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Ediciòn 287
Escrito por Guillermo Fárber   
Miércoles, 01 de Agosto de 2012 09:54

BUHEDERA

 

Reciprocidad

Un viejito se levanta en la madrugada a orinar. Se le queda viendo a su pene y le dice: “¿Ves cómo eres disparejo? Cuando tú tienes ganas yo sí me paro.”

Sabiduría

Pocas frases tan perspicaces como la de esta prostituta: “Los hombres no me pagan por acostarse conmigo; me pagan para poder irse sin problema después de acostarse conmigo.”

Einstein

Estas indiscreciones revelan que el sabio entendía perfectamente la cruda verdad implicada en el párrafo anterior: “Einstein y Mileva Maric, su primera esposa, engendraron una niña en 1902, antes de casarse en 1903. De esa niña se sabe muy poco, sólo que la entregaron en adopción.

Einstein
Einstein

 

Las 'Reglas de conducta' que Albert Einstein le impuso por escrito a Mileva en 1914 son una cruda muestra de su autoritarismo y, a su vez, del machismo y violencia sicológica que ejerció en contra de Mileva: ‘A- Te encargarás de que: 1. Mi ropa esté en orden, 2. Que se me sirvan tres comidas regulares al día en mi habitación, 3. Que mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y que mi escritorio no sea tocado por nadie, excepto yo. B- Renunciarás a tus relaciones personales conmigo, excepto cuando éstas se requieran por apariencias sociales. 1. En especial no solicitarás que me siente junto a ti en casa, 2. Que salga o viaje contigo. C- Prometerás explícitamente observar los siguientes puntos cuanto estés en contacto conmigo: 1. No deberás esperar ninguna muestra de afecto mía ni me reprocharás por ello, 2. Deberás responder de inmediato cuando te hable, 3. Deberás abandonar de inmediato el dormitorio o el estudio y sin protestar cuanto te lo diga. D- Prometerás no denigrarme a los ojos de los niños, ya sea de palabra o de hecho.’ Con este tipo de imposiciones obviamente que las cosas no funcionarían nunca, por lo que los Einstein terminaron separándose en 1914. Einstein volvió a casarse en 1915 con una de sus primas, Elsa Einstein, quien también era divorciada y tenía dos hijas… Es claro que Einstein nunca necesitó una esposa sino una secretaria.”

En vida

Este poema de Anamaría Rabatte (Tampico, 1933-2010) quizá,
dicen, está lejos de la perfección formal, pero su mensaje es impecable.

En vida hermano, en vida

Si quieres ser feliz / A alguien que quieras mucho... / Dícelo hoy, se muy bueno / En Vida, Hermano, en Vida...

No esperes a que se mueran / Si deseas dar una flor / Mándala hoy con amor / En Vida, Hermano, en Vida...

Si deseas decir  “Te quiero” / A la gente de tu casa / Al amigo cerca o lejos / En vida, hermano, en Vida...

No esperes a que se muera / La gente para quererla / Y hacerle sentir tu afecto / En Vida, Hermano, en Vida...

Tú serás muy venturoso / Si aprendes a hacer felices, / A todos los que conozcas. / En Vida, Hermano, en Vida...

Nunca visites panteones / Ni llenes tumbas de flores / Llena de amor corazones / En Vida, Hermano en Vida.

Comicios

A toro pasado quizá pueda parecerle a algunos un hecho poco relevante, pero a mí me parece milagroso. Me refiero al 1 de julio pasado. Como muchos yo, la verdad, esperaba una jornada pedregosa, si no es que de plano bronca. Había demasiados intereses encontrados. Y no hubo tal embrollo. Al contrario: todo el orden, la armonía y la paz que son factibles en un ámbito humano. ¿Milagro espontáneo? No, no hay tal cosa en política: alguien cuidó del asunto con suma eficacia. A quien haya sido: gracias, de veras.

