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Edición 251
Escrito por JORGE GUILLERMO CANO   
Viernes, 28 de Enero de 2011 12:40

{vozmestart}

 

apunte

 

 

Esta política que ves

 

¿De dónde salieron? Nos preguntamos un día de estos, entre sorprendidos y confusos, rebasados por un estado de cosas que rehúye toda lógica ¿Cuáles son sus méritos probados y donde están los referentes de su brillantez?

 

Sepa. Los accidentes, imprevistos y paradojas, construyen caminos disímbolos y desenlaces imprevisibles.

 

Se suponía, y ahí la tragedia, que deberían ser los mejores en el sustento del interés general, del progreso y la superación.

No lo son, en la gran mayoría de los casos, y dígase sin descargo de lo fundamental que lo mismo sucede en casi todas partes, por no decir todas.

 

La kakistocracia alza su tea, desde el feudal palacio a la cabaña, como en aquel coro que Germán Aréchiga, hombre bueno y buen profesor de música, hacía cantar a los normalistas de Sinaloa en los desfiles del 20 de noviembre.

 

Hay excepciones, pero son eso y el común de los casos es decepcionante.

 

En el extremo de la ingenuidad a sabiendas, los relevos se piensan ubicados por encima de su matriz generadora.

 

El fruto de la apatía

La opinión pública se relativiza sin remedio; la reflexión está casi ausente y no hay vocación analítica. Así, las directrices de pasillo, qué le vamos a hacer, se convierten en divisa de las decisiones que afectan al colectivo.

Todo se presenta como hecho consumado y de común así opera porque los receptores, incluyendo a los que de nada se enteran y luego "deciden", no son partícipes ni actores democráticos.

Se sigue y se reacciona ante el rumor y la escala del ruido finca las preferencias. De ahí la importancia de las bardas pero, en tiempos cibernéticos, de los mass media y las presencias declarativas.

 

Los ecos que llegan marcan la diferencia mientras se apuesta, en el fondo y a contrapelo del discurso, a la inmovilidad, la pasividad, el alejamiento de la cosa pública.

 

Seguirán llegando, mientras el pueblo no se mueva.

 

Y en momentos de lucidez regresa la pregunta: ¿De dónde salieron? ¿Qué justifica, de veras, esas presencias? ¿Qué pasa?

 

La respuesta, sin embargo, está cerca pero es penosa: salieron de la permisibilidad ciudadana, de la apatía, del dejar hacer y pasar, de la irresponsabilidad colectiva y la negativa a ser partícipes de la cosa pública.

 

¿Quo vadis?

La real politik, es decir la política al margen de la ética, se impone sin remedio, con imperativos que hacen incluso de una cuota de conciencia un factor inconveniente.

 

Los apoyos, aún con las certezas que se piensen, se compran y se venden sin recato.

 

En los tiempos de la cargada unilateral, las seguridades del poder hacían decir cosas como “llegó la hora” de esto o de aquello, de tal zona del país o del estado, de tal sector.

¿Será un regreso así lo que se está prefigurando, por ejemplo, en Sinaloa?

 

¿Y tanto trabajo con esta democracia que ves?

 

 

cano

 

Dinero contra democracia

Los procesos electorales en México son de los más caros del mundo, los dineros del erario destinados a los gastos de partidos y asociaciones políticas son de lo más elevado y muchas de esas organizaciones se han convertido, no cabe duda, en excelentes negocios para sus promotores.

 

El Instituto Federal Electoral es, probablemente, el aparato de su género más costoso del orbe; sus funcionarios y los consejeros ciudadanos (que, en estricto, llegan a esos puestos con la mediación de los acuerdos partidarios) perciben sueldos de altos ejecutivos empresariales o bancarios.

 

Los cuantiosos dineros que los partidos reciben se ejercen con un “control” que deriva a lo simbólico y las anomalías, bastante frecuentes e injustificadas, no son corregidas.

 

Es común que las dirigencia prefieran pagar multas (también con dinero público) que aclarar el destino de sus “prerrogativas”.

 

Los consejeros ciudadanos, del IFE y estatales, como reiteradamente se ha documentado, están más interesados en permanecer en sus puestos, donde ganan mucho dinero, que en poner orden y obligar a los partidos a ejercer con rectitud y claridad el presupuesto que del erario (es decir, de los contribuyentes, de la ciudadanía) reciben.

 

¿Y dónde quedó la bolita?

Los "grandes logros" de la democracia no se expresan en parte alguna, como no sea en el éxito material de políticos de toda laya, sus epígonos y apoyadores interesados.

 

La alternancia no ha contribuido al cambio efectivo y el modelo neoliberal del priismo es el mismo que el de las alianzas y el panismo de hoy, aunque éste derive un poco más a la derecha.

Los grandes problemas nacionales, estatales y municipales, siguen presentes y agudizándose sin solución de continuidad. En ese contexto, los puestos públicos son escalones para el logro de ambiciones mayores.

 

La kakistocracia partidaria hace de las suyas en todas partes, mientras que la reflexión colectiva, la coparticipación, la corresponsabilidad y la búsqueda de alternativas sobre la base del interés general están ausentes.

Esta es la realidad y lo demás retórica barata, nos guste o no.

 

Al abordaje

Avatares de la coyuntura, la “clase política” de todos colores y sabores le entra a lo que caiga. La gran mayoría de sus exponentes, en el oportunismo electorero, todo defienden, todo abanderan.

 

Aprovechan sin recato el relajamiento en el abordaje de la “cosa pública” y vienen en cascada los pronunciamientos.

 

Y no es que las causas sean marginables, ni que los llamados carezcan de vigencia, sino que tales actores no son los indicados.

 

En su gran mayoría, lo que tenemos es una kakistocracia casi generalizada, partidaria, grupal y oficiosa, sin las calificaciones para erigirse en apóstoles de nada.

 

En el merecido descrédito

La política mexicana tiempo ha que presenta grave deterioro, los partidos están inmersos en el descrédito y los órganos legislativos permeados por la desconfianza y la duda razonable sobre la rectitud de su quehacer.

La kakistocracia alza su tea y las actorías políticas obedecen a motivos disímbolos con el común denominador del alejamiento de los méritos, la probada honestidad y las capacidades.

En el caso de la izquierda (no hay nostalgia peor, dice Joaquín Sabina, que añorar lo que nunca jamás sucedió) desde que transitó al rejuego de las ambiciones particulares y el dinero, se perdió lo poco que había.

Ni a quién irle, pues.

 

Tamborazos

-En Sinaloa, la “oposición” se mueve al compás del llamado “pasito Malova”. Se descuadra un poco pero, jalada del bracito, maiceada de por medio, se acomoda de nuevo al ritmo. Y así van, en el “cambiazo”.

 

-Y para evaluar voluntades y disposiciones reales de cambio, nada más ver el “gabinetazo” que ya casi completa Mario López.

 

-Ya tienen más de dos meses los nuevos diputados, la LX Legislatura de Sinaloa, y hasta ahora nada han hecho respecto del claro latrocinio que cometieron sus antecesores. Empiezan a proceder como cómplices. ( Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla ).

 

 

 

ESQUELA3

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