Domingo, 21 de Septiembre de 2014 23:09 | 
Author: Regino Díaz Redondo | 
| Edición 324 |
Vivimos en un mundo de hedonismo, de consumismo, de soledad,
de violencia por causa de los medios de comunicación y la publicidad”
Abraham de la Cruz
escritor y pintor francés
MADRID.- Es infame y manipulada la información principal de un diario español que todo el mundo conoce. Como es costumbre, cabecea sin fuente responsable, saca de madre frases entrecomilladas y se atribuyen declaraciones a un organismo como si fueran oficiales cuando en realidad las hace un miembro secundario que se va por la tangente, no es portavoz del PSOE ni está autorizado para hablar en nombre de su partido.
Es el caso de Ximo Puig, secretario de los socialistas en Valencia y miembro del ejecutivo laboral. A cinco columnas, el tabloide afirma, sin una pizca de ética, que “el PSOE compara el discurso de Podemos con el de Mussolini” y no se sonroja.
En mis sesenta años de periodista no recuerdo ninguna nota tan inescrupulosa, que barre hacia casa lo que le conviene y echa balones fuera a su albedrío, sin el menor pudor ni respeto para la profesión, ya de por sí devaluada, a veces con razón como en este caso.
Mezcla de política e información
No menos culpa tiene Puig, flamante miembro de la nueva dirección que encabeza Pedro Sánchez, quien se atreve a emitir juicios según el humor con el que se levanta, ajeno a un partido que intenta recuperar de sus malas gestiones y apatía.
El periódico en cuestión y el declarante mezclan la información. No se sabe si habla el informativo o el político. Se trata de confundir, de desorientar, de hacer un pésimo periodismo con impunidad.
Lo único que consiguen es aumentar el numero de simpatizantes de Podemos, la nueva formación política que actualmente es el centro de debate en la sociedad española.
En la parrafada, Puig sí declara que las prácticas de Podemos “se asemejan a las que esgrimió el politólogo italiano Gaetano Mosca y a cuyos principios acudió con frecuencia Benito Mussolini”.
Este medio y Puig vuelven a insuflar oxígeno a Pablo Iglesias, presidente de la nueva organización política, que inunda las redes sociales y suma ya miles de afiliados cada vez que los tontos de capirote intentan despreciarlo o compararlo con prácticas totalitarias de las que está exento.
En el otoño, el organismo mencionado elaborará su programa de acción entre cuyos puntos aparecerá la condena al neoliberalismo y a “la casta” inmovilista de una Europa que sufre y sólo se renueva en los nombres y no en la praxis que le exigen los ciudadanos europeos.
Acunado por el diario, don Ximo dice que Podemos es “una organización recién nacida que no significa que aporte ideas nuevas”.
Agrega, que el concepto de “casta” es viejo (descubre el mar muerto sin pudor) y que en las elecciones al Parlamento, recogió la “desazón y el profundo cansancio de la gente por la falta de reacciones políticas contundentes”.
Entre las frases textuales de Puig, este periódico – muchas veces valiente y enfrentado a la política económica de Mariano Rajoy- , filtra los párrafos del reportero o redactor tendientes a encaminar a los lectores hacia el repudio de esa sorprendente y novedosa fuerza política que llegó para quedarse, crecerá y dirá mucho en las próxima elecciones generales del 2015.
Los principios de Podemos
Juzgue el lector los siguientes principios en que se basa Podemos: democracia real, escuelas públicas, protección de la sanidad, educación, vivienda y jubilación aseguradas. También, no a la privatización de servicios esenciales de la gente, acabar con los recortes, forjar una nueva personalidad para España como país de la unidad europea pero sin ser consorte ni servidora ni referente del austericidio.
También propone aumentar becas, bajar las tasas universitarias, paralizar los desahucios, excluir el plan Bolonia y dar la casa en pago de los que no pueden hacer frente a las hipotecas por el desamparo en que el PP tiene a los trabajadores que han visto reducido sus salarios hasta en un 50%.
Más aún: garantizar el suministro de luz al precio adecuado, que haya agua y calefacción en todos los hogares, asegurar y recuperar el mando sobre las telecomunicaciones y la alimentación. Y controlar los mercados internacionales, que ahora van por la libre y son dueños de la economía, las finanzas, y por ende, de la política internacional.
Por último, Podemos quiere que se reforme la Constitución porque muchos de sus artículos son obsoletos o no recogen bien la defensa de los intereses del pueblo y fortalecen la política fiscal a favor de las multinacionales.
Puntos impracticables
Con un poco más de habilidad -- no pido inteligencia – podría ahondarse en los puntos débiles o impracticables de ese partido. Por ejemplo, si habla de resolver los asuntos en reuniones asamblearias ¿por qué Iglesias y José Antonio Monedero se han convertido en casi sus únicos referentes?
¿Por qué hace populismo Pablo Iglesias vistiendo camisa blanca, pantalón vaquero y con coleta?.
¿No cambiarse el color de la camisa y afeitarse diariamente es signo de honestidad e identificación con el pueblo?
“Yo no me quitaré nunca la coleta”, ha dicho Pablo a los reporteros en varias ocasiones. Si es así, no lo veo como el presidente del gobierno ni de ministro. Aunque dirán que en estos días todo es posible y los atuendos cambian.
También pueden cuestionarse sus puestas en escena frente a los camarógrafos. Han estudiado poses y gestos, luego no son tan naturales como parecen.
Además, citaré alguna de sus propuestas imposibles de conseguir:
Eliminar la deuda exterior y cancelarla.
Desgraciadamente, nuestros acreedores son bancos de Estados Unidos, Suiza, Alemania, Japón China y Gran Bretaña, sólo por citar algunos.
A Podemos no hay que insultarlo pero sí manejar los argumentos adecuados para que comprendan, y quizá lo hayan hecho, de que muchas de sus aspiraciones son ahora utopías.
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