“Se abrió la veda para matar a negros en EU”
Anne Hart (USA Today)
MADRID.- ¿Y ahora qué señora ministra de Empleo? Piénselo antes de responder, seguro que tiene una respuesta contundente al dato de que el 34% de los trabajadores españoles gana menos de 645 euros al mes. Si no encuentra salida dele una vueltecita a la virgen del Rocío y escuche sus consejos.
Doña Fátima, si la rociera no le resuelve el problema, váyase a Portugal con su tocaya y pídale ayuda. Está usted en un predicamento, su ley laboral subyace enferma y lejos de curarse se agrava.
Los enfermos – españoles – sufren desde hace seis años la crisis y usted vino a darle la puntilla. Consiguió hacer del desempleo un mal endémico que recorre, cual fantasma, el territorio nacional. Vive usted en el limbo, su jefe, Mariano, igual. España es ejemplo de recuperación económica, señora del gobierno, y agrega que las medidas adoptadas por Rajoy y familia política son extraordinariamente benéficas, una panacea caída de su cielo andaluz.
Bienvenido el cinismo
La gente de toda la nación reclama un mínimo de respaldo, pide trabajo y sueldos menos vergonzantes. Pero la culpa no es de usted ¿verdad? Es del PSOE que dejó el país deshecho, en manos de la clase media ignorante, vaga y derrochadora.
Qué bien le sientan las mentiras a usted y a su jefe. Siempre ven el lado oscuro del espejo en que se miran. Será porque repartieron tarjetas en negro y algunos recibieron dinero que no cotizó al fisco.
Debe usted regocijarse de conseguir una magnífica ley laboral para los empresarios. Estos han podido rebajar los salarios al mínimo y contratar por horas, días y semanas con la mayor facilidad para despedir al que no se supedita a sus requerimientos.
Distinguida miembro del partido popular, es usted maravillosa. Llama “movilidad exterior” a la fuga al extranjero de jóvenes españoles capacitados con dos o tres carreras universitarias porque aquí no encuentran trabajo ni en la hostelería.
De algo debería avergonzarse, señora ministra, de lo que dice y que no hace. De lo que no hace a favor de los trabajadores y de su complicidad con los patrones.
No sabíamos de su bacía literaria ni de su pródiga imaginación. Se crece ante el fracaso, lucha contra las estadísticas y no oye los gritos de auxilio de los desempleados a los que desahucian por no tener para pagar la renta de sus viviendas.
Señora mía, de todos mis respetos, lucha usted contra la realidad, tiene el coraje de desdecir las encuestas y no sabe de los contratos laborales leoninos que ahora se firman porque tiene un poco estropeadas las trompas de Falopio.
Todo sea “por la gracia de Dios”
Su sentido común sorprende y destroza los augurios de politólogos y economistas. Representan usted, feligresa de los golpes de pecho, a un conglomerado impresentable. Escucha a quienes han dicho siempre que a la gente hay que hablarles a golpes porque sólo así entienden. Sí, como en tiempo de las cavernas en el país de la noble sociedad medieval que avivó las hogueras con la carne y el pensamiento de los infieles.
Es usted una dama agradecida. Se “santigua” con fervor antes de intervenir con su verba cortada en el Congreso de los Diputados porque intuye que “por la gracia de Dios” todo sale bien.
Usted es, señora Báñez, la inventora del grupo de los “Seiscientoseuristas”, grupo sólido que ya ha echado raíces en nuestro país. Debe ufanarse de ello. Hágalo cada vez que puede porque se lo reclamaran muchas veces en el futuro.
Dejó atrás, señora ministra, el mileurismo excesivo, inservible y en vías de extinguirse. Sepa que el 74.7% de los muchachos entre 18 y 25 años forma parte de la mesa directiva de ese grupo que usted creó.
Conoce, también, que con el apoyo de las fuerzas progresistas del PP, asombrosamente democráticas, tendrá el respaldo del gran gobierno neoliberal y de los terratenientes.
Aunque, en realidad, quienes mantienen el tinglado son las multinacionales y los oligopolios.
Es necesario castigar a los impíos
Divina madame, apréndase bien esta cifra: son 5.7 millones las personas que reciben salarios por debajo de los 500 euros en 14 mensualidades de lo que también se muestra orgulloso su inefable compañero Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, contlapache con el que se reúne para aliviar la asfixia de los ciudadanos.
No se diga más, sus juntas son tertulias amenizadas por el coro de humanistas como usted que defienden la economía nacional contra la contaminación de los demagogos que quieren vivir decentemente.
Señora, usted sabe que estas personas sólo buscan destruir al buen gobierno neoliberal que lleva tres años luchando a brazo partido para aliviar la carga de los indefensos negociantes, auténticos mártires sociales, que han dejado el pellejo para que la desigualdad disminuya.
Encabece la reivindicación, como es su habitual quehacer. Castigue a los impíos que buscan tranquilidad pero que sólo quieren molestarla. No persiga, como lo hace el fisco tan exitosamente, a los que no pagan el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI).
Opóngase con energía a que la Mezquita de Córdoba, de su tierra andaluza, sea comprada por la iglesia por 20 euros, como acaba de ocurrir.
Usted, señora Faty, es nuestro referente. De sus manos siempre salieron leyes justas que permitirán reducir en 50 ó 60 personas el número de parados cada año. Felicidades.
Con los hábitos puestos
El esfuerzo que realiza para acabar con la economía sumergida le da ánimos para olvidarse del lavado de dinero porque primero está que los españoles no eludan a Hacienda aunque haya actividades ilícitas como el narcotráfico.
Pero cuidado, señora, tiene muchos enemigos. Entre ellos, el FMI y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que le piden más austeridad para ajustar salarios. Óigalos, dígales que se apoya en los obreros y empleados de oficinas para facilitarles su labor y que todos están muy satisfechos con su desempeño.
Pasará, señora Báñez, como un miembro distinguido del progresista equipo de Prometo. La historia registrará su labor y su nombre se escribirá en las paredes del Congreso como una española de excepción.
En los libros de texto será ejemplo de profesionalismo que nos da lustre dentro y fuera de España.
Inclusive, ya se habla por ahí de erigirle una estatua como a Juana de Arco, Margaret Thatcher, Carmen Polo, Carmencita Martínez Bordiú, Esperanza Aguirre e Imelda Marcos. Olvídese de la modestia y aclare su garganta para desgañitarse con el grito “¡A mí, los buenos, que me pongo los hábitos de la monja alférez y los de María, la santa monja que salvó vidas de niños en Madrid, dándolos en adopción al mejor postor!”
RDR
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