PAPELES AL VIENTO ABRAHAM GARCÍA IBARRA (Exclusivo para Voces del Periodista)
Hubo una vez un ministro
La Ley de Herodes y El infierno continùan en Sky-Televisa
VOLVÌ A PENSAR y vi todas las opresiones que se cometen debajo del Sol. Y miré a los oprimidos en sus lágrimas, sin haber nadie que los consolare, sujetos a la violencia de los opresores, sin tener consolador. Por lo que llamé dichosos a los hombres muertos; más que a los vivos que viven todavía. (Del Libro de la sabiduría: la Biblia, en lectura de monseñor doctor Juan Straubinger.)
Ministro Alfonso Francisco Ramírez
NADA HAY MÁS RUINOSO para la ciudad, nada tan contrario a Derecho o a las leyes, nada menos civil y más inhumano, que el usar de la violencia en una República ordenadamente constituida. (Hay muchas leyes perversas y funestas que no llegan a merecer más el nombre de ley que si las sancionara una asamblea de bandidos. La ley es la discriminación de las cosas justas e injustas, expresión de aquella naturaleza original que rige universalmente, modelo de leyes humanas, que castiga a los malvados, defiende y protege a los virtuosos). Cicerón.
No es posible adquirir por medio de la injusticia, el perjurio y la mentira un poder duradero. Podrá tal potencia resistir por una vez y durante algún tiempo; incluso, si viene al caso, gozar de un gran florecimiento de esperanza, pero al cabo descubre su debilidad y se marchita por si sola. Demóstenes.
A decir verdad, no sabemos si, en la Escuela Libre de Derecho o en la Universidad Panamericana, los docentes recuerden a sus pupilos que existen obras clásicas de los clásicos del pensamiento universal; menos, si les recomiendan leerlas. O si tales pupilos las leen y aprenden algo de ellas. En todo caso, sí nos consta que el Derecho en México anda muy chueco.
Elogio de la rebeldía
“Nada más hermoso, que la actitud rebelde y altiva de quien no cede nunca su derecho, y, combatido por el oleaje tempestuoso de una coacción sombría, permanece de pie, gallardo y austero. Semejante paradigma de fortaleza y elevación moral irradia siempre claridades de gloria que señalan el camino para la realización de los grandes ideales que constituyen la esencia de la civilización y la cultura.
“Como Goethe moribundo pedía más luz en sus últimos instantes, bueno es clamar sin descanso por más amplias y robustas libertades civiles y políticas, ya que jamás, en ningún tiempo ni latitud alguna, pueden pecar de excesivas, porque forman el ambiente que para su desarrollo necesita el espíritu humano. Menester es reclamar en forma tenaz y generosa para nosotros y nuestros adversarios.
“(Fragapone describía la política como sociología aplicada). Política es ciencia, en cuanto constituye un conjunto de doctrinas y principios metódicamente formados sobre una rama del saber. (Es) arte, en cuanto implica técnicas y habilidades para la realización de esas doctrinas y principios. Los maquiavelistas dan preferencia a la técnica, sin inquietarse de escrúpulos morales.
“Nada justifica la transgresión de los postulados fundamentales de la Ética, porque los éxitos así logrados, aunque en apariencia provechosos y brillantes, son en definitiva deleznables y perjudiciales”.
La mordaza del número
“Nadie osa defender el régimen de mayorías cerradas, en que el dogal del número estrangula aun las más leves manifestaciones de discrepancia, ofreciendo una imagen falsa de la realidad, pues hasta ahora no se ha conocido esa unanimidad idílica que con frecuencia nos brindan algunas democracias. En las asambleas formadas según este patrón, las minorías permanecen en el reino de lo invisible, sin que jamás puedan hacer sentir su presencia y su influjo. Cómodamente se prescinde de ellas”.
Acreditadas -hasta Demóstenes- las primeras citas recogidas de Antología del Pensamiento Político (Editorial F. Trillas, 1962), las posteriores entrecomilladas corresponden al autor de esa prodigiosa obra mexicana, Alfonso Francisco Ramírez. En la lectura de la presentación de los grandes pensadores, se respiran en Ramírez aires retóricos ora de don José Ortega y Gasset (La rebelión de las masas), ora de nuestro maestro don Jesús Reyes Heroles (El Estado Social de Derecho.) Estos títulos por nosotros seleccionados, apenas son pálidos reflejos de las espléndidas obras completas de Ortega y Gasset y de Reyes Heroles. Se respiran también en dicho texto acentos humanistas de los padres fundadores del Partido Acción Nacional (PAN).
La pregunta para este momento cardinal mexicano es, ¿en qué escuela doctrinaria abrevaron el ex ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Mariano Azuela Güitrón quien, en encerrona en Los Pinos, pretendió violentar el curso de la sucesión presidencial de 2006?
¿Y el actual magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Alejandro Luna Ramos, quien una vez predica que dicho Tribunal, al que toca calificar la validez de la votación y declarar Presidente electo, actuará con “la razón y con la ley en la mano”, y al día siguiente advierte, con acusado prejuicio intimidatorio, que los contendientes no quieran ganar en la mesa, lo que no ganaron en las urnas? “La razón” que invoca Luna Ramos, ¿es la temible razón de Estado? ¿Cuál Estado? Parecería que ambos personajes renegaron de la doctrina humanista en aras de los intereses creados.
A propósito, ¿quién es Alfonso Francisco Ramírez? Un mexicano fuera de serie. Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, presidente de la Academia de Derecho Político (Grandezas y miserias de la política), miembro de la Sociedad Martiniana, de Cuba; miembro de la Sociedad M. Menéndez y Pelayo. El 11 de septiembre de 1946, en mitin organizado por el Comité Mexicano pro Palestina, en el Teatro Iris de la Ciudad de México, pronunció el discurso: Justicia para el pueblo palestino. ¿Se requiere decir más?
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