Petición conyugal

Mi amor, ¿me puedes comprar un collar?” “¿Y eso? ¿Ya te cansaste de andar suelta?”

Pecados capitales

Un ejecutivo regiomontano, trabajando duro, sudado, jadeando para ganarse la vida, ve a un jarocho echado cuan largo es en una hamaca a la sombra de un árbol, descansando de no hacer nada. Tras varias horas del mismo espectáculo, el ejecutivo no se aguanta y le reclama: “¡Oye! ¿No sabes que la pereza es uno de los siete pecados capitales? Y el jarocho, sin siquiera abrir los ojos, le contesta: “La envidia también, cabrón.”

Dinero público

Un dato para que compruebes que el dinero de tus impuestos está bien invertido en proyectos de gran utilidad social. En 2011 el National Institutes of Health de EU gastó 592 mil 527 dólares en un estudio para determinar de una vez por todas por qué los chimpancés se avientan su caca unos a otros. Con avances científicos de este enorme calibre, el futuro luminoso de la humanidad está garantizado.

Pancarta española

Me sobra mes al final de mi sueldo.”

Recontragulp

Esto lo dijo en público y con todas sus letras (y sin la menor vergüenza) el nefasto belicista neoconservador Bill Krystol: “¿Qué caso tiene contar con armas nucleares si no puedes usarlas?” Mmmm, tiene toda la razón. Hay que usar esas armas y terminar de una vez con toda posibilidad de vida sobre esta sufrida tierra, la que ya se merece descansar de nosotros. Terminar con la vida humana, al menos, porque es probable que las cucarachas sigan ahí, sacudiéndose el polvo después de los estallidos.

Chingar

Para acabar de una vez por todas con gazmoñerías decimonónicas, tomo lo siguiente del diccionario de la Real Academia Española.

Chingar.

(Del caló čingarár, pelear).

1. tr. Importunar, molestar.

2. tr. malsonante. Practicar el coito.

3. tr. coloquial. Beber con frecuencia vino o licores.

4. tr. América Central. Cortar el rabo a un animal.

5. intr. Can. Salpicar.

6. intr. Pal. tintinar.

7. intr. Argentina y Uruguay. Colgar desparejamente el orillo de una prenda.

8. prnl. Embriagarse.

9. prnl. Can., Arg., Bol., Chile y Col. No acertar, fracasar, frustrarse, fallar.

~la.

1. loc. verb. coloquial. Argentina. Equivocarse, fracasar.

Chingado, da.

1. adjetivo malsonante. México. Que ha sufrido daño.

2. femenino malsonante. México. Prostituta.

Ah, chingado.

1. loc. interjección malsonante. México. Úsase para expresar sorpresa o protesta.

A la ~.

1. loc. adv. malsonante El Salvador y México. A paseo, Me mandó a la chingada. ¡Váyase a la chingada!

De la ~.

1. loc. adj. malsonante. México. Pésimo. U. t. c. loc. adv. V. Hijo de la chingada.

Guayabo

Estoy releyendo “El Siglo de las Luces” (1962), la gran novela de Alejo Carpentier. No recordaba ese detalle de que el padre de los protagonistas había muerto “encaramado sobre una hembra, seguramente por demasiado alardear de arrestos negados a su vejez”. ¡Cuando ese santo varón no podía haber tenido, si acaso, 50 años cumplidos! Pero bueno, la época era la última década del siglo 18, y se entiende que un hombre de esa edad fuese considerado “viejo”.

Oooooommmmmm

Recuerda, todos los días a las 12 del mediodía. Un minuto tan sólo. Cada día somos más. Entre todos estamos creando un mundo más armónico, pacífico y generoso. “Al rezar, el hombre habla y Dios escucha; al meditar, Dios habla y el hombre escucha.”

Hueconomía

Hoy viernes, a la 1:55 del mediodía pasa mi capsulita de macroeconomía. A lo mejor digo algo más o menos sensato.

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