compulsiva acotación del Poder
Legislativo, baste esta noción: La cláusula VIII del artículo 74 de la Constitución
establece como facultad del Congreso de la Unión, la de dar bases sobre las cuales el
Ejecutivo pueda celebrar empréstitos sobre el crédito de la Nación. “Ningún empréstito
podrá celebrarse sino para la ejecución
de obras que directamente produzcan
un incremento en los ingresos públicos, salvo que se realicen con propósitos de
regulación monetaria” Monstruosidades
calderonianas Pues bien. Particularmente en el sexenio del panista
Felipe Calderón se hizo un discrecional y monstruoso uso del endeudamiento público. En 2006,
Calderón recibió una deuda de dos billones 594 mil millones de pesos. Al
terminar su sexenio le endosó al gobierno entrante un débito total de más de seis billones de pesos y contando… (No
está agregado el medio billón de estados y municipios). Para 2010, la Auditoría Superior
de la Federación
(ASF), en número relativos, estimó el monto como equivalente al 42 por ciento
del PIB.
¿Se usaron los empréstitos para la ejecución de obras que
directamente produzcan un incremento de ingresos públicos? Rotundamente, no. Fue
una soberana trácala: Más endeudamiento
para amortizar intereses de deuda activa en incesaste crecimiento. La ASF sostiene en 2010 que la
deuda pública se incrementó 9.6 veces que el crecimiento de la economía. Con
eso está dicho todo. El Poder Legislativo nomás
milando. Los estaticidas han
manoseado y retaceado -a sabor de grupales y personales intereses aviesos- la
Ley Orgánica de la Administración
Pública federal. A lo largo de tres aciagas décadas, los
gabinetes legal y ampliado (figuras para el museo de cera), han sido despojados
de sus facultades para transferirlas a estructuras paralelas, a fin de sustraer
la gestión del gasto público de la fiscalización de la Auditoría Superior
de la Federación. Retacerías del Estado fallido Ejemplos: 1) Al
sacar del control de la
Secretaría de Gobernación (Comisión Federal Electoral) y de
las Cámaras legislativas, la organización y calificación de las elecciones, y
crear el Instituto Federal Electoral y el Tribunal Electoral del Poder Judicial
Electoral, el contencioso electoral se ha convertido en onerosa y grotesca cena
de negros. Pedimos perdón a los negros por la metáfora. Peor aún: La política
interior -que entraña el cuidado de la Seguridad Nacional
y la Seguridad
pública como factor vital de supervivencia del Estado-, se ha perdido por las
recámaras de la intriga palaciega y ha puesto a la República en situación
de ingobernabilidad. 2) La
que antes fue Secretaría de Energía. Minas e Industria Paraestatal, fue
transformada en Secretaría de Energía, pero tanto en materia de petróleo, como
de electricidad y minería, concesiones, licencias y contratos han quedado bajo
la gestión de órganos administrativo que debieran ser subordinados, y
devinieron patente de Corso para el enriquecimiento de burócratas inescrupulosos
y particulares rapaces. Pemex misma, la empresa insignia nacional por
antonomasia, fue destazada con precisión quirúrgica para atomizar nacional e
internacionalmente las redes de corrupción administrativa. 3) La Secretaría de Hacienda y Crédito Público
-y aleatoriamente el Banco de México-, perdieron sus funciones de vigilancia,
operación y acción cautelar sobre los sistemas de pago, de recaudación fiscal y
de banca y crédito, seguros y fianzas, etcétera, desparramadas en una
corrompida red de institutos, comisiones, fideicomisos, fondos y procuradurías.
Para la nostalgia: Un verdadero secretario de Hacienda del viejo régimen -don
Antonio Ortiz Mena- casi merece un sitio en los altares de la Patria. Durante los sexenios de
Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz, fue factotum del Desarrollo Estabilizador con un crecimiento de la
economía de 6.6 por ciento y control de la inflación en 2.2 por ciento. La
deuda pública fue sistemáticamente atajada. Los
telecistas al ataque 4) La Secretaría de Industria y Comercio, pasó
a ser de Economía, que no es Secretaría más que en el organigrama, y de
Economía sus burócratas no saben más que el catecismo del colonizador Tratado
de Libre Comercio de América del Norte. Guarida de Alí Babá, sus dependencias trafican con permisos
de importación y exportación, concesiones mineras y cuanto trámite pase por sus
lodosas manos. No pocas veces, el Consejo Técnico de ProMexico tiene más voz y
poder decisorio que el propio titular de la Secretaría. ¿Desde cuando
no se habla en México de un verdadero y eficaz programa de industrialización,
que no sea el sistema maquilador extranjerizado, favorecido con regímenes
fiscales especiales, parques industriales gratuitos y mano de obra esclava?
Gabinete de lujo de López Mateos.
5) La
antigua Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas, reducida a
Comunicaciones y Transportes, también fragmentada en comisiones de tal y
tal, quedó bajo el dominio de las cámaras del ramo, cuyos
enriquecidos y ensoberbecidos caciques dictan las políticas públicas en la
materia, de las que son los primeros. monopolizadores e intocables
usufructuarios. 6) La
tan bien amada Secretaría de Turismo, no puede más que el Fondo Nacional de
Fomento al Turismo, ojo de agua al que se arriman a beber inversionistas de ese
giro -que es más negro que sus conciencias- y los gobernadores de los estados o
alcaldes que quieren, todos, la parte del león de la promoción de sus destinos.
