EN EL MORELOS DEL TABASQUEÑO GRACO Ramírez Garrido Abreu -quien quiere ser presidente de la República-, se cumple al pie de la letra aquello de Herodes a Pilatos: Pasar de la Fiscalía Especializada contra el Secuestro, a cargo de Adriana Pineda, a la Fiscalía General del Estado, en manos de Javier Pérez Durón, no hace más que potenciar la tragedia de los padres de familia.
 ESE VIACRUCIS lo han padecido familiares, particularmente la señora Hortencia Gómez, del niño de nueve años Jairo Abimael Bravo Gómez, secuestrado el 14 de abril en el municipio de Yautepec, donde ha sentado plaza La banda del automóvil rojo.
Es el vehículo en el que viajaban torvos sujetos que plagiaron a Jairo Abimael. Parientes y vecinos pretendieron la urgente intervención del alcalde de ese municipio, el correligionario de Ramírez, perredista Agustín Alonso. Infructuosamente.
Por eso marcharon hacia Cuernavaca, sólo para enterarse que en los cuatro años de desgobierno de Ramírez han desaparecido en Morelos 105 personas, entre mujeres, hombres y niños. No han sido localizados ni vivos, ni muertos.
Es el amargo pan de todos los días en la mesa de las familias morelenses: Desde 2015, con todo y alerta de género, los atentados contra mujeres han dejado de ser noticia y motivo de preocupación del gobierno estatal.
$35 mil para declarar “caso cerrado”
 Un caso representativo de impunidad es el del asesinato de la chica de 17 años, Ana Karen Huicochea Garduño. El martirio de su madre, Ana Luisa Garduño Juárez, comenzó en la propia Fiscalía de Feminicidios del estado donde, para empezar, el entonces titular, Ernesto Silvar García, le exigió dinero para iniciar las investigaciones. Aunque sea unos siete mil pesos.
En ese caso, se dio por demostrado que el ex novio de Ana Karen, Eduardo Villalobos, le disparó tres veces porque ella se negó a reanudar la relación “sentimental”. Hasta el pasado 23 de abril el presunto asesino seguía prófugo, no obstante que se le llegó a ubicar en Guadalajara, Jalisco.
Un asesino anda suelto, pero Ramírez premió a Silvar García con la Fiscalía Regional Metropolitana a la par que le ofreció a la enlutada madre una indemnización de 35 mil pesos. En eso tasa el tabasqueño una joven vida humana.
Cochinito para la campaña presidencial
A Graco Ramírez Garrido Abreu todo “le vale”. No es para menos. Goza de protección desde lo alto. Por ejemplo, en el agandalle de la deuda pública por miles de millones de pesos ha sido exonerado por sus cuates perredistas incrustados en el Congreso del Estado.
Si entre las espuelas Graco se ha llevado el gasto para políticas sociales, lo más indignante es la tentativa de despojo de 391 millones de pesos autorizados por la Federación para obras de infraestructura en la Universidad Autónoma de Morelos, que ya pasó por un punto de acuerdo en el Senado de la Republica, donde la legisladora priista Lizbeth Hernández denunció el atraco ramirista.
Pocos se explican la protección que desde lo alto recibe el troglodita tabasqueño. En julio de 2012, la noche de la jornada electoral que votó candidatura presidencial, el gobernador de Morelos se reunió con sus homólogos del PRD para anunciar públicamente la derrota de Andrés Manuel López Obrador. Sólo que sea por eso.
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