El español Kiliam Jornet subirá al Everest corriendo y sin oxígeno.
Es el mayor ultrarrunner del mundo.
XL Semanal (ABC)
MADRID.- Tómelo con calma, léalo dos veces y créaselo. España es el segundo país del mundo con mayor deuda exterior después de Estados Unidos. Sólo en intereses tenemos que pagar cien millones de euros diarios y es la primera vez que superamos el PIB, en un siglo.
El FMI informa que representa el 103% de nuestra economía con un total de 1,400 billones. Mientras, EU (pequeño país del norte de América) está entrampado con 5.5 billones de dólares que equivalen sólo al 34% de su producto interior bruto.
En 2015 el Estado español tendrá que pagar 35,400 millones y la deuda será la misma. Y acoto: la nación erogó 200 mil millones de euros desde el inicio de la crisis, sólo intereses, que representan el 20% de nuestro capital.
¿Cómo se logró esta hazaña?
Pedimos dinero a espuertas a los bancos internacionales y nos lo conceden. A medida que nos dan euros nos quitan soberanía. En estos momentos es imposible remediarlo. Y no queda más remedio que hipotecar la libertad financiera y depauperar a la sociedad civil que, en última instancia, es la que sufre las consecuencias.
Apremiado por los acreedores, el gobierno apechuga. Liquidamos letras que vencen dentro de dos años para seguir al servicio del “compromiso” adquirido, porque somos serios y cumplimos con creces.
Los 1,500 millones de euros que amortizamos por adelantado, sirven para que aumente el avasallador índice de pobreza.
¿Consecuencias?
Muchas. Lea algunas: uno de cuatro niños tiene hambre o está desnutrido, según la Cruz Roja, y ya son dos millones sesenta y seis mil personas los parados que no reciben ni un céntimo.
En la curvatura del círculo, herido en su epicentro, Caritas dice que este año dio de comer y vistió a cerca de tres millones de personas. De este dinero, el 75% proviene de donaciones privadas, de gente que se preocupa por la infancia y de las medianas y pequeñas empresas.
Sólo el 25% llega del Estado y de la Iglesia. Es falso que Cáritas se abastezca en su mayoría de las aportaciones del clero. Los millones que regalamos al Vaticano por el Concordato, o como quiera usted llamarlo, se van casi siempre a los bolsillos de los miembros de la jerarquía católica para que lo utilicen, algunas veces, en campañas políticas. Ni siquiera aumentan los salarios de los miles de curas que difunden la fe en los pueblos españoles.
¿Bienes de “manos muertas”?
Al mismo tiempo, la alta burocracia religiosa se apropia de centenas de predios y edificios que “no tienen dueño”. Lo último que se adjudicó fue la Mezquita de Córdoba, por sus pistolas. Sin que el gobierno de Prometeo proteste.
Gastamos en consejos consultivos de membrete y para proteger a ministros y ex presidentes de Comunidades. Alberto Ruiz Gallardón, que dejó su cargo en Justicia porque hizo un berrinche al no gestionarse su infumable Ley del Aborto, dijo que salía de la política. Pero no, quía, recaló en uno de los mecanismos operantes que menciono con un sueldo de unos cien mil pesos mensuales.
Allí se cobijan también, el ex presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, y la vice-presidenta del gobierno de Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega.
Hay más de mil organizaciones y asociaciones pagadas por el Estado. Sus miembros cobran y se van a casa. Si acaso, una vez al mes se juntan para rubricar lo que otros han elaborado, sólo para ratificarlo.
Nadie se mueve contra tales desperdicios y abusos desde el poder neoliberal.
Siguen los desahucios, el recorte de comedores públicos, la falta de médicos y camas en hospitales públicos y los enfermos no tienen más remedio que ir a clínicas privadas. En educación casi desaparece la investigación, merman los maestros y faltan colegios.
Hay que privatizarlo todo. A como dé lugar.
