Fiesta en Los Pinos Deterioro en el país Manos extendidas
Sesión de la Cámara de Diputados del pasado día 12, en la cual se discutió la reforma energética. Foto José Antonio López
En
medio de la euforia que en él ha provocado la desnacionalización energética, al
gobierno federal se le olvidó el remarcado deterioro económico que registra el país
y las terribles consecuencias sociales que implica.
Legalizado
el negocio privado del oro negro y la electricidad, el inquilino de Los Pinos y
socios que lo acompañan se frotan las manos, prometen a diestra y siniestra y
celebra ruidosamente el haber coronado un proyecto totalmente contrario al
interés nacional, iniciado tres décadas atrás.
Cinco
gerentes de Los Pinos hicieron hasta lo impensable con tal de ponerle la cereza
al pastel privatizador. Arrasaron con la infraestructura productiva del Estado,
pero aun así no lograron concretar el plan desnacionalizador del sector
energético.
Fue
al sexto, el actual, a quien tocó coronar, el mismo personaje que, duro que
dale, insistió en que no se privatizaría ni un tornillo del sector energético
(otrora) nacional. A su vez, los congresos (federal y estatales) nunca fueron
tan levanta dedos como ahora, y en cuestión de horas -de minutos, en algunos
casos- avalaron echar atrás 75 años de historia nacional. Eso sí, mantienen la
mano estirada en espera de recibir lo suyo, que favor con favor se paga.
Y
mientras todos ellos se frotan las manos por el nuevo filón de negocios
privados y las generosas comisiones que obtendrán por su participación como
gestores, los componentes del Sistema de Indicadores Cíclicos se mantienen en
fase de recesión, las expectativas de crecimiento económico siguen a la baja,
la confianza del consumidor cae y cae, y la inversión reporta su quinta caída
consecutiva. Eso sí, en Los Pinos y subsidiarias la fiesta está a todo dar.
El
Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara Diputados
advierte lo anterior y detalla que continúa el deterioro de la expectativa de
crecimiento económico y de generación de empleo formal, mientras la inversión
se mantiene a la baja, lo que no permite vislumbrar un buen arranque de 2014,
año para el que la estimación de crecimiento no pasa de 3.34 por ciento, contra
la promesa gubernamental de alcanzar 3.9.
Anota
el CEFP que los componentes del Sistema de Indicadores Cíclicos, dados a
conocer por el Inegi, revelan que la economía mexicana se encontró en fase de
recesión, aunque se anticipa que entrará en recuperación. En particular, en
septiembre de 2013, el indicador coincidente (que refleja el estado general de
la economía mexicana) se situó, por cuarta vez consecutiva, en la fase de
recesión, al presentar un valor de 99.78 puntos y tener una disminución de 0.07
puntos en relación con el mes anterior.
La
evolución del indicador coincidente fue consecuencia de que el indicador de la
actividad industrial, el índice de ventas netas al por menor en los
establecimientos comerciales, el de las importaciones totales y el de la
actividad económica mensual, se localizaron en la fase recesiva, mientras el
número de asegurados permanentes en el IMSS se posicionó en la fase de
desaceleración. En contraste, la tasa oficial de desocupación urbana adelanta
un mayor número de mexicanos en tan precaria condición.
En
el noveno mes de 2013, el indicador adelantado (cuya función es la de anticipar
la posible trayectoria del estado general de la economía) se colocó en la fase
de recesión, al ubicarse en 99.84 puntos y disminuir 0.01 puntos, lo que
implicó su cuarto mes consecutivo en dicha posición. Mientras que con
información oportuna para octubre dicho indicador tuvo un valor de 99.86 y
aumentó 0.02 puntos, posicionándose por primera vez en la fase de recuperación.
Ello como consecuencia de que la tendencia del empleo en las manufacturas, el
Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de
Valores en términos reales y las exportaciones no petroleras se mantiene en la
fase de recesión.
De
acuerdo con la Encuesta
sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado de
noviembre, anota el CEFP, se anticipa que en 2013 el PIB tendría un incremento
de 1.28 por ciento; aunque dicha tasa fue superior a la previsión anterior
(1.24), representó poco menos de una tercera parte de la que se registró en
2012 (3.91). Mientras que para 2014 se estima que el PIB tenga un aumento de
3.34 por ciento, aunque esto implicaría un repunte de la actividad económica en
relación con el presente año, dicha tasa es inferior a lo que se estimó un mes
atrás (3.41) y a lo observado en 2010, 2011 y 2012 (5.11, 3.96 y 3.91 por
ciento, respectivamente).
A
su vez, el Inegi reportó que en noviembre de 2013 el Índice de Confianza del
Consumidor (ICC) se deterioró, al pasar de un incremento de 5.15 por ciento en
igual mes del año previo a una caída de 5.83, lo cual implicó que se conservara
en terreno negativo por segundo mes consecutivo. Además, el valor de su índice
aún se mantiene por debajo del observado en el mismo mes de 2007, respecto del
cual presenta una caída acumulada, después de seis años, de 11.3 por ciento.
En
términos anuales, sobresale el deterioro de todos los elementos del ICC: los
consumidores aprecian que su situación económica es menos favorable actualmente
comparada con la de hace un año, y no esperan mejore para los próximos 12
meses; perciben que la situación económica del país está peor en comparación con
la registrada hace un año, y no anticipan que mejore en el futuro.
Así,
bajo este escenario, los miembros del hogar no contemplan la posibilidad de
adquirir bienes de consumo duraderos, su segunda disminución consecutiva
después de tres alzas sucesivas.
El
deterioro de la confianza del consumidor refleja la holgura existente en el
mercado laboral derivada de la menor generación de empleos formales, del ritmo
de aumento en los salarios y del nivel de la tasa de desocupación anual.
A
lo anterior se suma el menor crédito de la banca comercial al consumo en los
últimos meses, pues afecta la dinámica de la demanda interna del país: en
octubre de 2012 el crédito tuvo un aumento anual de 16.14 por ciento y para el
mismo mes de 2013 su incremento fue de 9.74; en particular, el crédito en
bienes de consumo duradero pasó de un alza de 1.43 por ciento a una de 0.27 en
el periodo señalado.
Y
de cereza, la inversión fija bruta total tuvo una caída anual de 5.51 por
ciento, su quinto descenso consecutivo.
Las rebanadas del pastel
Pero
qué más da, si ya coronaron.
*La Jornada
Twitter: @cafevega
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