En fin. Administración
para la catástrofe Puestos a lomo de actualidad catastrófica, quizá la
ausencia que más se siente y resiente, es la de Secretaría de Recursos
Hidráulicos, pasada durante el gobierno de José López Portillo (debut de la
tecnocracia) a dependencia de segunda escala en la Sagarpa, y más tarde le
dio la puntilla Carlos Salinas de Gortari, para abortar la inepta y podrida
Comisión Nacional del Agua.
Sólo para ilustrar nuestro optimismo, digamos que,
después de su encargo a Fernando González Villarreal y Guillermo Guerrero
Villalobos (¡Vuelvan! Los perdonamos) que algo de ciencia, oficio político, sabiduría
y sensibilidad social tenían sobre el tema, Vicente Fox se la entregó a
Cristobal Jaime Jáquez, especializado en embotellamiento de aguas negras y
adulteración de aguas blancas en la Comarca Lagunera.
Felipe Calderón se la entregó al grillo
panista José Luis Luege Tamargo quien, como técnico en hidráulica, resultó un
excelente ingeniero metalúrgico. Reñido a muerte con la jefatura perredista de Gobierno
del Distrito Federal, el subconsciente del panista Luege Tamargo llegó a
expresar voz en cuello su ilusión de ver inundada en aguas negras la Ciudad de México. Detritus
también tiene otro apestoso nombre en el habla popular. Al diablo con
las prevenciones Desde la ensombrecida atalaya de Acapulco, vamos a
contarlo de esta manera: Aprovechando la costosa lección que dejó en 1997,
especialmente en Guerrero, el huracán Paulina,
se establecieron bases para el ordenamiento ecológico de Acapulco. El eje
rector sería el parque nacional El Veladero (buen nombre), incluyendo la Laguna Tres Palos y “la
costera”. ¿Qué se hizo para dar continuidad a la gestión preventiva? Durante la Docena Trágica humedales
y palmares fueron arrasados por una anárquica y fraudulenta urbanización para
dar espacios exclusivos a desarrollos residenciales (donde disfruta la casta
dorada de magnates y políticos. Si no, véase Punta Diamante), hoteles, burdeles
de cinco estrellas donde medran pederastas y pedófilos.
De “palpitante actualidad”: En 2011, estando en Conagua José
Luis Luege Tamargo, el gobierno de Guerrero urgió obras de desazolve, control
de erosión y bordos de protección en los ríos La Sabana (Acapulco) y Huacapa
(Chilpancingo) para evitar su salida de madre. ¿Alguien atendió la advertencia? La
Conagua
tiene un consejo técnico del que forman parte los secretarios de Medio Ambiente y Recursos Naturales
(preside), Hacienda y Crédito Público, Desarrollo Social, Energía, Economía,
Salud, Agricultura (Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. Si, todo
eso), Instituto Mexicano de Tecnología del Agua y Comisión Nacional Forestal.
Lo dicho, comendador, pura burocracia incompetente y acerdada. La magna
política hidráulica Otra para la nostalgia. Plutarco Elías Calles instituyó
en 1925 la Comisión
Nacional de Irrigación. La Secretaría de Recursos
Hidráulicos fue creada en 1947. México, dicen emisarios del pasado, “tuvo una
política hidráulica centralizada, dirigida hacia el desarrollo nacional”.
Desarrollo nacional, agregamos nosotros, consistente en dar dignidad y recursos
productivos a la sociedad rural. Producción agropecuaria para alimentar a los
mexicanos y dotar de insumos a la industria nacional. Con soberanía y autosuficiencia,
además.
Nomás unos datos de la hoja de vida de la SRH: Construyó las
monumentales presas de Malpaso (Netzahualcóyotl)
e Infiernillo (sur-sureste) Falcón (sobre el río Bravo), Miguel Hidalgo
(Sinaloa). Bajo su control estuvieron las cuencas de los ríos Papaloapan,
Grijalva, Balsas, El Fuerte… Sólo en sus dos primeras décadas construyó casi
200 distritos y unidades de riego. Pero vino el remolino neoliberal saliniano y nos alevantó. Apenas a un año de
instalado, Carlos Salinas de Gortari dictó los responsos de la Secretaría de Recursos
Hidráulicos y creó la fratídica Comisión Nacional del Agua con la
responsabilidad de “administrar, regular, controlar y proteger las aguas
nacionales”. (Je je je). Honor a los
héroes civiles Porque conocimos y tratamos al menos a dos de ellos (José
Hernández Terán, en la
Comisión del Río Fuerte, Sinaloa, y Luis Robles Linares),
rendimos tributo a la memoria de los titulares de aquella Gran Secretaría:
Adolfo Orive Alba (cuyo hijo ha devaluado el bono familiar), Eduardo Chávez,
Luis Echegaray Bablot, el mexiquense Alfredo
del Mazo Vélez (con Adolfo López Mateos. Del Mazo, sobrino de don Isidro
Fabela, el auténtico Patriarca de Atlacomulco). El propio
Hernández Terán, Leandro Rovirosa Wade y por último, el citado Robles Linares.
¿Cuál es el común denominador de esos enormes mexicanos? Eran, precisamente, me-xi-ca-nos, egresados de Universidad
pública. Eran patriotas. No como la manga de tecnocurócratas que ahora nos “transforman”… en parias. Es cuanto
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