Desde la Moncloa se apuran porque sólo les quedan catorce meses de legislatura.
Eso, si no repiten porque su política está dedicada a subsanar la pobreza y crear cultura. José Ignacio Wert es el protagonista de tan progresista tesis.
Los discapacitados pasan a ser “una carga” para las autoridades hacendarias de Cristóbal Montoro; se les quita el subsidio o tardan años en dárselo. Y menguado.
Inmigrantes
A ochocientos treinta y siete mil inmigrantes “sin papeles” se les niega la asistencia sanitaria y no tienen dinero para pagar otra.
Aumentan los salarios a funcionarios de alto nivel y se congelan, por quinto año consecutivo, las percepciones de los empleados medios y bajos.
Crecen un 0.25% las pensiones por ley, pero persiste y aumenta la amenaza de no alcanzar cifras suficientes para mantenerlas.
Los mayores, cansados de trabajar toda su vida, podrían quedarse a la luna de Valencia.
Desde afuera, se oyen las voces de los inconformes. Las organizaciones internacionales aconsejan frenar la baja angustiante de los sueldos que se trocean en 3 o 4 partes para aparentar aumento de empleos.
En la Comunidad de Madrid y la valenciana, que encabezan el récord de corrupción en España, es donde más personas están en situación precaria.
Enriquecimientos ilícitos
Se construyen elefantes blancos mal hechos, insuficientes e inservibles. Sus estructuras se desgajan pero, eso sí, los políticos enriquecen a bolsillo lleno.
Está en la cárcel Jaume Matas, ex presidente de Baleares, y allí el juez lo cuestiona por posibles delitos como lavado de dinero, cohecho y fraude al fisco. Veremos si sale dentro de seis meses al cumplir su condena de nueve.
Francisco Camps, Miguel Roca y Rita de Barberá están en el eje del huracán. Mientras, Juan Cotino, presidente de las Cortes de Castellón, sigue en su puesto pese a estar imputado por tráfico de influencias y soborno. Sonia Castedo, alcaldesa de esa ciudad, tiene doble imputación, pero ella, amiga de su amigo, no hace caso. No renuncia pese a las protestas que se suceden ante la sede del ayuntamiento. Se la ve asustada y su cinismo es evidente.
La señora es todo un ejemplo de fortaleza política y de honradez civil. El Partido Popular promete que renunciará pero Castedo está dispuesta a formar un partido y ser candidata en las elecciones que se avecinan.
Los rumores no siempre son ciertos ni los que acusan han probado los delitos de los acusados. Pero la mayor parte sabe que hay delincuentes en puestos políticos a través de los sms y correos electrónicos.
Da vergüenza leer y escuchar las voces de los diálogos de los protagonistas en su comunicación privada. La gente se enardece y la moralidad huye ruborizada.
Impunidad a la realeza
Desde hace tiempo se acusa al rey Juan Carlos de tener, o haber tenido, mil ochocientos millones de euros en el extranjero. Se le acusa pero no se le persigue. Recibe insultos pero no citatorios del juzgado. Sus retractores, muchos de ellos, aprovechan su retiro aunque hay otros que están convencidos de su culpabilidad.
Las desigualdades entre los sectores de la población aumentan sin parar.
Los expedientes contra los ladrones de cuello blanco se apiñan en los despachos de los jueces y allí permanecen años, ocultos entre las enormes pilas de folios pendientes de juicio.
La jueza Mercedes Alaya, que lleva la trama de los Eres de Andalucía, ha pedido el refuerzo de tres personas para poder llevar a cabo su función. Hasta el momento ha imputado a más de cien personas que formaron parte de la Junta y que son acusados de pagar cursos de entrenamiento sin haberlos realizado.
Por tanto, las fechorías se ven pero no se castigan por desidia, por intereses o por complicidad.
Nadie se hace responsable de las triquiñuelas de los prevaricadores. Los fraudes son voluminosos y el país sigue enfermo.
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